Querida Irma:
Cuentan los noticieros, que ha muerto Galeano.
Él me enseñó muchas de las cosas que hoy sé; sociales, geografía, historia, humanidades. También me enseñó a leer y a escribir (lo poco que sé).
Una de las historias más bonitas que he escuchado en mi vida, es sobre un viaje que él hizo a Nicaragua cuando la revolución sandinista derrocó al dictador Somoza. Cuando los carteles se alzaban y gritaban: “Nicaragua Libre”. “No somos aves para vivir del aire. No somos peces para vivir del mar. Somos hombres para vivir de la tierra”.
De ese viaje, Galeano narra una historia que contó Gioconda Belli; ella hablaba con una niña de nueve años sobre la victoria sandinista y la chiquitina le decía: “Yo, en las venas, en vez de sangre tengo alegría” ¿Que bella historia verdad?
Yo sé que Galeano no buscaba admiradores, sino interlocutores, pero, a pesar de su disconformidad, le admiro.
Admiro al escritor que con su literatura “no quiere enterrar a los muertos, sino perpetuarlos. Que su propósito no es barrer las cenizas, sino por el contrario, prender el fuego”
¿Tú sabías que Galeano no quería ser escritor sino dibujante? Eso sí, él confiesa que el oficio más hermoso es el de partera, por ser la mano que da de nacer.
Besos, Adelaida
PD. Hoy es día 13 del mes de abril del año 2015. Un buen día para brindar por el arte de las palabras. Salud compañera!