Pedro Sánchez, entre el Ibex 35 y el manual de resistencia

Este 28A ha dejado un claro vencedor, Pedro Sánchez y su proyecto de partido. Recordemos que es el mismo Pedro Sánchez que representaba al ala derecha del PSOE en las primarias del 2014, el favorito por los barones. El Pedro Sánchez que, en las elecciones del 20D, debía agradecer a Pablo Iglesias “la sonrisa del destino”. El mismo al que poco después apuñalaron los barones: Pedro “el breve” lo llamaron. El que recorrió “todos los rincones de España” con el objetivo de refundar el PSOE. El de la moción de censura a Rajoy. El declarado enemigo de España por las tres derechas reaccionarias de este país.

Ese Pedro Sánchez es el mismo que ahora tiene en su mano conformar un gobierno progresista o un gobierno al servicio de las élites económicas de este país. Y es que la aritmética parlamentaria que han dejado estas elecciones ofrece la posibilidad de conformar gobiernos de todo tipo, gobiernos de diálogo, gobiernos valientes y de progreso, gobiernos serviles y “estables”, estables para las élites económicas claro, gobiernos vacíos…

Ante dicha aritmética y responsabilidad derivada de ella, a todos se nos viene la misma pregunta a la cabeza: ¿Cuál de estos posibles gobiernos será? ¿Estamos frente al Pedro Sánchez de la insumisión o frente al representante de las élites, el preferido por el Ibex y Ferreras?

A estas alturas no podemos afirmar con certeza cuál será el gobierno que dirija este país hasta la próxima legislatura, pero sí podemos elaborar un árbol de posibilidades que nos ayude a comprender el juego parlamentario de las próximas semanas. A fin de cuentas, en política todo se basa en la correlación de fuerzas entre los diferentes sujetos, sus intereses y sus valores.

ESCENARIO 1, PSOE + C’S

Es la opción preferida por las élites económicas de este país, el Ibex 35, representa la opción socioliberal de gobierno. Además, estaría bien vista tanto por la comunidad europea, por ser la opción garante de estabilidad de los intereses de la eurozona, como por los mercados internacionales, pues representa a Tatcher y a Reagan, la concepción de una sociedad de mercado neoliberal.

El pacto no está exento de problemas, escoger una opción siempre implica rechazar otras, valorar el coste de oportunidad es el día a día de la mercadotecnia política. Para el PSOE el problema reside en una militancia que se define más de izquierdas que el propio partido. La noche del 28A, los militantes se hicieron escuchar, gritos de “¡Sí se puede!” y “¡Con Rivera no!” se extendieron por todo Ferraz. Decidir cuál de los clamores, el popular o el de las elites, cristaliza en un gobierno es responsabilidad de Pedro Sánchez, el mismo que respondió a sus militantes: “Nosotros no vamos a hacer como ellos —C’s— que ponen cordones sanitarios al partido socialista, nosotros no vamos a poner cordones sanitarios, la única condición que vamos a poner, es respetar la constitución española y avanzar hacia justicia social, hacia la convivencia y hacia la limpieza política”. Los gritos militantes se apagaron, ya no se gritaban consignas en Ferraz, más de uno, con el corazón en un puño, comprendía su equivocación, el PSOE no era la opción progresista en estas elecciones.

Ciudadanos también encuentra contradicciones a la hora de formar gobierno con el PSOE, su discurso reaccionario lo ha alejado del centro derecha y ha colocado a Sánchez como el representante de los “enemigos de España”, desconocemos hasta qué punto puede la formación naranja desdecirse sin sufrir una penalización electoral. A su vez, se encuentra en una situación perfecta para sustituir al PP como principal fuerza de la oposición, ocupando el espectro político en el que realmente se encuentran cómodos; la derecha. Respecto a este punto ya podemos encontrar declaraciones contradictorias como las de Villegas asegurando una negociación con el PSOE, en contra de la posición oficial del partido basada en el “No a Sánchez”.

En cualquier caso, si se toma esta decisión como opción de gobierno, existirá un discurso que sirva como justificación mediática. No es nada nuevo, ya se intentó en 2016 y el proceso a seguir sería exactamente el mismo: 
Para empezar, se formará mesa de negociación con UP en la que se plantearán un programa y un reparto de funciones inasumibles para la formación morada, tras lo cual se romperán dichas negociaciones.

Llegados a este punto, el PSOE solo tendrá que recuperar el discurso de hace unos años “Pablo Iglesias solo quiere sillones y un programa populista dañino para el bienestar de España” para justificar la búsqueda de otras opciones de gobierno, ante la imposibilidad de formar la coalición progresista que la militancia exigía, se abrirán negociaciones con Albert Rivera, con el consecuente final feliz para las élites económicas, se formará un gobierno socioliberal de PSOE y C’s.

ESCENARIO 2, PSOE + UP + OTROS

Es la opción que representa el clamor popular de la España progresista. Implica un pacto a la portuguesa con UP y negociar el apoyo o la abstención del PNV y/o ERC, dicho pacto se puede producir por tres factores. El primero que Albert Rivera decida rechazar el pacto socioliberal y pugnar con el PP el liderazgo de la oposición. El segundo, parte de la generosidad de ERC con el PSOE, si Gabriel Rufián está dispuesto a negociar un nuevo encaje constitucional o si exige lo que su pretendiente no le puede dar, un referéndum de autodeterminación. El tercero, y el más improbable, que Pedro Sánchez muestre su lado indómito, quién sabe, este chico es una caja de sorpresas.

Una vez más, las correlaciones de fuerzas nos plantean los riesgos a tener en cuenta respecto a esta opción de gobierno. Para Sánchez significa regalar a la derecha el discurso de los “enemigos de España”, ya que significa renovar el acuerdo con fuerzas etiquetadas política y mediáticamente como “anticonstitucionalistas”, entre otros adjetivos.

El PSOE, no es el único que asume riesgos con este pacto, para la formación de Pablo Iglesias aceptar un gobierno en el cual su poder negociador es minúsculo, implicará abrir un debate sobre la idoneidad o no de dicho pacto. Apoyar o no a un PSOE que lo doblegará y humillará, cediendo pocos o ninguno de los ministerios, así como el incumplimiento de los acuerdos programáticos, situación que ya han vivenciado estos últimos 10 meses en el gobierno. Y, tras la crisis económica que se avecina, afrontar unas elecciones con la penalización y desgaste propia de quién gobierna en tiempos de crisis, sin olvidar una opinión pública influida por el discurso de la derecha “la izquierda, una vez más, ha hundido el país”.

SIN NOTICIAS HASTA EL 26M

Posicionarse hacia un pacto u otro de gobierno conlleva abandonar el ambiguo, vacío y eficaz centro político que tan buenos resultados ha dado al PSOE estas generales. Con el objetivo de no afectar a los resultados de las elecciones autonómicas, municipales y europeas, este mes de abril tendremos que contentarnos con el paripé entorno a la formación de gobierno del PSOE en solitario. Una opción débil e inestable que requiere una negociación continua con todos los grupos políticos, lo que implica una incapacidad a la hora de efectuar las reformas legislativas que requiere este país y, por tanto, la posibilidad de nuevas elecciones en el corto y medio plazo. Una opción de gobierno irreal que solo se plantea para ganar tiempo.

Hugo Cuevas Soria

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/el-blog-de-el-salto/pedro-sanchez-ibex-35-manual-resistencia

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