Sobre gárgolas y hiedras hambrientas

«bello como el encuentro fortuito, sobre una mesa de disección, de una máquina de coser y un paraguas» Conde de Lautréamont

Hace un montón de meses atrás se vio un happening por los medios de prensa. Un grupo de sacerdotes, con sus cabezas cubiertas por unos cascos blancos, se aglomeraban en un espacio y recitaban frases amplificadas para todo el mundo.

¡Aquello me dio un poco de miedo! Recordé la escena de un film: En una ciudad apocalíptica (¡Manhattan obviamente!) un tipo va a cazar con su perro. El bicho se escapa correteando a un ciervo y se mete en un lugar oscuro. El fulano entra a buscarlo alumbrando el lugar con una linterna y susurrando con voz temblorosa “¡Sam! ¡Sam!”. De pronto se encontró en medio de una convención de mutantes que chamullaban en círculo. Enervados por la presencia del intruso, se abalanzaron para comerlo. Claro que él sorteó todo en espectacular salto por una ventana, no sin antes meter un par de tiros. ¿Qué tienen que ver los mutantes y los sacerdotes? No tengo idea!! Pero los miedos son miedos.

Volviendo a lo inicial (los de cascos blancos), las imágenes los mostraban en una suerte de tertulia bochinchera con un ojo clavado en el asunto y el otro relojeando que no caiga una viga. El exorcismo lo hacían para unos pocos allegados y con el auspicio de la prensa a nivel mundial.

Recopilemos el asunto…

La importancia de los eventos tiene que ver indudablemente con dónde ocurren y el grado condensador, nostálgico e ideológico que representan dichos acontecimientos. Eso quedó demostrado cuando revolearon discursos de dolor ante la tragedia mas grande de Occidente en los últimos años. Aquella tarde nos abrazamos (Somos el mundo) cuando las llamas se lo devoraban todo.

No se pudo en ninguna instancia anterior de revuelta darle su merecido. Y en un abrir y cerrar de ojos, en un descuido de esos como se ven en las películas donde dejan la puerta abierta cuando no debían, entra el monstruo y se los morfa. Ahí dio comienzo la cosa.

Las gárgolas no daban crédito al suceso. Tanto tiempo ahí clavadas chupando frío como soldados suizos a la entrada del Vaticano, tanto tiempo entrenadas para ahuyentar a los demonios que se querían colar a la casa de Dios, que no se percataron de que la fiesta llegó desde adentro. Largas y temerarias llamas se zampaban la Catedral. El Gallo, que escuchaba los chusmeríos de los ángeles en el cielo, fue el primero en tocar tierra.

Al otro lado del Sena la gente se aglomeraba mirando atentamente la hecatombe. Un sudor frío se deslizaba por los cuerpos, pero esto no impedía registrar el momento histórico con los teléfonos móviles. El humo viajaba por París dando un guiño a Luoise Michel y mandando a la mierda a Víctor Hugo.

Decía un señor de barba: “Basta un amo en el cielo para que hayan mil en la tierra.”

Luego que volvió todo a su cauce, no hubo derrumbe final, salieron al rescate los billetes de varias familias pudientes y como broche de oro París quedó de plomo hasta el cuello (“el veneno de dios”). Me pregunto qué fue de los obreros. Sí. Esos que trabajaban restaurando la iglesia.

¿Habrán sido despedidos ? ¿Los habrán regañado y nada más? ¿Tenían familia? ¿Eran católicos?

¿Vivían en los barrios pobres de París? ¿Eran inmigrantes? ¿Trabajaban en condiciones dignas?

¿Estaban afiliados a un sindicato ? ¿Qué medio de comunicación habló de ellos? ¿Quién los señaló como culpables? Y ya que estamos ¿Cómo continuó la cosa con los chalecos amarillos? ¿El incendio afectó la conflictividad social vigente?

Una de cajón: Las lógicas simbólicas ya sean Religiosas, Políticas, Militares, Monárquicas o Marcianas, se sostienen no sólo por sus imposiciones y poderes, sino también por las tramas tejidas en toda la capa social; moviéndose entre la fe, los elegidos, los miedos, los autoritarismos o los mandatos divinos que nos condenan a ser siervos de los Reyes. Esas falsedades se repiten, se perpetran y festejan con la multitud.

– ¿En qué pensabas, niño?

– Pensaba en el cielo

– No es necesario que pienses en el cielo; nos sobra con pensar en la tierra. ¿Estás cansado de vivir, tú, que apenas acabas de nacer?

– No, pero todo el mundo prefiere el cielo a la tierra.

– Oye bien, yo no. Pues como el cielo ha sido hecho

por Dios, lo mismo que la tierra, ten por seguro que en- contrarás los mismos males que acá abajo. Después de la muerte no obtendrás una recompensa de acuerdo con

tus méritos, pues si cometen injusticias contigo en este mundo (como lo comprobarás por experiencia más tarde), no hay razón para que en la otra vida ya no las

cometan más. *

*Del libro “Los cantos de Maldoror” p.66. Obra precursora del Surrealismo.

