Esbozo biográfico de Benjamin Péret y cartas enviadas a André Breton desde España (1936-1937)

Escritas: Entre 1936-37
Fuente de los textos: Las cartas fueron publicadas en la revista Balance. Cuadernos de historia del movimiento obrero (Barcelona), en su número 26 (noviembre 2002), con el título «Cartas de Benjamin Péret a André Breton enviadas desde España (1936-1937). Y un artículo inédito: «Revolución o contrarrevolución en España»» y con introducción, notas, y bibliografía de Agustín Guillamón

Esbozo biográfico de Benjamin Péret

Benjamin Péret, que en 1936 era ya un reconocido poeta surrealista, era también un activo y destacado militante trotskista.

Benjamin Péret nació el 4 de julio de 1899 en Rezé (cerca de Nantes, Francia) y falleció en París el 18 de septiembre de 1959. Fue enrolado en el ejército durante la Primera Guerra Mundial. Acabada ésta participó en las actividades del grupo dadaísta, y en 1920-1924 junto con Breton, Aragon y Eluard intervino en la formación del movimiento surrealista. En 1926 se adhirió al Partido comunista. Estuvo en Brasil desde 1929, donde se unió a las filas de la Oposición de izquierda (trotskista), en abril de 1931. En diciembre de ese mismo año fue expulsado de este país por sus actividades políticas. De nuevo en Francia participó en todas las actividades surrealistas y firmó las declaraciones del grupo contrarias al estalinismo. No pudo afiliarse a la Liga comunista a causa de la exigencia de Naville y Molinier de que declarase que el surrealismo era contrarrevolucionario. Militó en Union Communiste hasta marzo de 1934. Se mostró remiso a la táctica entrista, propugnada por Trotsky. Muy activo en política desde 1932, participó en la campaña de auxilio al Trotsky exiliado. En 1934 lanzó un llamamiento por la unidad obrera contra el auge del fascismo en Francia. En la primavera de 1935 viajó con Breton a Canarias, donde entraron en contacto con los surrealistas españoles. En 1936 se editó «Je ne mange de ce pain-là», que contiene un poema extremadamente peyorativo de Macià, presidente de la Generalidad.

Tras una breve estancia en el grupo «Contra Ataque» de Georges Bataille, ingresó en el Partido Obrero Internacionalista (POI), de carácter trotskista, desde su fundación en junio de 1936. El 5 de agosto de 1936 llegó a Barcelona junto con el director de cine Léopold Sabas y Jean Rous, miembro del secretariado internacional. Estos tres delegados del Movimiento por la Cuarta Internacional tenían la misión de facilitar la colaboración de los trotskistas con el POUM, sobre todo en el plano militar y político. Rous y Péret tomaron la palabra en el entierro de Robert de Fauconnet, militante trotskista francés de la Columna Internacional Lenin, caído en el frente de Huesca el 1 de septiembre. Péret había realizado en el mes de agosto una primera visita a los distintos frentes y, desde el 5 de septiembre, tras la marcha de Jean Rous a Francia, se convirtió en el delegado del POI en España. Tal cargo, unido a su fama de poeta surrealista transgresor y provocador, ferozmente anticlerical, no desmerecieron nunca su extrema modestia y sencillez, ejemplificada magistralmente en la anécdota del encuentro con Jaume Miravitlles, comisario de Propaganda de la Generalidad, que narra Mary Low en su libro sobre España. Miravitlles confundió a Péret, vestido con alpargatas y mono azul, con un peón, cuando éste tímidamente le pidió permiso para entrar a su despacho. La misma Mary Low, a quien Péret prologó en 1942 un libro de ensayos, nos muestra a un beatífico Péret haciendo guardia en el Hotel Falcón con fusil al hombro, mientras un gato ronronea entre sus piernas. Desde octubre de 1936 Péret trabajó como locutor en lengua portuguesa de la Radio del POUM. El deterioro de las relaciones entre trotskistas y poumistas alcanzó tal crispación que hizo imposible la mera permanencia de los trotskistas en las filas o las milicias del POUM. Dada la creciente amenaza de liquidación política y física de los trotskistas, la absoluta impunidad de los estalinistas y el rechazo de los poumistas a tolerarlos en sus filas, en marzo de 1937 Benjamin Péret tuvo que refugiarse en la Columna Durruti, en el sector de Pina de Ebro, y a finales de abril de 1937, junto con su compañera Remedios Varo, y Munis, dirigente de la Sección Bolchevique-Leninista de España, marchó a París. Allí reemprendió sus actividades profesionales de corrector y de militancia en el POI. Colaboró en los dos números de «Clé» y en las actividades de la FIARI (Federación Internacional del Arte Revolucionario Independiente), nacida a raíz del manifiesto «Por un arte revolucionario independiente» redactado en julio de 1938, en México, por Trotsky y Breton. El 3 de septiembre de 1938 se fundó formalmente, en Perigny, en casa de Rosmer, la Cuarta Internacional. En febrero de 1940 Péret fue movilizado, y en mayo encarcelado por sus actividades políticas. Salió de la prisión de Rennes en julio de 1940, gracias al soborno aceptado por un guardián nazi. Desde marzo de 1941 vivió entre los miles de personas que en Marsella esperaban conseguir visado y pasaje para huir de la Francia de Vichy, trabajando algún tiempo en la cooperativa trotskista Croque-Fruit, hasta que en octubre de 1941 consiguió embarcar con destino a Casablanca y de allí a México, acompañado por Remedios.

