El error de buscar el bien para la humanidad

AutoridadA lo largo de nuestras vidas hemos oído multitud de discursos y hemos leído gran cantidad de textos decorados con eufemismos cuyos contenidos y valores reales son nulos. Sí, estoy hablando de demagogia. A primera vista, es algo difícil de detectar para aquel inocente con pocos conocimientos porque resultan convincentes debido a lo “bien que suena”. Sin embargo, si indagamos en dichas afirmaciones, si nos cuestionamos y lo contrastamos (si es posible), caemos en el vacío. Detrás de unas maravillosas palabras no hay nada, es superfluo.

Y no es nada nuevo que en todos los discursos políticos haya demagogia. Hubo y hay muchos filósofos, pensadores, una ínfima minoría de políticos y hasta la población misma que buscaron y buscan un sistema político justo que vele por el bien de la humanidad. Así pues surgieron multitud de idealismos basados en una democracia con Estado, unas leyes “éticas”, etc. Hablaron del “líder ideal”, de justicia social, de reparto justo de riquezas pero con un sistema económico parecido al capitalismo, del cuidado del medio ambiente, desarrollo sostenible… que solo quedan como unos preciosos párrafos escritos en papel y solo pueden quedar allí. He aquí que una teoría en donde se legitima la autoridad sol0 puede permanecer como teoría porque es en sistemas ideales donde se establecen las normas. Es el mismo error que ha cometido Platón al elaborar una serie de teorías para una política justa y universal que vela por el bien de la humanidad.

Toda esa parafernalia aplicada a la práctica tiende inevitablemente a corromperse puesto que son sistemas ideales perfectos y el ser humano es imperfecto. Por tanto, por muy bonito que suene, por muy conmovedor que sea, toda teoría política, social y económica que legitime, o se base en una autoridad artificial no puede aplicarse  a la práctica y por consiguiente, servirá para lo contrario. Podemos verificarlo si miramos la lógica neoliberal: en la teoría el neoliberalismo funciona puesto que las relaciones entre los agentes económicos (véase, por ejemplo, flujo circular de la renta) no admite contradicción pero en la práctica vemos que el sistema tambalea: crisis cíclicas, centralización de las riquezas, creación de élites, desigualdades sociales, degradación del ser humano y el medio ambiente…

El error más grave de todos es confiar en un sistema ideal basado en hechos y relaciones que no admiten contradicción y buscar su aplicación a la práctica. En otras palabras, el gran error es no confiar en la propia racionalidad del individuo y en la ajena, el error es confiar en un ente abstracto como lo es una autoridad artificial en vez de confiar en el ser humano. La pérdida de confianza en sí mismo y en los demás origina la fatal consecuencia de entregarlo a una autoridad artificial.

Sin caer en otro error que consiste en obligar a que tal individuo se comporte como tal, si queremos el bien para la humanidad no debemos de elaborar teorías que legitimen una autoridad ni tampoco debemos de decir cómo debe de comportarse un individuo. Porque es a partir de la diversidad de pensamiento, del librepensamiento de donde se crea una sociedad más justa. Así que si queremos el bien de la humanidad, debemos de hacer que todo aquel que busque dicho fin deje de confiar en una autoridad artificial y empiece a pensar por cuenta propia. Aunque antes que nada, tú eres el que tienes que empezar a formarte como individuo y luego si es posible, a cambiar el entorno.

Salud.

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