Badía del Vallés, de barrio obrero a Municipio

ManifestaciónSin duda este es uno de los Municipios más singulares de Catalunya. Fruto de una parida franquista ideado en la década de los 60, empezó a construirse dentro de los planes de desarrollo en 1970, en unos terrenos de campo, de la Masía Can Sanfeliu propiedad de Elisa Badía. Ubicado justo en medio de varios municipios, Sabadell, Cerdanyola, Barbrá del Vallés y colindante a la Universidad Autónoma de Bellaterra. Su construcción, modelo al estilo francés de paredes prefabricadas y edificios muy altos, fue un barrio típico de los últimos coletazos del franquismo, pensado para masificar a las gentes en muy poco espacio territorial con una superficie de 0,93 km2 y una población actualizada de más de 13.600 habitantes. Sigue siendo un municipio aislado por la autopista AP-7 y la carretera nacional C-58, con una vía de acceso hacia Sabadell construida en 2002.

En este escrito deseo aportar a la memoria de los movimientos vecinales, mi experiencia vivida en Ciudad Badía tal y como se llamaba antes de ser constituida como un municipio independiente del Vallés Occidental, decisión tomada por los vecinos a finales de los 80.

Adquirí un piso mediante una solicitud al ministerio de la Vivienda en 1975, tras varias renuncias de otros solicitantes, me otorgaron un piso en 1976. En apariencia parecía un barrio moderno con zonas ajardinadas, tres colegios públicos y un mercado de abastos. Después de vivir toda mi vida en Nou Barris, fui encontrándome compañeros y compañeras de «guerra» que también habían solicitado años atrás viviendas de protección oficial. En pocos meses los vecinos iban instalándose en el barrio, con los típicos trasiegos de muebles y enseres. Muchas familias con muchos hijos y aunque en un principio estuvo pensado para viviendas de funcionarios, estos, ya habían renunciado a dichas viviendas. Una vez instalados, empezó otra odisea de falta de equipamientos y una invisibilidad administrativa impresionante.

En el piso «muestra» se firmaban todas las hipotecas con un representante del ministerio, la caixa y el notario de turno, su valor estaba estimado en 180.000 pesetas a pagar en 20 años con un interés anual del 10% y 5 puntos de bonificación por parte de la administración. Una vez adjudicadas las hipotecas toda la parte administrativa desapareció, dejándonos una mancumunidad vacía de representantes, a la suerte y supervivencia de los nuevos vecinos. 

Había colegios, pero no había profesores, habían barracones de las obras destinados para la asistencia médica pero no había médicos, ni pediatras, tampoco había donde dirigirse para empadronarse y hacer una estadística real de habitantes. El mercado de abastos solo había dos o tres paradas de comestibles, insuficiente para abastecer a tanta gente. Con tantas renuncias y pisos sin ocupar, ocurrió lo inevitable como sucede cada vez que se paría un macro-barrio y te dejaban en la estacada sin ningún seguimiento y sin ningún derecho donde agarrarte. El kaos era tan grande que muchas familias venidas del barraquismo, parados y nómadas gitanos empezaron ha ocupar todas las viviendas que se quedaron vacías.

Teniendo en cuenta que en esa época la crisis energética y en particular la crisis del textil en Catalunya, ya duraba mucho tiempo asolando nuestro país con miles y miles de parados y una transición de lo más turbulenta…Badía, según con los ojos de la burguesía intelectual, era una «ciudad sin ley». La realidad tenía otro sendero muy distinto a las etiquetas que se suele poner a los desposeídos cuando se proyectan nuevas infraestructuras para hacer ver que si existe el progreso, pero tal parida dejaron en las manos de los municipios más grandes (Sabadell, Cerdanyola y Barberá), toda la adopción administrativa para reubucar toda una «ciudad» en el epicentro de la nada. Tal reparto fue una auténtica migraña para los alcaldes de estos municipios y mucho más para los habitantes de Badía. Se dividió en tres fragmentos territoriales para dar cobertura administrativa y sanitaria, el requisito primordial era tener que empadronarse en el municipio que te tocara y poder recibir asistencia médica, desplazándonos sin medios de transporte a cada municipio correspondiente. Desde luego el kaos venía de las administraciones y no de los habitantes de Badía. 

Independientemente de como empezamos a organizarnos, desde las esferas más altas hubo una guerra burocrática y el descuelgue de Cerdanyola abandonando esta «ayuda» inusual. Los cuatro más «experimentados» en las luchas vecinales, empezamos a vernos y quedar para iniciar nuestras luchas de supervivencia, el primer paso fue hablar con todos los vecinos de los bloques donde vivíamos cada uno y comprometer a las gentes en la búsqueda de soluciones de las necesidades más apremiantes. No tardamos en aglutinar a muchos vecinos para formar comisiones de trabajo y sobre todo saber donde narices estábamos metidos. Hicimos un listado de todas las cuestiones a tratar, desde las deficiencias estructurales de los bloques (eran muchas y muy graves) pasando por las exigencias reivindicativas de profesores y médicos y crear una mancunidad representativa que se hiciera cargo de los contenciosos administrativos. Necesitábamos un local para iniciar toda las luchas que hicieran falta y para ello cogimos una nave destinada para un hipotético polideportivo en el futuro, derribando la puerta porque nunca supimos donde estaban las llaves. La primera asamblea fue un éxito necesario, previamente hicimos unos carteles a mano repartidos por todos los bloques, enganchados en los portales, invitando a la asamblea para exponer todos y cada uno de los problemas y sobre todo aportar información previa que habíamos recopilado en los diferentes ayuntamientos y en el ministerio de la vivienda.