Permaneció en México hasta 1948 donde militó con Munis en el Grupo Español en México de la Cuarta Internacional (GEMCI). Péret utilizó en México el seudónimo de «Peralta». Desde 1941 hasta 1943 publicó en castellano, en «19 de Julio» y «Contra la corriente», órganos del GEMCI, excelentes artículos de análisis político sobre los principales acontecimientos que jalonaron la Segunda Guerra Mundial. Péret, con Munis y Natalia Sedova, inició un proceso de ruptura con la Cuarta Internacional que se hizo definitiva en el Segundo Congreso, reunido en París en 1948. Péret en México vivió muy pobremente, aunque siempre muy activo en los planos cultural y político. En febrero de 1945 editó su folleto «El deshonor de los poetas» que atacaba el nacionalismo y patrioterismo de Aragon y Eluard. En setiembre de 1946 publicó en francés, en la editorial Revolución del GEMCI, un «Manifeste des exégétes» que efectuaba una balance de lo que él consideraba el fracaso y aislamiento de las revolucionarios (y por lo tanto de la Cuarta Internacional), y que a la vez constituía una detallada exposición de las discrepancias existentes entre el GEMCI y el secretariado internacional, entre las que destacaba la definición de capitalismo de estado, dada por Munis y Péret al régimen ruso.

Munis y Péret llegaron a Francia a principios de 1948. Munis y sus seguidores fueron expulsados de la Cuarta Internacional en 1949, a causa de la crítica a las posiciones oficiales de la Internacional, que aún consideraban a la Unión Soviética como un «Estado obrero degenerado», así como a su rechazo a la intervención de los revolucionarios en las luchas de liberación «nacional» contra el nazismo que, tanto Munis como Péret y Natalia, calificaban como contrarias a las tesis clásicas del marxismo revolucionario, que propugnaban la transformación de la guerra imperialista en una guerra civil revolucionaria contra la propia burguesía. Péret continuó colaborando en las revistas surrealistas y con el Grupo de exiliados españoles, que constituidos como Grupo Comunista Internacionalista (GCI), se unieron a un grupo de exiliados/emigrantes vietnamitas, a la tendencia Galienne-Pennetier surgida en el segundo congreso, y al que se sumaron diversas personalidades, para constituir una efímera Unión Obrera Internacional (UOI). Munis y los españoles del GCI crearon en Barcelona y Madrid una primera infraestructura para reemprender una lucha revolucionaria contra el franquismo. Intervinieron en la huelga de tranvías de Barcelona de marzo de 1951. A principios de 1953 el grupo cayó en manos de la policía y Munis fue encarcelado hasta 1957. En 1952 Péret mantuvo en «Le Libertaire» un debate con los anarcosindicalistas en torno al papel de los sindicatos, como órganos del Estado, en la actual sociedad capitalista, que estuvo en el origen del libro «Los sindicatos contra la revolución», publicado en 1968, firmado conjuntamente por Munis y Péret. Benjamin Péret realizó varios viajes semiclandestinos a la España franquista para visitar a Munis y Jaime Fernández en el penal de Santoña. En 1958 Munis y Péret fundaron un pequeño grupo revolucionario denominado Fomento Obrero Revolucionario, al que se sumó Jaime Fernández, que alejado de la tradición trotskista, intentó aplicar el análisis histórico y social propio del marxismo revolucionario a los nuevos fenómenos sociales y políticos del capitalismo, expuesto en su órgano «Alarma», editado desde 1959 hasta 1993, y que se sintetizó en «Pro Segundo Manifiesto Comunista», editado en 1965, como ampliación y desarrollo de un folleto: «El Proletariado entre los dos bloques», editado en 1949 por la UOI, que había sido elaborado conjuntamente por Munis y Péret.