Escribió Julio Cortázar en el libro Un tal Lucas  “Ser una hiedra es fácil matarla no”

Los tres chiflados fue un grupo de cómicos que hace años atrás salían en una serie de TV yanqui, un divertimento para chicos y no tanto. La dinámica de los tipos era sencilla: se entendían a golpes, pegándose mutuamente, metiéndose los dedos en los ojos y dándose garrotazos a sus cuerpos una y otra vez. Visualmente aquello resultaba muy dolorosos pero parece que con eso tormentos generaban muchas risas enlatadas y una notoriedad que traspasaba fronteras.

El Humor de circo se ha masificado al punto que hoy todxs nos metemos los dedos en los ojos, nos hacemos tanto daños físicos como mentales. La violencia se presenta como juegos entre serios y estúpidos. Tres ejemplos tontos: tenemos campeonatos de bofetadas, campeonatos de comer salchichas hasta atragantarse y programas televisivos para ridiculizar o denigrar con palabras o actos.

¿Qué lleva a las personas a inventar competencias y juegos para ejercer la violencia en contra de otrxs ? ¿Por qué las personas actúan de pararrayos de la violencia y no se rebelan?

¿Vivimos en un presente de la violencia de consenso como escribe Chul Han*? *Topología de la violencia – Byung-Chul Han (Autor)

Una parodia: La serie de dibujos animados que miran Bart, Lisa y Maggie Simpson, donde un ratón asesina al gato todos los capítulos haciéndole cosas terribles, critica e ironiza el problema de la violencia a escala planetaria. Allí donde se presume diversión en los programas para niñxs, cosas terribles pasan.

Y cuando ya caminamos por la cornisa aparecen las Apps, para ahora sí brincar al vacío y dejar el cerebro pegado contra el pavimento. ¿O piensas que vas a rebotar como el paladín de la Matrix?

Divertimentos en red, FaceApp o cómo morir antes de tiempo…

El desafío irresistible nos despoja de nuestro íntimo encuentro con el espejo (violines). Como otro juego más entre famosos y anónimos, nos permite hacer visible mi Yo del futuro y mostrarlo en la red social donde todo se mueve en planos desopilantes. Por suerte están los arreglos que nos podemos hacer a base de cirugías para poder tirar unos años más, por lo menos superficialmente, en este espacio de tragicomedia.

Paseo por Chernóbil: el sitio elegido para el desembarco del cine con una serie de esas que te ponen los pelos de punta sobre temas nucleares y los enredos entre ficción y realidad. Además no podía faltar la presencia de youtubers con sus puestas escénicas, las excursiones entre edificios abandonados con toques de dramatismo y con suerte algún ratón radiactivo que se cruza para mostrarnos que pese a todo, la vida se las rebusca.

Hoy no hay acontecimiento donde el sujeto ansioso por novedad no quiera estar presente. Para eso la tecnología cumple un papel estelar. Siempre rápida y precisa, nos alienta a dejarlo todo y salir por una dosis de vivencia (sea radioactiva o cualquier otra mierda).

El silencio para este monigote de pilas alcalinas es incomodidad, la quietud es terrorífica, no puede salir nada bueno de ahí. Necesita moverse, estar encendido, maximizar sus funciones para llegar a cada meta.

Y hablando de metas ¿qué mejor cosa que inventar una app para que las personas se puedan comer las sobras de los ricos por precios “irrisorios” ? Digo esto para estar a tono con las tendencias. Una aplicación realizada por diseñadores creativos, esos cerebros iluminados del capitalismo fascista, que ofrecen comida a punto o cerca de caducar a mitad de precio. Es divertido, ahorras y, claro, con esto también cuidas el medio ambiente.

Cuatro documentales para la pausa:

1)La isla de las flores de Jorge Furtado

Cuando comienza el corto documental explica: “ESTE NO ES UN FILM DE FICCIÓN” / “EXISTE UN LUGAR LLAMADO ISLA DE LAS FLORES” / “DIOS NO EXISTE”.

2) Los espigadores y la espigadora de Agnès Varda

La directora se va encontrado con gente que busca entre la basura. Por necesidad, o por puro azar, estas personas recogen los objetos desechados por otros.

3) El veneno esta en la mesa 1 y 2 de Silvio Tendler

Los agro-tóxicos y el peligro que representa para lxs trabajadorxs y para las personas que están comiendo mal y peligrosamente, a causa de un modelo agrícola perverso, basado en los agro-negocios.

“El empleado del mes”

El ensalzamiento dentro del capitalismo es una imposición más con un disfraz de seducción. El interés fundamental es seguirte chupando la sangre y en pos de eso nada puede producir una alteración de nuestra conducta (el oprimido feliz).

En el manual de servidor usuario hay dos caminos posibles (me disculpo por la simplificación): ser tipos astutos y oportunistas o terminar como sujetos arrinconados por el bullying. Nadie quiere ser tachado de persona negativa. Por eso el Diazepam, los libros que te enseñan a tener éxito y los consejos (cortos) en las redes sociales son furor.

Mientras estamos inmersos en los divertimentos para saciar a la hiedra, el Sistema se ha encargado de planchar y lavar los horrores que va dejando: la miseria, la pobreza, las guerras, la contaminación, la injusticia, la des-humanización y la devastación de la naturaleza.

Se purifica entre campañas paliativas, donaciones cooperantes, declaraciones, advertencias y multas, apelando a sus mismas organizaciones represivas y de orden.

Rosalino Rodríguez

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