El decreto 3+2. Un robo detrás de otro

El pasado 30 de enero, el Consejo de Ministros aprobó el decreto conocido como “3+2” por el que el modelo universitario actual, de 4 años de Grado + 1 de Máster, se convierte en 3 de Grado + 2 de Máster.

La CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) ha aplazado la aplicación de la reforma a 2017, pero su desarrollo corre a cargo de las universidades. Cada universidad decidirá si lo hace en 2015-16.

La reforma no aporta cambios de tendencia a las últimas políticas educativas, pero sí añade robo al robo. Empecemos desde el principio.

Plan Bolonia y Decreto 3+2. La ignorancia es la fuerza

Es una forma de ahorrar dinero para las familias porque es un año menos que tienen de pagar tasas (argumentario del Ministerio de Educación sobre el Decreto 3+2)

La guerra es la paz. La libertad es la esclavitud. La ignorancia es la fuerza (1984, Orwell)

No es ninguna novedad que el Ministerio de la Verdad (perdón: de Educación) nos llame idiotas en lenguaje orwelliano y trate de hacernos creer que con la reforma pagaremos menos. Algo más novedosa es la desfachatez de los rectorados y ciertos sindicatos de estudiantes renegando ahora de la reforma cuando hace unos años hacían lo posible por aplicarla. Todos (ministerio, CRUE y sindicatos vende-estudiantes) recurren al lema de Orwell para seguir actuando con total desvergüenza. Por eso, antes de comenzar, conviene recordar un poco.

La propuesta del 3+2 era una propuesta estrella del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES o “Plan Bolonia”). El EEES fue implantado en 2007 por el gobierno del PSOE y su filosofía mercantilizadora ha continuado hasta hoy: Estrategia Universidad 2015 (gobiernos PP y PSOE), Informe de Expertos de Wert (2013, PP) y ahora, Decreto 3+2 (PP).

Ante la imposición del EEES, estudiantes de todo el estado se organizaron para protestar contra su implantación y la política que llevaba detrás. Denunciaban que supondría la mercantilización de la universidad pública y, con ello, la elitización del acceso, la subida de tasas, la universidad-empresa, la reducción de la financiación, etc. Todas esas consecuencias anunciadas por la protesta estudiantil de entonces son los ejes de las políticas actuales, pero los y las estudiantes AntiBolonia no recibieron el apoyo de los rectorados que ahora lloriquean por los paseos del ministerio pidiendo financiación, ni de los sindicatos afines al PSOE que ahora reniegan. Un ejemplo: en Zaragoza es conocido el caso del sindicato EDU, que contra un encierro que duró meses, se dedicaba a hacer propaganda “alternativa” con su lema “Bolonia sí, pero no así”. Ahora piden la derogación del 3+2.

La postura de los rectorados no fue ni es mejor. En Barcelona, el rectorado permitió a los ya célebres Mossos d’Esquadra desalojar del edificio ocupado por los estudiantes AntiBolonia. El desalojo acabó con detenidos y con el ensañamiento de los Mossos contra los y las estudiantes en manifestaciones posteriores. Esos hechos fueron un anticipo del talante que los rectorados han aplicado desde entonces a las protestas estudiantiles. Mientras recurren al porrazo, piden diálogo al ministerio y retrasan la aplicación del 3+2 para 2017.

Sea como fuere, el EEES se impuso. O mejor dicho: nos lo impusieron, con porrazos cuando hizo falta. ¿La letra con sangre entra? Entonces fue con la fórmula del 4+1. Ahora el ministerio retoma el 3+2, pero las medidas y consecuencias del EEES las venimos sufriendo desde entonces: subida de tasas, reducción de la financiación, reducción de becas, precarización del PAS y PDI… No olvidemos por tanto, el contexto. En ese contexto, el decreto 3+2 es solo otro robo más en el saqueo de la universidad pública. A veces parece que solo se protesta por la última “gracia” del ministro bufón, olvidando que este es el último capítulo de un negocio que comenzó hace 7 años con el plan Bolonia. Un negocio que goza de buena salud.

* Más (y antes) sobre la mercantilización de la universidad:
La universidad ha muerto !Viva la empresa privada! (2014)
EEES=Bolonia= Mercantilización de la universidad (2008)

Detrás del 3+2

NEGOCIO. Los datos del robo

Ese robo que los poderes neoliberales han perpetrado utilizando las instituciones estatales se basa en acumular desposeyendo. La acumulación/ganancia obtenida crece a medida que se desposee a los pueblos de derechos básicos como la educación. En nuestro caso (la universidad pública) el negocio se basa en convertirla en una empresa para explotar sus “recursos”, sean estos humanos (estudiantes y trabajadores), materiales (“productos” y “servicios”) o inmateriales (conocimiento).