Benjamin Péret es un raro ejemplo de coherencia personal y política, de poeta y militante comprometido durante toda su existencia con el surrealismo y el marxismo revolucionario.

Aclaración

No debería ser necesario subrayar el hecho evidente de que Benjamín Péret no fue nunca anarquista, aunque siempre supo mantener excelentes relaciones personales y políticas con el movimiento libertario, y valoró extraordinariamente la figura de Buenaventura Durruti. Pero el hecho de que combatiera en la Columna Durruti ha creado cierta confusión historiográfica, que ha llevado a algunos historiadores a afirmar ERRÓNEAMENTE, o con cierta complaciente ambigüedad, que Péret fue anarquista, o por lo menos simpatizante ácrata. No; Benjamin Péret nunca fue anarquista y fue trotskista desde 1931. Tras la ruptura con el trotskismo en 1949, sostuvo las posiciones propias del marxismo revolucionario, siempre muy críticas con el estalinismo, nuevo fenómeno reaccionario y contrarrevolucionario del siglo XX al que Péret y Munis aplicaron el análisis marxista de la realidad social e histórica. Por otra parte, si Benjamin Péret decidió entrar en una columna anarquista no fue por ninguna afinidad ideológica personal, sino porque ésa era la consigna dada por el POI a sus militantes. En una situación de liquidación política y física de los militantes trotskistas era necesario buscar protección. Y dada la manifiesta hostilidad e incluso la amenaza de expulsión, existente en el POUM, que no se daba en las filas libertarias, las columnas anarquistas eran el refugio más asequible y seguro contra la persecución estalinista.

Agustín Guillamón

Benjamin Péret (a la izquierda) y Munis (a la derecha)

LAS SIETE CARTAS ENVIADAS POR PÉRET A BRETON

Benjamin Péret a André Breton

Barcelona, 11 de agosto [1936].

Queridísimo André:

Si vieras Barcelona tal como está hoy, salpicada de barricadas, decorada con iglesias incendiadas de las que no quedan más que las cuatro paredes, estarías tan exultante como yo. Por otro lado esto empieza desde que uno pasa la frontera. La primera casa que se ve en territorio español, una gran villa rodeada por un parque, ha sido expropiada por el Comité obrero de Puigcerdá. Cuando se llega a este pueblo se oye un ruido atronador. Se trata de una iglesia que los obreros, no contentos con haberla incendiado, están destruyendo con una rabia y una alegría que da gusto ver [1]. En Cataluña sólo se ven iglesias incendiadas o privadas de sus campanas, a lo largo del horrible y tortuoso sendero que había tomado para ir de Puigcerdá a Barcelona, y que me ha parecido un paseo hechizado. En Barcelona hay más policía. La guardia roja circula en autos requisados por la FAI, el POUM y el PSUC. No conviene ir sin los papeles en regla puesto que cualquier sospechoso puede ser fusilado sin más trámite. Los anarquistas son prácticamente los amos de Cataluña y la única fuerza que tienen enfrente es la del POUM. La relación de fuerzas entre ellos y nosotros es de 3 a 1, lo cual no es excesivo, y en las actuales circunstancias puede cambiar con facilidad. Tenemos quince mil hombres armados y ellos tienen de cuarenta a cincuenta mil. Los comunistas que provienen de la fusión de tres o cuatro partidos son una fuerza insignificante. En su periódico, el viernes pasado declararon que no se trataba de una revolución proletaria, sino de sostener la república y que cualquiera que intentara hacer la revolución les encontraría delante con sus milicias. Anuncian pues su intención de sabotear la revolución, pero no creo que tengan el suficiente poder para hacerlo.

