El anarquismo y la clase obrera mexicana, 1860 a 1931 [Libro]

Flores MagónÉste es un estudio histórico del movimiento anarquista y su impacto crucial en la clase obrera mexicana entre 1860 y 1931. No se trata de la historia de la clase obrera mexicana. Esa tarea de síntesis requiere que se completen numerosas monografías sobre aspectos regionales y temas de dicha historia.

El presente estudio explora el anarquismo como un factor importante en el desarrollo de la clase obrera urbana de México y de los movimientos agrarios. No pretende que el anarquismo, en ninguna época, fuera la única ideología existente en el movimiento obrero, o que indujera la alianza ideológica de una mayoría de obreros, ya fueran urbanos o rurales. Al explicar la historia y derrota del anarquismo, no se pretende negar otras de socialismo o marxismo que tuvieron su lugar apropiado en la historia de la clase obrera. Sí se quiere destruir algunos viejos mitos; pero el hecho de que los líderes del siglo XIX: Plotino Rhodakanaty, Santiago Villanueva, Francisco Zalacosta y José María González; el precursor revolucionario del siglo XX, Ricardo Flores Magón; los fundadores de la Casa del Obrero, Amadeo Ferrés, Juan Francisco Moncaleano y Rafael Quintero, y la mayoría del Centro Sindicalista Libertario, líderes de la Confederación General de Trabajadores, fueran anarquistas que negaron vigorosamente al gobierno, no minimiza la riqueza de la tradición marxista socialista en México.

La tradición anarquista es sumamente compleja. Abarca varias clases sociales, incluyendo a intelectuales, artesanos y obreros comunes y corrientes; asimismo contiene condiciones sociales cambiantes y acontecimientos revolucionarios y políticos que remodelaron las ideologías y el pensamiento. Durante el siglo XIX los anarquistas podían distinguirse de sus contrapartes obreros socialistas y sindicalistas por su singular oposición al gobierno. A principios del siglo XX, los lineamientos de su ideología se definieron aún más al reafirmase las doctrinas anarco-sindicalista, anarco-comunista, sindicalista y marxista. Aunque reconozco mi simpatía por los ideales libertarios y la impaciencia que me producen sus objetivos a menudo autoderrotistas y sus tácticas irrealistas, he hecho un sincero intento por explicar los acontecimientos con la mayor objetividad posible. Quizá no sea una empresa tan sencilla debido a la emoción que rodea a este tema, pero espero que ésta sea una evaluación ecuánime de los anarquistas mexicanos y del lugar que debidamente les corresponde en la historia de la clase obrera mexicana.

Quisiera expresar mi agradecimiento a todos los colegas y amigos sin cuya ayuda y consejo este estudio no habría sido posible. En el momento mismo de iniciarlo, Dieter Koniecki en la ciudad de México, generosamente puso a mi disposición una amplia información histórica obtenible sólo a través de fuentes particulares. Rudolph de Jong, director del International Institute of Social History, en Amsterdam, me recibió y ayudó en la búsqueda de documentos importantes con una solicitud inapreciable. Stanley Payne y Fred Bowser me animaron y me orientaron desde el principio. James Wilkie contribuyó con importantes sugerencias en lo que respecta al siglo XX y George T. Morgan, Thomas Howard y Laurens B. Perry me dieron una valiosa ayuda editorial. Mi gratitud especial la reservo al ingeniero Ernesto Sánchez Paulín, quien con gran generosidad y fe en mi trabajo me dio seis fotografías invaluables y me permitió el acceso a periódicos anarquistas difíciles de obtener que datan de principios del siglo XX. El Faculty Research Committee de la Universidad de North Dakota me ayudó a completar este estudio al otorgarme una subvención durante los veranos de 1971 y 1972. El Faculty Research Committee de la Universidad de Houston, me proporcionó una subvención similar en el verano de 1974.

El equipo técnico editorial de The Americas cooperó enormemente al permitirme publicar en este volumen material que originalmente apareció en los números de octubre de 1972 y enero de 1974 de esa excelente revista. Hago una especial mención de los académicos mexicanos que han ampliado el estudio de los movimientos obreros mexicanos. Entre ellos están José C. Valadés, Luis Chávez Orozco, Manuel Días Ramírez, Rosendo Salazar, Luis Araiza y Jacinto Huitrón. El trabajo pionero de Fernando Córdova Pérez, en su tesis inédita de licenciatura también contribuyó enormemente. Por último mi agradecimiento a Lisa por su ayuda con el manuscrito y a Mary por su firme apoyo e inagotable paciencia.

John Mason Hart

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Fuente: http://kclibertaria.comyr.com/
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