Presente subversivo

(Con el plan de pensiones la Caixa, cuando tenga 85 años, ¡a disfrutar de la vida!)

Si fuésemos capaces de vivir el presente, basándonos en la experiencia propia y directa, no mediatizada por los prejuicios culturales y educativos y por lo que Agustín García Calvo llama medios de formación de masas, el  sistema, que se basa en una siempre pospuesta oferta de futuro, se desmoronaría de inmediato. La gente siempre pensando ¨en veinte años me compro una casa  o un adosado en la costa¨ o en treinta me jubilaré y tendré tiempo para mí, o cualquier proyección de futuro de esta especie; no sospechamos, ni queremos pensar en ello, que el  único futuro cierto es la muerte. De no mediar alguna enfermedad grave, o una voluntad firme que desemboque en el carpe diem, ni siquiera nos planteamos cambiar las condiciones del presente, tarea que delegamos en los administradores del futuro, o sea, de muerte: las élites políticas y económicas. Impera la épica de la banalidad: vamos de ¨acontecimiento histórico¨ en ¨acontecimiento histórico¨  ya sea un partido de fútbol o la reciente cumbre de la piara de la OTAN en Madrid, con todo el despliegue de espectáculo mediático de fervor y chabacano orgullo patriótico provinciano del cual son capaces los políticos y los periodistas: que si éxito de organización, que si fortalecimiento de la marca España, que si la comida protocolaria fue preparada por un famoso chef oenegero, que si deja 150 millones de euros o que se van a crear puestos de trabajo construyendo navíos de guerra en Cádiz y Vigo o poniendo cervezas a los yanquis en Rota y Morón de la Frontera; esto de los puestos de trabajo nunca falla en el discurso, tan pronto existe la perspectiva de crear unos cuantos, se pretende diluir cualquier pensamiento crítico. En fin, ningún debate serio sobre la OTAN y en ningún momento dar voz a los antibelicistas. Pasó lo que siempre pasa cuando se quiere que algo no solamente no se discuta, sino que la  población, a ser posible, se entusiasme: los jerifaltes dieron la orden y los medios cumplieron a rajatabla. Noticia destacada: la fiesta flamenca que la mujer de Biden ofreció en la embajada amerikkkana. Al parecer, teniendo en cuenta el espacio que los medios dedicaron a estas noticias mas propias de la prensa rosa, es evidente que deben ser trascendentales para comprender el destino del Universo. Hemos pasado ¨de la servidumbre voluntaria a la necesidad de servidumbre¨ (subtítulo de un libro de Roger Belbéoch sobre la problemática nuclear editado por malapata ediciones y Biblioteca Social Hermanos Quero en 2011). Tarea infinita y agotadora la de tratar de describir la sarta de gilipolleces y mamonadas con las que distraen al personal.

El presente es subversivo porque con él no valen alianzas espurias. Irrumpió como tragedia con la masacre de inmigrantes en la valla de Melilla. Fue el recordatorio macabro de en que consiste la naturaleza de los estados. Mientras que los Estados de la OTAN nos vendían el rearme como estrategia de disuasión para mantener la paz, en la valla de Melilla se demostró con hechos que entienden ellos por paz. Son los inmigrantes precisamente, con su osadía y su coraje alentadas por la desesperación  contagiosa y el rechazo a soportar por más tiempo condiciones de vida inhumanas, buscando países más libres y prósperos, por lo menos comparativamente hablando, los que urgen e invocan la rabia del presente frente a la bastardía del futuro. Una acción desesperada pero llena de vitalidad, de ganas de combatir la miseria física y mental que nos rodea. Una lección de lucha, proveniente de un grupo de personas que no tienen más opciones: están condenados a luchar. (Y que todos estamos condenados a luchar, es algo que se había olvidado en Occidente. Ahora que el fantasma del fascismo recorre Europa, vienen a la memoria viejas historias )

El presente, en su elocuencia, desbarata el futuro. Nos impele a actuar ya porque es el tiempo de la emergencia. De nada sirven las utopías si no fustigan el presente. Si no lo vives, ¿de qué te sirve?. Tener unas ideas u otras respecto al futuro es el vetusto y degradado ropaje ideológico al que  todos juegan. El capitalismo, la ideología imperante que nos conduce hacia la paranoia tecnológica transhumanista y posthumanista; y el comunismo, con su autoproclamada irreversibilidad futura dela revolución dictatorial del proletariado son ideas de futuro, mientras que el anarquismo que también vivió su utopía futurista, es una tensión ética del presente. Se pueden prever acontecimientos del porvenir; por la misma razón, se puede actuar en el presente para que se cumplan o se pierdan en el sumidero de las hipótesis fallidas.

Si esperas a mañana para detener o espolear el futuro, te conviertes tú mismoa en futuro. El presente es el polo magnético de la acción. El futuro pertenece a Dios – ¨mañana , Dios dirᨠ–  que es tanto como decir que pertenece al máximo exponente de la muerte y la estéril y degradante fe en otra vida. Hace unos años, se hizo un estudio sociológico entre enfermos terminales. En él se les preguntaba que era de lo que más se arrepentían en su vida. La respuesta abrumadora fue: ¨de haber trabajado tanto¨ .

¿Hasta mañana ?

Aciago Bill

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