Las noticias del frente son excelentes. Ayer llegaron treinta aviones y se esperan también tanques. Cuando lleguen será la hora del ataque definitivo sobre Zaragoza que según los especialistas caería en cuarenta y ocho horas.

Intentaré escribirte con mayor amplitud en los próximos días. El correo aéreo sale inmediatamente.

Saludos para todos y excúsame ante los amigos de no escribirles pero es que no tengo demasiado tiempo. Pronto saldré para el frente en misión política.

Benjamin.

*    *    *    *

Benjamin Péret a André Breton

Valencia, 26 de agosto [1936].

Querido André:

Estoy aquí de paso, entre dos trenes. Voy a Madrid, al frente de Somosierra. Ya he estado en el frente de Aragón. Las cosas se complican porque el gobierno francés obstaculiza por todos los medios el armamento de Barcelona y de Madrid. Por el contrario el entusiasmo de los milicianos es magnífico, aunque reina entre los anarquistas una confusión que no puedes imaginarte. Durante este viaje he visto más de sesenta pueblos y he hecho más de mil kilómetros. En todas partes se han instalado una especie de soviets [2], pero como no llevan el nombre nadie se da cuenta, y la Generalidad de Cataluña hace notables esfuerzos para mantener a la gente en su ceguera. En Valencia el gobierno de Madrid no tiene ningún poder. Gobiernan los partidos obreros aliados con la pequeña burguesía. Todos los días pienso en escribirte más largamente, pero estoy ocupado en mil cosas para el POUM y el POI. Espero que a mi regreso a Barcelona estaré más libre y podré escribirte. Cuento con permanecer en este magnífico país durante varios meses.

Benjamin.

*    *    *    *

Benjamin Péret a André Breton

Barcelona, 5 septiembre [1936].

Mi muy querido André:

No tengo noticias de nadie y desconozco si os han llegado mis cartas y postales (las he enviado a todo el mundo), pues correos marcha aquí como puede y debe – a juzgar por las raras cartas llegadas a los camaradas – seguir caminos extraños pues las cartas tardan tres semanas en llegar a París desde Barcelona.

Aquí se regresa muy lentamente al orden burgués. Todo el mundo se aborrega lentamente. Los anarquistas van cogidos del brazo con los burgueses de la Esquerra republicana y el POUM no termina de echarles flores [3]. Ya no hay hombres armados en las calles de Barcelona como cuando llegué. La Generalidad (es decir, los burgueses) lo ha recuperado todo en sus manos – aunque sus manos sean temblorosas – y los revolucionarios del 19 de julio colaboran lealmente con ella, rompiendo así la dualidad de poderes que se había establecido tras la insurrección. Así pues de momento, en el dominio político y económico, estancamiento de la revolución.

En el dominio militar, los militares traicionan descaradamente y cuando no traicionan son tan idiotas e ignorantes que da igual. Pero el entusiasmo de las milicias es magnífico. Sin embargo estos días hay que esperar serias derrotas. Por otra parte, el gobierno Largo Caballero se ha constituido por el pánico engendrado en previsión de estas derrotas, pues en Madrid – a donde he llegado anteayer – no hay más huella visible de la revolución que las encantadoras milicianas y los carteles que indican «incautado por…». Todo Madrid se parece a Passy, un Passy en el que las marquesas habrían dejado de llevar pamelas y en el que sus esposos habrían abandonado las corbatas y el sombrero de copa.