Desde la experiencia volvimos ha empezar…pero con más tinos que desaciertos y volver a conocer más gente donde la solidaridad era nuestra principal arma, la convertimos en una herramienta necesaria como si fuera el pan que nos alimentara, no exenta de esfuerzos y lucha continuada…en esos momentos estaba embarazada de mi hijo mayor y como yo muchas mujeres jóvenes deseosas de dar una vida en mejores condiciones que las nuestras.

Salieron a la luz muchos más problemas de lo que podríamos pensar, la primera asamblea duró más de 5 horas hasta altas horas de la noche. Conseguimos concretar comisiones de trabajo e iniciar todos los procesos reivindicativos y una coordinadora de todas las comisiones con una manifestación por todo el barrio a modo informativo para que se sumara más gente a las acciones. En la nave hicimos arreglos para que los vecinos acudieran y se lo hicieran suyo como un centro de encuentros y charlas para que no decayera todo lo que teníamos que hacer. Habían muchos parados que sabían hacer de todo, poco a poco fuimos configurando un espacio asociativo donde nos pudiéramos conocer y hablar de nuestros ideales y experiencias. Por no haber no había ni policías ni nadie que representara ningún cargo político ni autoridad legal, todo era nuestro, por lo tanto empezamos a construir sobre las ruinas institucionales.

En esos momentos…ya se había puesto en marcha la maquinaria de las primeras elecciones generales y la elaboración de la carta magna con un rey que en su estado principesco inauguró Ciudad Badía y un tramo de la autopista que iba de Barcelona a Terrassa pasando por nuestro flamante barrio, que 10 años antes su mentor Franco había inaugurado la Meridiana que pasaba por Nou Barris con fuertes medidas de seguridad. Para muchos de nosotros era la prolongación de la dictadura con el famoso nombre de Posfranquismo, con los mismos modelos de actuación verso a las represiones y las corrupciones públicas en materia de infraestructuras. De este modo y en esa coyuntura las siginificaciones políticas empezaron a tener una fuerte presencia en las asambleas de Badía…sin dejar de lado todo aquello que era sumamente importante para nosotros. Decidimos hacer una convivencia integral sin sectarismos que parcelara todos los ámbitos de nuestro movimiento y elevarlo a la categoría de pueblo más que de barrio, las condiciones prestaba para ello y mientras que la nueva casta de «izquierdistas» politizados, legalizados por Adolfo Suarez iban filosofando por la democracia, nosotros íbamos ocupando terrenos para hacer huertos comunitarios y ocupando bajos para hacer guarderías, una de las comisiones que me tocó fue hacer una estadística real de todos los niños que habían en Badía para exigir pediatras y varios especialistas sanitarios dado las dimensiones demográficas. Con todo ello, cortábamos la autopista muchas veces para ser escuchados y nos íbamos andando a Sabadell en romería manifestadora para conseguir líneas de autobuses municipales monopolizadas por el ayuntamiento de este municipio. 

Conseguimos una buena organización y coordinación con una caja de resistencia que daba para ayudar a los parados sin subsidio y los gastos propios de materiales, con la venta de productos agrícolas y el trueque de necesidades básicas. En la nave se proyectaban películas y documentales y se hacían fiestas para los niños creando splay de entretenimiento y excursiones por los bosques más cercanos. Todo aquello empezó a tomar forma de vida comunitaria funcionando sin ayuntamiento…aunque las leyes obligaban a constituirse como una asociación de vecinos en primera instancia empezaron las primeras disputas con militantes del PSUC que querían a toda costa liderar nuestro movimiento vecinal.

En las asambleas no les dejábamos que hicieran ninguna acción sin haber estado decidida en ella, porque los problemas en las viviendas eran muy deficientes y esa era la prioridad porque se había detectado muchos brotes de bronquitis crónicas en los niños dada la condensación de humedad que había en los pisos, fabricados con hormigón rejuntados con alquitrán y tabiques de escayola con paja en su interior, agrietándose las juntas externas  provocando aberturas en las paredes que daban ea la calle. También muchos tramos de alcantarillado sin tuberías provocando inundaciones en los bajos de las viviendas obstruyéndose los baños y las cocinas..buscando sin descanso responsabilidades del ministerio de la vivienda que no hicieron caso hasta que dejamos de pagar las hipotecas con el respaldo de varios abogados de Sabadell para hacer las oportunas denuncias depositando las cuotas en un fondo creado por nosotros mismos. 

Después de dos largos años empezamos haber los frutos de muchas cosas, la tenacidad y las innumerables batallas conseguimos ser un barrio organizado sin delegar las decisiones  a los que iban de líderes salvadores, aunque la democracia cambió muchos aspectos de la convivencia, decidir ser un municipio independiente después de muchas discusiones políticas los vecinos de Badía tomó su última palabra, para bien o para mal, teniendo en cuenta que no existe tejido productivo que sustente el municipio, los servicios y los comercios son el sustento de la población aunque trabajen en otros lugares. Ahora como Badía del Vallés, su ayuntamiento guarda todo el archivo histórico de un municipio de creación reciente, pero con un intenso bagaje organizativo, han habido muchos cambios de gentes y la gran mayoría gente obrera por excelencia.

Salud Compañeros !! 

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