[Libro en PDF] La rebeldía más allá de la izquierda (Rafael Uzcátegui, Venezuela)

SINOPSIS DEL LIBRO:

A partir de la pregunta ¿por qué a nivel regional un manifestante asesinado en Venezuela “duele menos” que uno asesinado en Colombia, Chile o Brasil? Rafael Uzcátegui desarrolla la tesis de El Efecto Sartre, inspirado en el debate entre Jean Paul-Sartre y Albert Camus, en 1952 y hace una serie de propuestas de principios, valores y estrategias para la transición y profundización democrática en la Venezuela post-chavista.

EL LIBRO EN PDF:

https://rafaeluzcategui.files.wordpress.com/2024/01/larebeldiamasalla_web.pdf

ALGUNOS FRAGMENTOS DEL PRÓLOGO DE TOMÁS IBÁÑEZ

Mucho me temo que este libro no va a ser del agrado de las personas que las ciencias sociales incluyen en la categoría de los verdaderos creyentes. Es decir, de aquellas personas que sitúan sus adhesiones religiosas o ideológicas –la distinción es aquí irrelevante– por encima de todo y que se muestran totalmente inmunes a cualquier crítica dirigida a sus creencias, por mínima que esta sea. Sin duda, este libro les irritará porque constituye una radical y convincente invitación a habitar, por fin, un mundo sin iglesias o, lo que es lo mismo, un mundo sin instancias ni externas ni interiorizadas que dicten la forma y el contenido de las creencias estipuladas como legítimas, que velen por su correcta expresión y que aseguren la incondicional adhesión de sus miembros o de sus adeptos a las instituciones y a las organizaciones que las encarnan.

A nadie puede escapar que la formulación de esa invitación en el contexto de la violenta situación venezolana requiere un extraordinario valor y es, precisamente ese valor, el que manifiesta Rafael Uzcátegui al rubricar la presente publicación. No solo porque se expone, una vez más, a los evidentes riesgos personales que se ciernen sobre quienes no gozan del escudo protector de ninguno de los bandos en liza, sino, además, porque se aventura a crueles descalificaciones proferidas desde sus entornos más próximos. Hace falta mucho valor para no abdicar de la libertad de pensamiento y para expresar un criterio propio cuando el precio a pagar es el de exponerse a eventuales disparos con fuego real por parte del enemigo, es decir, a padecer la represión institucional o simplemente sectaria y a sufrir, al mismo tiempo, el fuego supuestamente amigo, que pese a situarse tan solo en el ámbito discursivo no deja de producir profundos daños morales.

Aunque pueda discrepar de algunas de las consideraciones formuladas en el libro, cosa normal y hasta saludable en cualquier contexto argumentativo, debo admitir que me siento en completa sintonía con el tipo de sensibilidad que inspira al conjunto de la obra, así como con el tono general de su línea expositiva. Quizás contribuya a ello el hecho de que a finales de los años cincuenta, siendo apenas adolescente, El hombre rebelde de Albert Camus fuese, literalmente, mi libro de cabecera y que Rafael Uzcátegui exprese en su escrito la altísima consideración que le merece esa obra. Sin embargo, lo que contribuye de manera más sustancial a esa sintonía es que comparto sin la menor reserva su rebelión contra los sectarismos, contra los dogmatismos y contra el fondo de religiosidad que propicia adhesiones incondicionales en la esfera ideológica y que alienta fidelidades inquebrantables en el ámbito de las pertenencias a colectivos y a organizaciones.

(…)

La potente argumentación desarrollada por Rafael Uzcátegui, tanto contra El Efecto Sartre como contra el dogmatismo ideológico y contra todo lo que adopta la forma iglesia, proporciona valiosas municiones para desmantelarlos y nos recuerda la antiquísima exhortación a que las personas nos atrevamos a pensar por nosotras mismas, manifestando además nuestro pensamiento sin cortapisas, al margen de lo que cada ideología defina como lo políticamente correcto para quienes gravitan en su área de influencia.

ALGUNOS FRAGMENTOS DEL LIBRO:

En el año 2009, a petición de la editorial estadounidense See Sharp Press, tuvimos la oportunidad de escribir un libro sobre lo que pasaba en el país. Lo titulamos Venezuela: La revolución como espectáculo. Una crítica anarquista al gobierno bolivariano. Como era escrito para que fuera leído por un auditorio norteamericano de izquierdas, la estrategia narrativa que adoptamos fue refutar la visión que tenía el conocido académico Noam Chomsky sobre lo que significaba el proyecto chavista. Esa empresa nos obligó a tener la mayor rigurosidad posible, con 580 notas al pie de página y 250 páginas de argumentos. El libro tuvo la suerte de ser editado, también, en español (La Malatesta – Ediciones Anarres – El Libertario) y francés (Ediciones Espartaco), convirtiéndose en una referencia internacional de crítica, desde una mirada de izquierda, al Socialismo del siglo XXI.

A los tres años de la publicación de ese libro la muerte de Hugo Chávez modificó el escenario sociopolítico. Una década después mucha agua ha pasado bajo el puente. Este libro no es, exactamente, una continuación de aquel. Pero tampoco pueden desvincularse del todo. Ambos intentan pensar la crisis venezolana desde otro lugar, fuera de la caja de sus lugares comunes. El foco de este segundo libro no es la racionalidad estatal bolivariana sino la de un sector importante de la comunidad internacional que, con su apoyo, hizo viable el autoritarismo. El conjunto de razones por las cuales, con excepciones, los progresismos e izquierdas revolucionarias del mundo decidieron darle la espalda a la lucha del pueblo venezolano por un futuro con dignidad dentro de su propio país, están descritas a lo largo del texto. Estamos convencidos de que si esto no hubiera sido así, el conflicto actual sería diferente.

Durante mucho tiempo deseábamos escribir, con amplitud, sobre el debate que sostuvieron Albert Camus y Jean-Paul Sartre en 1950, que condujo a la ruptura de su amistad y la división de las izquierdas en dos aguas. El fondo de aquella discusión ha persistido en el tiempo, con una vigencia tal que es la que nos permite explicar las miopías y omisiones sobre Venezuela del sector que dice tener los más altos estándares éticos y humanistas. Inexplicablemente, esta diatriba ha sido poco contada en español, como lo demuestra la escasa cantidad de literatura disponible. A medida que fuimos investigando, identificamos en la figura de Jean-Paul Sartre todo lo que cuestionamos a la izquierda: El oportunismo, el cinismo, el doble rasero y la mentira deliberada. Sin embargo, Sartre ‒como el propio chavismo‒ ha tenido un eficaz marketing que lo ha inmortalizado como el ejemplo del intelectual comprometido del siglo XX. Como a los sociólogos nos encanta inventar categorías para describir los fenómenos que observamos, en las páginas a continuación desarrollamos lo que denominamos El Efecto Sartre (EES). Por tanto sostenemos que ha sido EES lo que ha generado la indolencia con las víctimas venezolanas y, en cambio, la solidaridad con sus victimarios.

Este libro está dividido en tres capítulos. En el primero relatamos el conflicto entre Jean-Paul Sartre y Albert Camus. Seguidamente explicamos lo que creemos es el Efecto Sartre y cómo condicionó la mirada sobre Venezuela. En el último capítulo proponemos una serie de valores y principios, no una ideología, para la Venezuela post-chavista.

(…)

Si para este tipo de revolucionarios la única manera correcta de ser y estar en el mundo es la suya, le será difícil mantener relaciones francas con personas diferentes, especialmente si no dudan en expresar su disentimiento de las ideas revolucionarias. Uno de los temas menos conversados en este tipo de ambientes, que se ufanan de debatirlo todo, es sobre el sentimiento humano de amistad. Y esto es porque, como consecuencia de lo anterior, un revolucionario no tiene amigos. Tiene camaradas o compañeros, personas de su misma congregación. En cambio, un amigo sería una persona que se acepta y se estima con base en su propia singularidad, luego de experiencias compartidas que pueden incluir, aunque generalmente no, actividades políticas.

(…)

Para ese recorrido, con todos los desafíos que supone, con fines pedagógicos finalizo con una suerte de decálogo post-ideológico, en permanente revisión, para la creación de la Venezuela justa, solidaria e incluyente:

1) Dime dónde hay una injusticia o un abuso de poder y te mostraré cómo lo rechazo

2) Las personas tienen derecho a pensar diferente. Y eso no las hace “estar equivocadas”.

3) Tener un discurso radical e incendiario, en un momento dado, no es garantía de nada

4) La disminución de la pobreza no es monopolio ni franquicia de ninguna ideología

5) Las personas tienen derecho a protestar pacíficamente y no ser agredidas, aunque creamos que sus razones son equivocadas

6) Callar sobre los errores de las iniciativas políticas que te importan no hará que se solucionen mágicamente. Todo lo contrario.

7) Ninguna persona debe ser encarcelada por expressar sus ideas, aunque discrepemos abiertamente con ellas

8) Izquierda y derecha son palabras que, cada vez más, definen el mundo de ayer y no el de mañana

9) Las palabras nos describen, pero son los hechos los que terminan por definirnos

10) El mundo que conocíamos está cambiando en este mismo momento por el impacto de la pandemia de Coronavirus. Entender estas transformaciones necesitará de un esfuerzo importante por nuestra parte.

Rafael Uzcátegui
Fuente: https://rafaeluzcategui.blog/la-rebeldia-mas-alla-de-la-izquierda/

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