Hasta estos últimos días la situación militar era bastante favorable según la opinión general – y esto era cierto, bastaba pasar algún tiempo en los frentes como he hecho yo para comprenderlo – pero los militares lo han estropeado todo.

Pero no hay que desesperar. Es evidente que los fascistas han recibido importante ayuda técnica y material, mientras que en nuestro bando sólo se ha recibido una ayuda relativamente insignificante, pues el gobierno francés encuentra todas las trabas posibles a la expedición de armas, etc… para España y sobre todo para Cataluña, que representa el elemento más avanzado.

A pesar de todo nuestras pérdidas son escasas (o por lo menos lo eran hasta ahora) pues los fascistas disparan muy mal. Un ejemplo, pasaba por una carretera bombardeada. Los obuses caían a centenares de metros de la carretera. La carretera estaba intacta. El pueblo al que íbamos estaba siendo bombardeado desde hacía una semana. Sólo habían sido demolidas algunas casas. No había ni una sola víctima, ni un herido. A la salida de este pueblo se luchaba con metralleta y fusil. La batalla duró toda la noche y prosiguió a la mañana siguiente. Duró toda la mañana.

No hubo ni un solo herido.

Me he enterado ahora que has hecho una declaración contra el proceso de Moscú. ¿Quieres enviármelo urgentemente por avión? Intentaré publicarlo aquí. Espero que me hayas adherido a esta protesta.

Hay tantas cosas que decir sobre la situación aquí. No acabaría si quisiera decirlo todo.

Aquí soy delegado del POI, me encargo de representarlo, aunque de momento no puedo ir al frente como quería y desconozco el tiempo que permaneceré aquí.

Otra cosa, si me escribes no hagas alusión alguna al contenido de esta carta, pues aquí se fusila alegremente y digo aquí cosas que no debería decir. Además existe una severa censura. Si tienes que decirme cosas personales – no se sabe nunca – escribe con limón entre las líneas con un pincel sobre el papel de un membrete de café para que yo sepa que hay otra cosa que leer.

Te hago llegar esta carta mediante un camarada que regresa a Francia [4].

¿Quieres prevenir a Man Ray que el camarada Jean Rous irá a verle de parte mía? Busca placas fotográficas formato 30 x 40 para los hospitales de aquí, que carecen totalmente de ellas. Por otra parte, ¿puedes encargarte de vender objetos eclesiásticos antiguos hechos de metales preciosos (en beneficio de la revolución, ¡evidentemente!) y responderme diciendo simplemente sí o no, pero con urgencia?

Benjamin.

*    *    *    *

Benjamin Péret a André Breton

Barcelona, 15 de octubre [1936].

Mi querido André:

Te he escrito varias veces y te he enviado el número de La Batalla en el que ha aparecido el texto de tu declaración, pero sigo sin noticias tuyas y completamente aislado aquí.

Miravitlles [5] me ha pedido hace algún tiempo que le envíe una lista de gente que pudiera, en el terreno cultural, constituir una especie de frente para el sostén de la España revolucionaria. Le he remitido la lista de todos nuestros amigos con su dirección y le he sugerido que te designara a ti como el delegado en Francia para este trabajo. Para Checoslovaquia le he propuesto a Nezval. Si tienes ideas para otros países, escríbemelo dándome las direcciones, y yo se lo trasmitiré todo a Miravitlles.

Desearía escribirte sobre la situación política de aquí, pero no tengo a nadie que pueda llevarte la carta a Francia y la censura no la dejaría pasar.

Militarmente la situación en Cataluña sigue siendo buena. Es realmente aquí donde está el centro de la lucha. Madrid va detrás, muy lejos. Políticamente el aliento revolucionario ha decaído algo. Los pequeño-burgueses de la Izquierda Catalana han ganado un terreno considerable y los partidos obreros van detrás.