El decreto 3+2 persigue el mismo objetivo: hacer negocio y explotar aún más a los estudiantes y sus familias.

Los siguientes datos lo demuestran. Comparemos lo que costaba a un estudiante cursar una licenciatura según las tasas del plan antiguo (2008) con lo que le cuesta ahora (4+1) y lo que le costará con el 3+2 (aplicando las tasas actuales). Los datos son de la Universidad de Zaragoza, universidad que ha aumentado un +31,68% el precio de sus másteres entre 2009 y 2014. En el resto del estado, el aumento máximo ha sido del +54,98% y el mínimo, un descenso del 4,8%.

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5 años de estudios hoy (4+1) cuestan hasta 4.111€ más que en el plan antiguo. Eso supone una subida del 95%. La diferencia se debe a las continuas subidas anuales de las tasas desde el comienzo del Plan Bolonia. Pero el afán recaudatorio no acaba ahí: con el decreto 3+2 sigue aumentando el precio sin necesidad de aumentar las tasas (aunque también seguirán aumentando), dado que los créditos de máster tienen tasas más altas que las de grado.

Por otro lado, comparando el coste en el Plan Antiguo con el del decreto 3+2, el segundo cuesta hasta 5.370 € más – para un aumento del 158%. Estudiar ahora 5 años cuesta más del doble de lo que costaba hace solo 7 años. Con lo que cuesta estudiante pagar un “grado + máster” (3+2), hace 7 años se podía pagar ¡más de dos licenciaturas enteras como mínimo! – porque el cálculo no tiene en cuenta las asignaturas en 2º, 3º o 4º matrícula ni que las tasas de máster seguirán subiendo.

Aún hay más. Este no es el único robo. Las antiguas licenciaturas y diplomaturas no pueden compararse con los futuros grados del 3+2, puesto que el nuevo decreto devalúa el título de grado.

DEVALUACIÓN. Títulos de mierda para trabajos de mierda

Las agencias de evaluación tendrán en cuenta, a la hora de verificar y acreditar los títulos, que las propuestas de las universidades primen los contenidos generalistas y de formación básica en los planes de estudios de títulos de grado y los contenidos especializados en los planes de estudios de títulos de máster (Decreto 3+2)

Desde hace años se nos ha dicho que la formación debe servir a las necesidades del mercado. En la actualidad, el mercado necesita varias cosas para mantener sus niveles de beneficio, competitividad y flexibilidad.

La noción de competitividad refiere a las innovaciones tecnológicas que las empresas necesitan para mantener la competencia con otros productores y aumentar constantemente sus márgenes de beneficio. La idea de flexibilidad nos habla de la necesidad de las empresas de poder hacer cambios rápidos que mejoren sus condiciones de competencia en otros niveles del proceso productivo. Las Universidades públicas se convierten en lugares desde donde disponer lo imprescindible para mantener o aumentar los niveles de competitividad que las empresas privadas necesitan, siempre a bajo coste.

En cuanto a la innovación, lo que Bolonia llamó “transferencia de conocimiento”, no ha significado otra cosa que la entrega de las investigaciones de los departamentos de investigación de las facultades al sector privado, siempre en aras de mejorar sus procesos de producción y aumentar sus ganancias a coste cero. Las universidades se han convertido en los departamentos de I+D+I de muchas empresas. Esa “colaboración” también lleva siendo denunciada hace años.

La Universidad también sirve a las necesidades del mercado adaptándose al modelo laboral. La universidad debe ofrecer una formación superior encaminada a servir a un modelo económico que genera una gran cantidad de puestos de trabajo de baja cualificación, mal pagados y en malas condiciones. Los trabajos que requieren una alta cualificación son minoría y más escasos aún son los de media cualificación. Esto se llama polarización del mercado laboral, y la Universidad funciona hoy al servicio de este proceso.

Muchas personas con estudios universitarios acceden a puestos de trabajo que precisan de poca cualificación. A las empresas les viene bien esta sobrecualificación porque mejora su productividad, pero grandes cantidades de gente cualificada en puestos que no lo precisan puede suponer una presión al alza de los salarios – y eso no es bueno para los beneficios.

Para quienes creen que la educación es una herramienta más de la economía capitalista y que debe ser funcional a las necesidades del mercado para mantener ganancias y beneficios, la sobrecualificación en los puestos de trabajo es un derroche de recursos. ¿Para que invertir tanto dinero en educación si la formación que reciben los universitarios no sirve para los puestos que el mercado necesita?

Lo dicho sobre la educación superior universitaria en este punto se puede extrapolar a todos los niveles de formación. ¿Qué debe hacerse entonces? La formación debe ser de poca cualificación, debe fabricar trabajadores explotables, con capacidades pero sin conocimientos, futuros trabajadores flexibles, que se adapten a los “cambios del mercado” con facilidad y sin rechistar a la precariedad y al paro. Por eso los grados se devalúan en 3 años de formación generalista de la que hasta un 25% podrá consistir en prácticas externas en empresas. La formación súper-básica deberá completarse con el máster… si el alumno puede pagar.

EXCLUSIÓN Y ELITIZACIÓN DEL ACCESO

La diferencia de tasas entre grado y máster expulsará de la “especialización” a los alumnos que no puedan pagar. Esto excluirá a las rentas bajas de esos niveles de formación y creará una élite entre quienes sí puedan pagar. Esto no ocurría en el Plan Antiguo porque, aunque ya existían másteres, la especialización se incluía dentro de licenciaturas y diplomaturas.

DIFERENCIACIÓN y DESIGUALDAD ¡Todo por el Mercado!

Para hacer negocio con la educación, las universidades deben competir entre ellas ofreciendo diferentes grados y másteres dentro de un “mercado” común (el EEES).

En esta lógica está el permitir a las universidades ofrecer un mismo título con diferentes duraciones. Eso no es nuevo de EEES pero, teniendo en cuenta el contexto actual (las universidades privadas se han duplicado de – 15 a 30 – desde el año 2000), beneficia a la universidad privada y agrede a la pública.

¿HOMOGENIZACIÓN CON EUROPA?

De los 47 países incorporados al EEES, la gran mayoría combina grados de 3 y 4 años. En las campañas proBolonia se decía que las becas aumentarían y, con ellas, las oportunidades en Europa. Queda claro que todo era mera propaganda, pero los mismos argumentos se utilizan ahora para vendernos el decreto.

EXPULSIÓN O HIPOTECA. Las Becas-Préstamo

Desde el año 2012 se estima que 45.000 estudiantes han abandonado la universidad por no poder pagar las tasas. La situación se agrava cada año que suben las tasas y seguirá empeorando con la aplicación del 3+2. Ante la reducción de las becas (no es casualidad), los buitres que hacen negocio con la desgracia ajena no han tardado en ofrecer sus préstamos bancarios para estudiantes. Es el caso del Banco Santander, que de ese modo culmina su colonización de la universidad pública.

En España, este tipo de préstamos aparecieron en 2007 como “Préstamos Renta Universidad” y dejaron de concederse en 2012. Durante esos 5 años de becas-préstamo, los estudiantes que las solicitaron vieron cómo posteriormente el Ministerio y el Banco endurecieron sus condiciones. Como resultado, cientos de estudiantes mantiene ahora deudas de hasta 20.000 euros que no pueden devolver.

Tanto en EEUU como en Chile o Reino Unido, esta política de becas-préstamo ha supuesto que los estudiantes contraigan deudas de por vida.

El robo continúa y la respuesta no es suficiente

Ante el decreto, la CRUE (Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas) ha pedido dialogo al ministerio y ha pospuesto la reforma para 2017. Parece que ahora no es posible aplicar el decreto pero dentro de dos años sí. El problema continúa. El gesto de la CRUE es un parche. Los rectorados mantienen su actitud cómplice para con la mercantilización de la universidad y las medidas criminales que expulsan cada año a miles de estudiantes. Son gestores de una universidad que se comporta como una empresa y no como una institución al servicio de toda la sociedad.

Ante esta situación, solo la derogación será una solución. Pero no solo la derogación del decreto 3+2, sino de Bolonia y todas las medidas que ha traído consigo (subida de tasas entre otras). Y la derogación no va a partir ni de los rectorados, ni de los consejos sociales de las universidades (brazos de la empresa en la universidad) ni de los sindicatos ligados al poder que llevan años hablando en nombre de todo el estudiantado (con fatales consecuencias, visto lo visto).

No estamos solos: lo demuestra la lucha de los estudiantes canadienses y alemanes, entre otros durante los últimos años, que consiguió parar la subida de tasas. Solo las protestas de un estudiantado autoorganizado e independiente podrán acabar recuperando la universidad pública. Ese es el único camino.

Febrero 2015

Acción Social Sindical Internacionalista

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