Yo trabajo aquí con el POUM, en la radio, donde hago – ¡no te rías de esto! – la emisión portuguesa [6]. Es extraordinariamente molesto hablar ante la espiral de salchichones del micro. A parte de esto he empezado a reunir una colección de carteles revolucionarios. Tengo ya unos cuantos, pero estos españoles son tan indolentes que la menor cosa requiere un tiempo considerable. Mañana regreso al frente de Huesca y espero participar en el asalto de la ciudad. En lo que concierne a las fotos es de una dificultad enloquecedora. Me los han prometido en diferentes lugares, pero hasta ahora nada de nada. Por otra parte tampoco podría enviarlas puesto que estoy seguro que no llegarían, y como estoy obligado a permanecer aún aquí, no me corre demasiada prisa encontrar alternativas. Además tengo aquí una historia de amor que me retiene hasta que la joven pueda acompañarme a París, por lo que no sé cuándo será mi regreso.

He escrito también algunos poemas que desgraciadamente no he tenido tiempo de recopilar. Te los enviaré a mi vuelta del frente.

Últimamente he visto en los diarios que García Cabrera había sido enviado por los fascistas a un campo de concentración en África, igual que Inocencio (de Puerto Cruz).

Es posible que vuelva pronto a Madrid. ¿Puedes decirme si estará Buñuel y cuál es su dirección?

Me he encontrado dos o tres veces con Miró. Nada que señalar naturalmente.

Benjamin Péret.

P.S.: Te adjunto un manifiesto que he firmado aquí «por los surrealistas y escritores de París». ¿He hecho mal?

*    *    *    *

Benjamin Péret a André Breton

[Barcelona,] 29 de octubre [1936].

Mi querido André:

Vengo del frente de Aragón donde la situación continúa siendo más o menos la misma que en el mes de agosto. La combatividad no ha disminuido en absoluto, pero la organización de los anarquistas ha mejorado, mientras que el resto de organizaciones parece haberse burocratizado. Huesca debería caer rápidamente si se tuvieran municiones suficientes para un ataque de gran estilo. Y la caída de Huesca – con la inmediata amenaza sobre Zaragoza que ello comporta – tendría por consecuencia obligar a los fascistas a aflojar su tenaza sobre Madrid. Pero el gobierno de Madrid teme al de Cataluña que representa el elemento más avanzado en España y las armas y municiones le son distribuidas parsimoniosamente. Esta es la razón del estancamiento del frente de Aragón.

Habría muchas cosas más que decir naturalmente, pero es imposible escribirlas aquí.

Ayer vi un manifiesto o más bien un telegrama de felicitación a la URSS; estoy muy contento por no haber visto tu firma, pues implicaría sostener toda la política de bluf, de intrigas y cobardías de la Internacional comunista. Eluard y Max Ernst son muy libres de firmar junto con Aragon, Desnos y Tzara (éste último habla mañana aquí. Iré a verle). Los comunistas hacen aquí una bulla desenfrenada por dos barcos de unas tres mil toneladas cargados de mantequilla y judías que han sido enviadas a España por la URSS. ¡Pero si precisamente apenas se consume mantequilla en España! ¡Si es por esto que se felicita a la URSS no hay de qué! México lo ha hecho mucho mejor. Ha enviado oficiales, cañones, metralletas y algunos aviones. ¡Todo esto vale mucho más en las actuales circunstancias que la mantequilla y las judías!

Tengo intención de regresar pronto, pero sólo es una intención, puesto que no tengo ni una peseta, en el sentido literal de la palabra, y mi amiga tampoco. Quizás podría encontrar, por mis propios medios, el dinero para el viaje hasta Perpignan pero no veo el medio de ir más allá. Así pues si conoces algún mecenas te ruego que hagas al instante lo posible para obtener el dinero y en ese caso me avisas sin enviar nada aquí. A mi vez yo te diría cuando pienso partir y te rogaría me enviases el dinero a la lista de correos de Perpignan. Mil veces perdón por enmerdarte en este asunto sobre todo porque tú debes tener bastante con pensar en resolver tu propia situación, pero recuerdo vagamente que a mi salida de París me habías autorizado de algún modo a ello.

He recibido una carta de Marcel Jean hablándome de Oscar regresado a París y de nuestros amigos de Canarias. Excúsame por no escribirles hoy mismo – he de hacer mil cosas – y rogarles que me digan cual es la situación exacta de cada uno de nuestros amigos de Tenerife. Yo pasaría noticia a los diarios de aquí. Si Oscar pudiera enviarme una carta detallada sobre el tema sería todavía mejor, pero ha de ser urgente. He visto en Lérida un tipo que hace dibujos y esculturas muy interesantes. Es carpintero. Desgraciadamente no tenía fotos, pero ha mandado hacerlas, y yo las tendría la semana próxima, cuando pase por Lérida para ir al frente, con Durruti. Hay, en Lérida, otros jóvenes no menos interesantes.

¿A parte de esto cómo te va? ¿Qué pasa por ahí? No estoy al corriente de nada de lo que sucede en Francia pues no llegan los diarios.

He visto a Penrose y a Gascoyne. Nada a señalar por esta parte. Traducen todo el día.

Benjamin.

*    *    *    *

Benjamin Péret a André Breton

Barcelona, 28 enero [1937].

Mi querido André:

La historia de tu invitación por el POUM era sólo un bluf de Breá [7]. He visto a Gorkin y a Nin, que se han quedado atónitos al saberlo. Todavía no he podido ver a Miravitlles, pero en cuanto lo haga te diré qué podemos esperar de él.

A parte de esto, aquí pintan bastos políticamente. Los estalinistas tienen ahora en su contra a los anarquistas. Las Juventudes Libertarias difunden octavillas en los tranvías tratando de traidor al líder del PSUC. En mi opinión, el enfrentamiento es inevitable a corto plazo. Ya ha habido, por lo que parece, choques parciales en diferentes pueblos de Cataluña. En todo caso estos últimos días hay un asunto grave entre los fascistas emboscados en la UGT y las patrullas de control de la CNT. Los anarquistas están exasperados.

Benjamin.

*    *    *    *

Benjamin Péret a André Breton

1ª Compañía del Batallón «Néstor Makno»

División Durruti. Pina de Ebro. Frente de Aragón.

7 marzo [1937].

Mi querido André:

A parte de una postal que no había escrito a falta de la ausencia de noticias de algún interés que comunicar, desde los primero días de mi regreso [al frente], se comprobó que era imposible cualquier tipo de colaboración con el POUM. El POUM aceptaba complacido gente a su derecha, pero no a su izquierda. Por otra parte no había nada que hacer a causa de la ultrarrápida burocratización de todos los organismos y del escandaloso funcionariado que se ha desarrollado. Además, bajo el impulso de los estalinistas la revolución sigue un curso descendente que si no se detiene rápidamente lleva directamente a la contrarrevolución violenta. En estas condiciones, he decidido entrar en una milicia anarquista, y heme aquí en el frente – en Pina de Ebro – donde permaneceré en tanto nada más interesante me llame a otra parte. El sector – que no he escogido – es de una calma perfecta: estamos separados de los fascistas por toda la amplitud de un crecido Ebro, es decir, por un buen kilómetro de agua. Por lo tanto, ni un cañonazo, ni una bala, nada. Demasiada calma para que dure. Querría poder contarte todas las canalladas de los estalinistas que sabotean abiertamente la revolución, evidentemente con el entusiasta apoyo de los pequeños burgueses de todos los pelajes. Hay tantas cosas, tantos signos inquietantes en grado sumo, y que no puedo decir aquí. Intentaré aprovechar los ocios que tengo aquí para escribir. Primero escribiré poemas con el fin de acabar un libro que estará compuesto por «Immortelle Maladie», «Dormir, dormir dans les pierres», «Je sublime» y los nuevos poemas. Quizás esto lo envíe a la NRF. Escríbeme unas líneas, ante todo para saber si has recibido esta carta. Naturalmente no sé nada de lo que pasa en París. ¿Cómo te va a ti? Sólo he sabido que habías hablado contra el proceso de Moscú, nada más.

Benjamin.

Bibliografía:

COURTOT, Claude: Introduction à la lecture de Benjamin Péret.

Le Terrain Vague, Paris, 1965.

LOW, Mary: Cuaderno Rojo de Barcelona. Alikornio, Barcelona, 2001, pp. 51-52, 55-56 y 145-146.

PÉRET, Benjamin: Oeuvres Completes. Tomes 5 et 7. Livrarie José Corti, Paris, 1989 et 1995.

PRÉVAN, Guy: «Trajectoire politique d’un révolutionnaire poète»; en GOUTIER, Jean-Michel (ed.): Benjamin Péret. Editions Henri Veyrier, Paris, 1982.

PRÉVAN, Guy: Péret Benjamin; révolutionnaire permanent. Syllepse, Paris, 1999.

SCHWARTZ, Stephen [SOLSONA, S.]: «Incidents from the life of Benjamin Péret». The Alarm nº 8, San Francisco, 1983.

SCHWARTZ, Stephen: «Orwell and Others: Foreigners and the POUM»; en SCHWARTZ, Stephen and ALBA, Víctor: Spanish marxism versus Soviet Communism. A History of the POUM. New Brunswick, New Jersey, 1988, pp. 297-298.

________________________________

Notas

[1]La iglesia de Puigcerdá de que habla Péret fue totalmente destruida a pico y pala hasta los cimientos, excepto el campanario que había de cumplir funciones de torre de vigilancia. Jamás ha sido reconstruida y hoy es una gran plaza en pleno centro de la ciudad que hace las funciones de aparcamiento.

[2]Generalmente se daban el nombre de comités. Péret intuye con esa expresión de «nadie se da cuenta» la falta de coordinación y extensión de poderes de esos comités, que eran realmente los órganos potenciales de poder de la revolución.

[3]Péret constataba el estancamiento de la revolución de Julio y el retorno al orden burgués a principios de setiembre de 1936, muchos antes de la definitiva entrada de los anarquistas en el gobierno de la Generalidad (26 de septiembre) y de la disolución del Comité central de Milicias Antifascistas de Cataluña (1 de noviembre).

[4]Se trata de Jean Rous, delegado del POI y del secretariado internacional, que no regresó ya a España y que delegó sus funciones en Benjamin Péret. El balance de la gestión de Rous en España sólo puede calificarse como desastroso. Irritó a Nin, Andrade y Molins con su constante empeño en mostrar un artículo de Trotsky que calificaba a Nin de «traidor», se enfrentó a Fosco, organizador de la Columna Internacional Lenin del POUM, en una rivalidad sin sentido y consiguió que las buenas relaciones de colaboración y fraternidad entre el POUM y los trotskistas existentes en julio de 1936, fueran a su marcha de España de una manifiesta hostilidad y desconfianza.

[5] Miravitlles era comisario de Propaganda del gobierno de la Generalidad de Cataluña. Mary Low narra la anécdota del encuentro de Miravitlles con Péret, al que confundió con un peón que venía a arreglar un desperfecto en su despacho. Error que Miravitlles justificaba por la indumentaria y la modestia de Péret.

[6] La trotskista Virginia Gervasini, compañera de Fosco, era la locutora en francés e italiano de Radio-POUM. La trotskista Mary Low, compañera de Juan Breá, era la locutora en lengua inglesa de Radio-POUM.

[7] Juan Breá era un militante trotskista cubano que combatía en la Columna Internacional Lenin del POUM. Su compañera, la británica Mary Low, era locutora en lengua inglesa del POUM, y responsable de «Spanish Revolution», órgano en lengua inglesa del POUM. Tras dos detenciones y un atentado contra su vida por parte de los estalinistas, y al no obtener de Gorkin ninguna medida de protección, optó por abandonar España, con su compañera Mary Low, el 28 de diciembre de 1936. Low y Breá editaron en 1937 Red Spanish Notebook [existe traducción parcial al español en Alikornio ediciones], en el que exponían sus vivencias en la España de 1936. Péret en 1942 prologó un libro de ensayos «La Verdad Contemporánea», escrito conjuntamente por Juan Breá y Mary Low.

Agustín Guillamón

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio