Biografía del anarcosindicalista David Antona Domínguez (1904-1945)

Introducción

David Antona Domínguez nació el 22 de noviembre de 1904 en Bercimuelle (Salamanca), hijo de Francisco Antona y Justa Domínguez. Emigró a Madrid, donde trabajó como albañil y se afilió a los sindicatos de la construcción de la CNT y a la FAI.

Durante la Dictadura de Primo de Rivera se exilió en Francia. Se estableció en Burdeos en 1925, donde se casó el 23 de junio de 1928 con María Isabel González, que la policía francesa tenía inscrita en la lista de control de anarquistas en la Gironde.

Trabajó como obrero en la fábrica de salitres, ubicada en Chemin de la Palu. Fue señalado por la gendarmería como uno de los instigadores más destacados de las huelgas en la zona a fines de los años veinte. Fue uno de los líderes del grupo español de Burdeos «Cultura Popular», que realizaron representaciones teatrales en favor de los presos políticos en España.

Miembro del grupo anarquista español en Burdeos. El 14 de enero de 1929 fue inscrito en la lista de control de anarquistas de la Gironde.[1]

David Antona, y su compañera María Isabel González, viajaron a Madrid en agosto de 1931. Excelente orador y organizador sindicalista; mitineó frecuentemente en numerosos actos sindicalistas y padeció numerosos encarcelamientos. Asiduo articulista en la prensa confederal. Se convirtió en un puntal de la CNT madrileña. En 1934 publicó un folleto titulado: Ni frente único ni alianza obrera, comunismo libertario. Anarquía.

En 1936, junto con Cipriano Mera y Antonio Moreno, lideró el comité de huelga durante el largo conflicto que paralizó la construcción en Madrid. Esta acción le valió ser encarcelado, junto a muchos otros sindicalistas.

El 18 de julio fue liberado de la cárcel por compañeros cenetistas en armas contra el ejército sublevado. Era secretario interino del Comité Nacional de la CNT, cargo que mantuvo hasta el 15 de septiembre, cuando fue reemplazado por Horacio Martínez Prieto.

El 19 de julio de 1936, tras lanzar un ultimátum al gobierno de José Giral para abrir las puertas de las prisiones, donde se encontraban muchos sindicalistas encarcelados, consiguió la libertad de Cipriano Mera y Antonio Verardini.

Después de una llamada a la resistencia en las ondas de la «Unión Radio», participó el 20 de julio en el asalto al Cuartel de la Montaña donde se encontraba atrincherado el general Fanjul. Se apoderaron de una gran cantidad de armas y organizaron las milicias de la CNT, lideradas por Mera.

Desde finales de julio de 1936, David Antona, secretario interino del Comité Nacional de la CNT, en Madrid, había recibido ofertas del gobierno Giral para colaborar con el gobierno republicano y el resto de fuerzas antifascistas, que fueron discutidas en el Pleno Nacional de Regionales, reunido en Madrid el 28 de julio[2]. En esa reunión los representantes de la regional catalana volvieron a enzarzarse en un debate a favor o en contra de tomar el poder. Rechazada la opción de implantar el comunismo libertario, con el argumento de que la CNT era minoritaria fuera de Cataluña, el debate se centró en cómo y desde dónde debía hacerse la colaboración de la CNT con las instancias gubernamentales.

David Antona fue secretario (provisional) nacional de la CNT del 28 de julio al 15 de setiembre de 1936. Le sucedió en el cargo Horacio Martínez Prieto, que dimitió el 18 de noviembre, presionado por las acusaciones de haber ordenado a los ministros anarquistas que huyeran de un Madrid asediado. A este le siguió Mariano Rodríguez Vázquez.

El 4 de agosto, martes, se celebró en Madrid un Pleno Nacional de Regionales[3], con asistencia de las regionales de Cataluña, Levante y Centro, además del Comité Nacional de Defensa y el Comité Pro presos Nacional. Se lamentó la ausencia de tantas regionales a causa de la anómala situación de guerra existente.

Cataluña indicó que “en período revolucionario son de máxima utilidad los plenos y reuniones para mantener la relación y el contacto todos los organismos y militantes de la CNT”. Levante y Centro dijeron que más que un pleno era un cambio de impresiones, “ya que solamente acuden tres regionales”. Tras ligera discusión se acordó que, en cuanto la situación lo permitiese, se convocaría un pleno al que asistieran todas las regionales.

Se debatió el primer punto del orden del día, referente a la participación de CNT en el Comité Nacional Antifascista, acordándose finalmente que sólo se aceptaría en caso de “una invitación oficial”.

Se discutió el informe del CN sobre el diario CNT, que se imprimiría en los talleres incautados a la imprenta del Siglo Futuro, que la tirada era sólo de 25.000 ejemplares “por economía del papel”. Tras un breve debate se acordó nombrar director interino a Villar.

Se pasó al nombramiento del secretario nacional, acordándose que continuaría provisionalmente en el cargo David Antona, mientras se gestionaba la aceptación de Horacio Martínez Prieto, que había sido votado como nuevo secretario nacional.

Se debatió el excesivo número de casos de atropellos de militantes cenetistas por parte de elementos marxistas, acordándose emitir una circular y nota de prensa para enfrentarse a tal situación.

El Comité Nacional de Defensa explicó la situación existente en Barcelona y Valencia. En Cataluña la Organización contaba con numeroso armamento, arrebatado a los militares “cuando su intentona fascista”. En Castellón, por el contrario, la situación era preocupante, “pues ni siquiera hay barricadas en las entradas y salidas de los pueblos”. El CR de Defensa de Valencia informó sobre la formación de una columna “con dirección a Teruel”. El CR de Defensa del Centro informó de la constitución de una columna de mil quinientos compañeros, que se esperaba salieran inmediatamente hacia el frente del Guadarrama. Se concluyó en la necesidad de obrar con rapidez y energía en todos los frentes. Se levantó la sesión a las dos de la madrugada del día 5.

El 3 de septiembre de 1936 se celebró, en Madrid, un Pleno Nacional de Federaciones Regionales,para discutir la oferta de Largo Caballero de nombrar ministro confederal a Antonio Moreno, que había sido aceptada “provisionalmente” por éste y el secretario nacional interino David Antona. El Comité Nacional, apoyándose en los acuerdos del reciente pleno de Cataluña, en el que se había aprobado la participación de la CNT en el “Consejo” de la Generalidad, se declaró partidario de entrar en el gobierno de Largo Caballero. Pero los delegados rechazaron la proposición. Tras largos debates se llegó a un compromiso, consistente en el apoyo de la CNT al nuevo gobierno y en la formación en cada Ministerio de una comisión auxiliar formada por representantes de la CNT. El 4 de septiembre se anunciaba en la prensa la formación del primer[4] gobierno del socialista Largo Caballero, sin ningún representante cenetista. El día 8 Largo Caballero rechazaba la propuesta de las comisiones auxiliares, pero dejaba abierta la oferta ministerial[5].

Del 15 al 17 de septiembre de 1936, se celebró, en Madrid, un Pleno Nacional de Regionales, en el que se decidió la intervención de la CNT en la dirección militar, económica y política de la España republicana, proponiendo la formación de un Consejo Nacional de Defensa. En resumen, se trataba de una propuesta de colaboración de la CNT con el gobierno de la República, compuesto por cinco delegados de la CNT, cinco de la UGT y cuatro republicanos. Este Consejo Nacional se concebía como reunión en la cumbre de los distintos Consejos regionales. Era una concepción federalista, grata a la CNT, en el que la economía estaba socializada y el ejército unificado bajo un mando único y un comisariado de guerra. Aunque se seguía la vieja artimaña de no llamar a las cosas por su nombre, la propuesta de la CNT apuntaba a la reconstrucción de un Estado fuerte y centralizado[6].

A la primera sesión, celebrada el día 15[7], presidida aún por David Antona, se contó con la presencia, con carácter deliberativo, de las delegaciones de Cataluña, Levante, Andalucía, Asturias, Centro y Aragón-Rioja-Navarra; y con carácter informativo el Comité Inter-Regional, provinciales de Jaén y Córdoba y CP de la FAI.

Se acordó comunicar a Horacio Martínez Prieto la urgencia de que viniera a Madrid para hacerse cargo de la secretaría del CN.

El primer punto del orden del día debía dar cuenta de las gestiones realizadas por el CN desde el último pleno, comunicando el CN que había suspendido sus gestiones “por indicación de Cataluña”.

Cataluña confirmó que había pedido al CN que suspendiera la integración del CN de la CNT en el Comité Nacional Antifascista a causa de “las anomalías” detectadas en el nuevo gobierno actual.

La primera anomalía fue la retirada de las fuerzas invasoras de Mallorca, “evacuación ordenada por el Gobierno y que causó en Cataluña una desagradable impresión”. Se pensaba que había influido en tal decisión, la presencia de elementos hostiles a la CNT, como Galarza.

Otras anomalías fueron “la retención en Hendaya de material bélico, así como las dificultades creadas a Cataluña por los diplomáticos españoles”, que habían saboteado la compra de materias primas para la industria catalana, pese al envío de 35.000 libras esterlinas para realizar el pago. Tampoco estaban de acuerdo en la composición de las comisiones ministeriales, acordadas en la entrevista con Largo Caballero. Se quejaban sobre todo de la falta de apoyo económico del Gobierno central, que impedía cualquier transacción monetaria, pues, “mientras en Madrid se están muriendo de risa los lingotes de oro”, era imposible comprar en el extranjero armamento, materias primas o alimentos.

Concluía Cataluña que “la acción del gobierno significa un verdadero saboteo [sabotaje] a nuestro movimiento antifascista y revolucionario, y en semejantes condiciones no podíamos autorizar ninguna gestión cerca del Gobierno”.

Como corolario de su informe, Cataluña proponía ir a la creación de Consejos de defensa Regional, los cuales deberán tener un organismo coordinador al que podríamos denominar Consejo o Junta Nacional de Defensa”.

El CN aclaró a Cataluña que la evacuación de Mallorca, según informes recibidos de algunos marinos, no fue ordenada por el Gobierno, sino por el capitán Bayo, “que era quien dirigía las operaciones”.

Reconoció que era cierto que en el último Pleno se habló de no aceptar ningún miembro hostil en el Gobierno central; pero se desechó tal pretensión, porque se consideró que todos los ministros, empezando por Largo Caballero, serían hostiles a la CNT.

Tras un debate generalizado, en el que Cataluña y otras delegaciones dijeron tener pruebas de que la retirada de Mallorca había sido ordenada por el Gobierno central, y de la hostilidad gubernamental, apenas disimulada por su necesidad de ganar tiempo para acabar dominando la situación, se plantearon dos posturas fundamentales: la defendida por Cataluña, de ir a la formación de Consejos Regionales de Defensa, y la de Levante, apoyada por Asturias, Centro y Norte “de ir a la intervención directa de [CNT] en las funciones gubernamentales”.

Cataluña y Levante añadieron importantes matices, que enriquecieron sus respectivas propuestas.

Cataluña dijo que no se trataba de romper el frente de lucha, sino al contrario, “condensar nuestras aspiraciones, sin otro deseo que el de enmendar la errónea actuación que realiza el gobierno”. Se subrayaba que en Cataluña existía “una unidad de conjunto entre todos los sectores que luchan contra el fascismo, con lo que queda explicado que no queremos exclusivismos, ni ruptura”.

Levante manifestó que no estaba de acuerdo con esas comisiones asesoras de la CNT en el gobierno, y como esas comisiones ya implicaban una colaboración, era mejor hacerlo abiertamente, fortaleciendo internacionalmente al gobierno.

Se abrió un debate generalizado entre las distintas regionales, manifestándose tres posiciones: crear una Junta Nacional de Defensa; intervenir directamente en el gobierno y, por último, crear comités dentro de los ministerios con atribuciones para controlado o dirigir los Ministerios, esencialmente en Hacienda y Guerra.

De abril a junio de 1937

A mediados de abril de 1937, Manuel Pérez[8] terminó una campaña de propaganda y recaudación de fondos en Francia de dos meses de duración, acompañado de “Armand Guerra”, David Antona, Alexandre Mirande y Fontaine.

Mariano Rodríguez Vázquez remitió a David Antona y Facundo Roca una carta, fechada el 22 de mayo de 1937[9], a la que adjuntaba las credenciales de ambos para asistir al Pleno extraordinario de la AIT, “que ha de tener lugar en Paris los días 28 de mayo y sucesivos”, en representación de la CNT, aunque posteriormente fue retrasado al 11 de junio de 1937.

Durante la primera quincena de junio hubo un intercambio de cartas entre Vázquez, desde Valencia, y David Antona, desde París. En carta, fechada en Valencia el 1 de junio de 1937[10], Vázquez le anunciaba a Antona la próxima llegada a París de García Oliver y Benito Pabón, y le instaba a buscar local y preparar el mitin, que estaría protagonizado por el propio Antona con los dos recién llegados a París.

Vázquez le subrayaba a David Antona que “el tema del acto tiene que ser, y así debe hacerse público, LO QUE HA APORTADO LA CNT A LA LUCHA ANTIFASCISTA EN ESPAÑA”. Concedía libertad a Antona para preparar el mitin “con Lecuan [Lecoin], y esos camaradas que no son sectarios, para que el acto sea un verdadero éxito de público”. Le recomendaba, por otra parte, que no hiciera publicidad ninguna del acto hasta que García Oliver llegara a París, “para evitar tonterías, que a lo mejor pudieran producirse en la frontera, para dejarle salir. Dentro ya de Francia, se determinará el día del acto y se iniciará la propaganda”.

Le comunicaba además que “antes del 11 te mandaré instrucciones concretas sobre el Pleno de la AIT”. La carta finalizaba con la recomendación de introducir la propaganda del mitin en los sindicatos. Sobre la firma de Vázquez había un sello redondo que decía “Secretaría Comité Nacional – Confederación Nacional del Trabajo – España – AIT”.

El 3 de junio, la Delegación permanente de la CNT en París, envió una carta[11], redactada en francés, a Jouhaux, secretario general de la CGT, domiciliado en 113 rue Lafayette, invitándole a presidir la organización en París de un mitin, al que asistirían la CNT y la UGT.  En la carta se insistía en la importancia de ese “acto de confraternidad internacional” y en la unidad antifascista del proletariado español, que “probaría su deseo de triunfar en la guerra que se le ha impuesto”.

David Antona escribió una carta a Vázquez, fechada el 4 de junio de 1937[12], en la que le comunicaba el envío, el día anterior, de una carta a León Jouhaux, secretario de la CGT francesa, de la que le adjuntaba copia.

Antona se congratulaba de la coincidencia con el Comité Nacional sobre el mitin de París: “La única diferencia es que yo había propuesto que ese mitin fuera organizado por la CGT, con participación de la CNT y de la UGT de España”.

Lo importante, para Antona, era que la CNT hablara en un París que “aunque no pierde su fisonomía de abandono y frivolidad, se halla un poquitín inquieto”. Según Antona había llegado el momento de aprovechar esa inquietud “canalizándola lo mejor posible”.

Su juicio sobre los anarcosindicalistas franceses era algo despectivo: “Los compañeros franceses siguen tan tercos como siempre. Dan la sensación de ser pobres patanes, sin más aspiración que la de tirotearse unos a otros”. Pero su imagen sobre los militantes de la CGT-SR, críticos con la CNT oficial, era francamente hostil: “Los que siguen la tendencia de Besnard y Volin están más rabiosos que nunca. Ahora la han tomado “con los gubernamentales de la CNT y de la FAI”. El tono se hacía ya irreconciliable cuando enjuiciaba a la prensa anarcosindicalista francesa, crítica con la CNT: “El Combate Sindicalista, órgano de la CGT-SR y Tierra Libre, órgano de la FAF, inspirado por Volin, han emprendido una furiosa campaña contra nosotros. Nos acusan de cosas que me da pena mencionar. Ellos, sólo ellos, son los que en esta hora grave saben luchar por la anarquía. ¿Qué te parece?: Volin, Shapiro y demás cacharrería andante, convertidos, por obra y gracia de su bellaquería en los mejores defensores del anarquismo”.

Antona se permitía tristes ironías: “Pobre, pobre anarquismo ¡si todos sus defensores fueran del corte de éstos!; seguidas de deseos truncados: “¡Cuánto, cuánto podría hacerse en París si estos compañeros, a los cuales no falta inteligencia, tuvieran otra visión…!”.

Antona finalizaba su carta con unas breves pinceladas de política exterior: Inglaterra batallaba por el regreso de Alemania e Italia al Comité de No-Intervención y había pedido a Rusia, según se rumoreaba, la retirada de los comunistas del gobierno Negrín; Italia acusaba a Rusia de haber bombardeado el “Deutschland” en el puerto de Ibiza.

Ese mismo día, Antona escribió una carta[13] a la Oficina de Propaganda del Comité Nacional de la CNT, a la que adjuntaba recortes de periódicos de México, y la traducción de un telegrama, remitido por Dimitrov a la UGT, PSOE y PCE: “podréis ver cómo, siguiendo la táctica iniciada hace algún tiempo, se nos zarandea de lo lindo”.

De esta propaganda anticenetista internacional, deducía Antona la “necesidad inaplazable que la Sección de Propaganda del Comité Nacional intensifique, por todos los medios, su labor en el extranjero”. Explicaba que “las masas, cuando se producen hechos de alguna importancia como los acaecidos últimamente en Barcelona y Almería[14], sale de su indiferencia habitual, sacude su marasmo y busca en la prensa una explicación a los hechos”.

Según Antona “al no haber unos periódicos imparciales, el juicio que se forma es totalmente opuesto a la realidad”. Constataba Antona la debilidad de la prensa anarquista, incapaz de contrarrestar la propaganda estalinista, y la importancia de dar esa batalla propagandística en París, como centro neurálgico internacional.

Antona narraba una anécdota significativa de esa preponderancia de la propaganda anticenetista: “no es difícil encontrarse por estas tierras gentes que de buena fe preguntan: “Si es verdad que la CNT no presta su ayuda a los combatientes del Frente de Madrid”. Es la obra de la Internacional Comunista. Sembrar primero el recelo y difamar después”.

Señalaba Antona que uno de los argumentos preferidos de la propaganda estalinista, en Francia, era “la indisciplina de la CNT”, usado como comodín para explicar cualquier derrota o fracaso. Antona daba el ejemplo del frente de Madrid: “Si los fascistas siguen vomitando metralla sobre la población de la capital de España, ello se debe asimismo a que Cataluña “que aún sigue en poder de los anarquistas”, no presta la ayuda que debiera a este frente”. En Inglaterra, más lejana y con menor conocimiento de las ideas y del movimiento anarquista, los estalinistas “en sus mítines y periódicos nos presentan como perturbadores al servicio de Franco”. Los anarquistas son presentados como “los criminales de la retaguardia, los aliados de la Quinta Columna, los emboscados, amén de otras lindezas parecidas […] a los cuales habrá que exterminar si de veras se quiere ganar la guerra de España”.

Concluía Antona, ante este panorama desfavorable, en la necesidad de trabajar por contrarrestar esa campaña difamatoria de los estalinistas, especialmente en tierra de América, con la distribución masiva de “folletos, muchos folletos, carteles, libros, insignias, pañuelos y todo cuanto se repute de algún interés”.

Vázquez envió a David Antona y Facundo Roca una carta, fechada el 6 de junio de 1937[15], a la que adjuntaba tres anexos: un “comunicado oficial para el Pleno de la AIT”, “unos acuerdos de la CNT”, que sus representantes debían plantear al Pleno y “el programa que hemos elaborado en el último Pleno de Regionales” que pretendía “la puesta en práctica de una auténtica POLÍTICA DE GUERRA”.

Vázquez exponía las razones del comunicado anexo: “Hemos considerado que no podemos seguir impasibles, soportando los malhumores y las críticas de quienes en lugar de ayudarnos, sólo se entretienen en arremeter contra lo que nosotros hacemos”. Calificaba las críticas recibidas por la CNT como “divagaciones en filosofías y concepciones teóricas muy saludables e interesantes, para aplicarlas en otros momentos y circunstancias. Pero completamente desacertadas en estos momentos”.

Vázquez explicaba además a Roca y Antona la visita a Negrín, que condensaba en una frase pronunciada por éste: “Que no quieren que volvamos a intervenir en el Gobierno”, aunque se abría a diversas fórmulas de colaboración, exceptuando el nombramiento de ministros anarquistas. Razonaba la parálisis de acuerdos con la UGT a causa de las resoluciones del último pleno de su Comité nacional. Confiaba en la pronta incorporación de Largo Caballero “al frente de la Ejecutiva”, enunciaba una esperanzadora, pero inconcreta, creencia en que los obreros en la base “van entendiéndose y el entendimiento de alianza crece”, al tiempo que “el Gobierno no hace absolutamente nada”.

El comunicado, anexo a la carta, estaba dirigido al Pleno de la AIT, y era en resumen una queja de la CNT a las constantes críticas que algunas organizaciones y órganos de prensa le dedicaban asiduamente.

Vázquez, que firmaba el comunicado como secretario del Comité Nacional, explicaba que la CNT se había visto ante la necesidad de “colaborar con otros sectores, que no actúan con nobleza. Hemos tenido que transigir, en lo que, en otras ocasiones, y al margen de la envergadura que la victoria o la derrota significaba, no habríamos transigido”.

La CNT había transigido en sus principios teóricos, y era muy consciente de ello, y nadie tenía que decírselo porque ya lo sabían. Pero la realidad y la acción práctica exigían ese abandono de los principios y de la teoría. Planteada así la cuestión, la CNT se lamentaba de la debilidad PRÁCTICA de la solidaridad  internacional de las distintas secciones de la AIT, a lo cual se sumaba la constante crítica TEÓRICA, que  “daba armas” a los enemigos de la CNT: “A la vista tenemos  el último ejemplo, que nos lo ofrece Le Combat Syndicaliste, órgano oficial de la CGT-SR, filial de la AIT, del 21 de mayo, en el cual se arremete desconsideradamente contra nosotros, en varios trabajos, llegando a hacerse suposiciones veladas, que no es posible admitir”.

En consecuencia, el Comité Nacional de la CNT, decidía hacer al Pleno de la AIT esta pregunta: “¿El Pleno de la AIT reunido, se identifica y solidariza con la actuación y la trayectoria que ha seguido y sigue la CNT y el anarquismo español, en su lucha contra el fascismo?”.

A la espera de una respuesta clara, la CNT declaraba que no podía seguir aceptando “que se la censure sistemáticamente, por las posiciones y resoluciones que adopta”, al tiempo que se decía abierta a las sugerencias de las secciones de la AIT “si las sugerencias responden a las conveniencias del momento, si son utilizables”.

El comunicado terminaba con una condena fulminante a “las censuras y las críticas públicas” cuando no se hacían por canales internos, ya que equivalía a ir “dando armas al adversario que nos combate”.

El anexo de los “acuerdos de la CNT para que tengan en cuenta nuestros delegados y los planteen en el Pleno de la AIT, que ha de tener lugar el 11 y sucesivos de junio de 1937” estaba formado por cuatro puntos. En el primero, se daba un voto de confianza al Comité Nacional para que gestionara “una intervención digna” en el gobierno Negrín. Si hubiera discrepancias sobre las carteras ministeriales, ese Comité Nacional convocaría un Pleno para decidir. En el segundo, la CNT negaba el voto a determinadas secciones de la AIT, especialmente a los italianos y alemanes: “solo las organizaciones existentes tienen derecho” a voto. En el tercero, se exigía que el secretariado internacional de la AIT residiera en España, junto al Comité Nacional. En el cuarto, se hacía una amplia aclaración sobre las relaciones de la CNT con el trotskismo: “La CNT no comparte la actitud de Rusia y los comunistas contra el denominado “Trotskismo”. Ni aprobamos, ni cosa que se le parezca. Consideramos que son injustas y sabemos que es un problema político de Rusia. Pero la CNT no quiere se la confunda con los trotskistas ni con el trotskismo”.

Las acuerdos que los delegados de la CNT debían defender en el Pleno de la AIT, de junio de 1937, daban por sentada la continuidad de la estrategia colaboracionista de la CNT. Apuntaban además a un control autoritario de la AIT por los españoles, con su pretensión de residencia del secretariado internacional de la AIT en España, y con su negación de voto a las secciones alemana e italiana, que consideraban “inexistentes”, porque no tenían una organización interna “operativa” en sus propios países, y estaban formadas por exiliados, en gran parte instalados en España. El acuerdo sobre trotskismo (que irremediablemente incluía al POUM, aunque no fuese en realidad trotskista) oscilaba entre su defensa, y el reconocimiento de su naturaleza obrera, frente a los salvajes ataques de los estalinistas, que los calificaban de fascistas; y el rechazo a confundirse con ellos o a actuar conjuntamente.

David Antona escribió a Mariano R. Vázquez el 9 de junio de 1937[16], informándole sobre la preparación del mitin, convocado en París por la CNT.

El mitin se había retrasado al día 18, porque Lecoin, encargado de organizarlo, se había empeñado en obtener el Velódromo de Invierno, y dada la capacidad de esta sala, pues “en ella pueden congregarse unos cuarenta mil espectadores”, era necesario que se convocara al mitin a dos figuras relevantes, sin las cuales sería imposible llenar la sala, ya que “los que conocen la psicología del pueblo parisién coinciden en afirmar que este local no se verá lleno, si no es a base de que en el acto participen como mínimo, dos figuras de relieve internacional”.

Antona subrayaba la insistencia de Lecoin (de Le Libertaire) en que viniera Federica Montseny, porque de no hacerlo el acto podría ser un fracaso. Constataba Antona que, si el mitin se hubiera convocado en una sala más pequeña, de seis u ocho mil espectadores, ya hubiera sido suficiente con el cartel formado por García Oliver, Pabón y el propio Antona.

Argumentaba Antona, para justificar su cantinela de la necesidad de contar, a la vez, con García Oliver y con Federica Montseny, en que “no olvides que París no es España. Aquí la gente corre tras los ídolos más que tras las ideas. De ahí que, para obtener un triunfo de público, haya necesidad de las más “altas” vestales de la organización”.

David Antona escribió, de nuevo, una carta[17] a Mariano R. Vázquez, al día siguiente, tratando en esta ocasión de “la forma sectaria y estúpida” con la que los compañeros franceses enfocaban los problemas a debatir.

Antona verificaba la existencia de “una lucha sorda y sin cuartel de unos anarquistas contra otros. No te puedes hacer una idea de la acritud y el desdén que unos grupos y otros ponen en sus relaciones. No hay medio de hacerles comprender que lo que hacen es una cosa indigna y despreciable”.

A esa lucha fratricida se sumaba la actitud de “Besnard, que hace algún tiempo y como consecuencia de sus visitas a España parecía haberse centrado, ha vuelto a sus antiguas posiciones. No hay Dios que le haga comprender ciertas cosas. Para él, la CNT es un organismo político a la manera de cualquier partido sin honor”.

A ese supremo insulto contra Besnard, que consistía en poner en su boca que calificaba a la CNT de “partido sin honor”, añadía Antona este otro: “Hemos malogrado, al decir de ellos, la única posibilidad de realización que ha encontrado el anarquismo en la historia. Y esto es realmente intolerable. Ni yo personalmente, ni la CNT como organización podemos asistir impasibles a ello”.

A estos dos supuestos insultos de Pierre Besnard contra el anarcosindicalismo español, a saber, que la CNT era y actuaba “sin honor” como un partido y que la CNT había malogrado la posibilidad de implantar el anarquismo en España; Antona contraatacaba con la pregunta: ¿qué han hecho para ayudarnos? La respuesta era tan brutal como grosera: “Comerciar con nosotros. Explotar nuestras luchas para engordar como cerdos”.

Antona llegaba a hablar de “su fobia contra nosotros”, y ponía a modo de ejemplo que “Ayer se reunió el Secretariado de la AIT. Galve planteó la cuestión de los periódicos Le Combat Syndicaliste y Terre Libre. Pues bien, Besnard afirmó, sin el menor sonrojo, que estos semanarios se ajustaban en un todo, a las normas y principios de la AIT”.

Antona razonaba que, si las críticas a la CNT de los periódicos citados se adecuaban a las “normas y principios de la AIT”, era evidente e inevitable que “la CNT tendrá que confesar que en el edificio de la AIT no hay cabida para ella”.

Antona amenazaba ya con el abandono de la AIT por parte de la CNT, si no se reprimían las críticas de las demás secciones.

En cuanto al mitin, culpaba a Lecoin de querer “hacer las cosas a su manera”, y confesaba que, tras violenta discusión, había decidido “que haga las cosas como quiera y le plazca”. Insistió en el tema de la delegación cenetista, que debía enviarse en breve a América, para terminar su carta expresando su irritación y profundo malestar: “Aquí me ahogo. París, con sus rencillas y miserias de toda índole, me parece algo más despreciable que un campo de concentración o una cárcel”.

Mariano Rodríguez Vázquez, como secretario del Comité Nacional de la CNT, envió una carta oficial[18] a los tres delegados en París, fechada el 15 de junio de 1937, dirigida a nombre de los tres: “A los compañeros David Antona, Nemesio Galve y Facundo Roca”, en la que expresaba su “descontento por la actitud que “en “común” habéis adoptado” para conseguir que Federica Montseny interviniera en el mitin del Velódromo de Invierno, en París.

Vázquez les reprochaba que, a la negativa telegráfica, dada por el Comité Nacional, ellos insistieron e incluso organizaron la propaganda anunciando a Federica, y comprometiendo a la CNT en caso de no asistencia.

Vázquez afirmaba que no dudaba de su buena fe y de sus buenos deseos para conseguir que el mitin fuese un éxito, pero que ellos desconocían las necesidades de la organización en España. Vázquez consideraba que hubiera bastado con la presencia de García Oliver para asegurar el éxito del mitin y que la inestable situación política hacía que la presencia de Federica fuera más necesaria en España.

Vázquez calificaba el momento político como de “suma gravedad”. Llegaba a considerar el peligro inmediato de una nueva insurrección obrera “en Cataluña: ¿Quién me dice que no se produce algo en un momento determinado y que es obligado que vaya Federica? Yo, en estas circunstancias no puedo abandonar Valencia bajo ningún pretexto, porque puede producirse el hecho político o algún acontecimiento de envergadura, que obliga a determinar una posición al minuto. Y ya sabes que a Cataluña no puede ir cualquiera a arreglar las cosas”.

Insurrección catalana aparte, también cabía la posibilidad de una negociación de carteras ministeriales, o algo parecido: “circunstancias [que] pueden obligar a decidir algo importante y conviene mucho la intervención de Federica, como delegada del Peninsular de la FAI”.

De esta forma, justificaba Vázquez su oposición a que Federica Montseny abandonara España, “aunque sólo sea por tres o cuatro días”. Vázquez terminaba la carta con una seria reprimenda a los delegados cenetistas en París por haber contrariado los planes del Comité Nacional.

Ese mismo día, Mariano R. Vázquez escribió una carta personal[19] a David Antona, en la que suavizaba el tono de la carta oficial, que les había enviado el Comité Nacional de la CNT. El duro tono de la carta oficial se justificaba en la necesidad de que no pudiera “repetirse el hecho de lo “consumado”, al cual los amigos franceses están muy acostumbrados”.

Esto significaba que la carta oficial había expresado su reprimenda, no tanto a los delegados españoles, como a los anarquistas franceses, que habían presionado a la delegación española para conseguir la presencia conjunta de García Oliver y Federica Montseny en el mitin.

Le comunicaba que se había tomado la decisión de ampliar la delegación de la CNT en América, que estaría formada por Sendoronoff, Juan López y David Antona.

Le manifestaba su deseo de verlo pronto personalmente, para que le contara “el resultado de las tareas de ese “histórico” Pleno de la AIT, que adivino que habrá sido más que movido, por la terquedad de los “camaradas” que están muy tranquilos en su “chaisse longue””.

Respecto a las novedades en España, le comentaba que “el programa de Gobierno [de la CNT] ha sido una bomba, pero una auténtica bomba. Todo el mundo ha quedado maravillado. Nadie sabe comprender cómo la CNT se sitúa en un plan de tanta sensatez y responsabilidad. Claro que no se dan cuenta que es la misma posición que seguimos de mucho tiempo a esta parte. Pero no la veían traducida en una concreción y no se “enteraban””.

En todo caso, a estas alturas, en contra de las afirmaciones de Mariano Rodríguez Vázquez, lo que cabía preguntarse era ¿quién no estaba “enterado” de la deriva colaboracionista de la CNT?, porque ésa, y no otra, era la causa del enfrentamiento con Besnard y la CGT-SR.

Pleno extraordinario de la AIT y mitin del Velódromo de Invierno (junio de 1937)

            El Pleno Extraordinario de la AIT se reunió en París del 11 al 13 de junio de 1937. Helmut Rüdiger había preparado unos materiales para ese Pleno[20]y, por el contrario, Besnard no había preparado ningún informe que presentar.

            La delegación española estaba formada por David Antona y Facundo Roca[21], que decidieron plantear al Pleno una pregunta previa, al margen del mandato recibido, que decía así: “¿El Pleno de la AIT reunido, se identifica y solidariza con la actuación y trayectoria que ha seguido y sigue la CNT y el anarquismo español, en su lucha contra el fascismo?”[22]

            En ese Pleno Extraordinario de la AIT se delimitaron claramente dos posiciones fuertemente encontradas: de una parte, el deseo de las distintas secciones de la AIT de hallar un terreno común de acuerdo y debate con la CNT; por otra parte, la CNT seguía estando convencida que su política de unidad antifascista era justa, necesaria e irrenunciable, por lo que despreciaban las críticas de unas secciones de la AIT muy minoritarias y “sin responsabilidades de gobierno”.

            El 18 de junio de 1937l, David Antona y Benito Pabón intervinieron en el mitin antifascista convocado en el Velódromo de Invierno de París[23], organizado por la Union Anarchiste (UA) en apoyo de la Revolución Española, en el que hablaron, entre otros, García Oliver y Federica Montseny, además de Cachin (PCF) y Jouhaux (CGT). El presidente del acto anunció provocativamente que se temía que el mitin sería saboteado por “fascistas”, calificando de tales a los militantes de la Federación Anarquista Francesa (FAF) que se habían propuesto protestar y manifestar su indignación.

A la entrada del mitin se distribuyó un manifiesto, redactado y firmado por Union Communiste (grupo marxista liderado por Chazé) en el que se criticaba duramente a los oradores estrella españoles: García Oliver y Montseny. También se distribuyó Le Combat Syndicaliste, órgano de la CGT-SR, que publicaba una breve nota: “Numerosos grupos anarquistas de la región parisina, nos ruegan hagamos saber que tienen la intención de aportar su punto de vista al acto”. Y así fue. Los militantes anarquistas de la FAF, en cuanto tomó la palabra Juan García Oliver, empezaron a silbar, insultar y regañar al orador. Algunas voces gritaron “¡Asesino, asesino!”. Y saltó una pregunta acusadora: “¿Y Camilo Berneri?”. El incidente, muy violento, con numerosos golpes y empujones, duró más de media hora. García Oliver se enfrentó a la bronca con un cambio de idioma; habló durante hora y media, en español, a un público parisino que no le entendía, de tal modo que al poco rato los asistentes se desentendieron y organizaron corrillos para charlar entre ellos. El discurso de Federica Montseny no supo cambiar la atmósfera de hostilidad, rebelión y desilusión, de modo que se acabó el acto antes de que la oradora lo hiciera en una sala desierta.

Mitin de setiembre de 1937 en Madrid

El domingo 5 de setiembre de 1937 se celebró un mitin confederal en favor de la alianza obrera y la unidad sindical antifascistas en el cine Pardiñas de Madrid[24], radiado de manera simultánea en el cine Bilbao, el cine Durruti y el teatro Popular. El periódico Castilla Libre, dirigido por Eduardo de Guzmán hizo una crónica del acto y reprodujo en sus páginas los discursos de los cuatro intervinientes: Lorenzo Íñigo, antiguo Consejero de Industrias de Guerra de la Junta de Defensa de Madrid; David Antona, secretario de la Regional Centro de la CNT; Juan García Oliver, exministro de Justicia y Mariano Rodríguez Vázquez, secretario del Comité Nacional de la CNT.

El Congreso extraordinario de la AIT (diciembre de 1937)

David Antona Domínguez, junto a Josep Xena Torrent, Horacio Martínez Prieto y Mariano Rodríguez Vázquez, formó parte de la delegación española al Congreso extraordinario de la AIT, reunido en París en diciembre de 1937[25]. En las sesiones del Congreso, David Antona insultó gravemente a Pierre Besnard, afirmando que chocheaba y no estaba preparado para ejercer como secretario de la AIT.

En la sesión del 9 de diciembre (por la tarde) de ese Congreso Extraordinario, David Antona, por la delegación española, atacó a Pierre Besnard, considerando indispensable, en primer lugar, y en contra de lo que éste había dicho, la presentación de un informe, y que era regla en los congresos que el relator del informe diera las explicaciones que se le pidieran, antes de terminar los debates. Que, en segundo lugar, era posible que hubiese delegaciones que no hubieran tenido tiempo, o medios, de leer “las obras voluminosas recopiladas por Besnard y sus colegas”.

La delegación sueca, a petición del presidente, cedió su turno a Pierre Besnard, para que pudiese responder a los españoles. Besnard alegó que había dos formas de presentar los informes: oralmente o por escrito. Que él había optado por el informe escrito con el objetivo de ser más concreto y preciso. Se encaró, altivo y retador, a los delegados cenetistas: “Desafío a que se me reproche que este método sindical no es impecable. Estoy dispuesto a hablar durante tres horas; pero ¿para qué? ¿Para repetir lo que todos han leído? La delegación española se ha quejado, y con razón, de que perdíamos el tiempo. Espero ahora que el camarada Antona se pronunciará inmediatamente sin exigir esta formalidad inútil”. Lo que ocurría era que Besnard, con la presentación por escrito de su informe, quería evitar convertirse, subido a la tribuna durante varias horas, en un blanco fácil de las constantes y aceradas críticas de la delegación española, que habrían transformado esa tribuna en un infierno.

En la sesión del 10 de diciembre (por la tarde) tomó la palabra David Antona, asegurando la brevedad de su intervención, tras calificar el parlamento de HM Prieto de “magnífico”. Se trataba solo de meter otra cuña al payaso de las bofetadas del congreso: “Debo explicarme a propósito de los insultos que me atribuye el compañero Besnard”. Y Antona explicó que sus insultos (el decir que Besnard chocheaba) no eran tales, sino que se trataba de saber si la salud de Besnard era la adecuada para el esfuerzo que requería el cargo de secretario de la AIT, porque podía afectar a las relaciones de la AIT con la CNT. Antona no sólo no retiraba su insulto, sino que se regodeaba en él. Utilizando la misma táctica de HM Prieto, David Antona se dirigió individualmente a Besnard, utilizando el tuteo en su discurso: “te has indignado Besnard, por el hecho de que no habíamos comunicado, durante el Pleno, la creación de este nuevo organismo de solidaridad. Personalmente, yo estaba al tanto de la constitución de la SIA”.  Antona, perdido ya el tuteo en su disertación, quiso justificar esa desinformación, aseverando, un tanto forzadamente, que ese Pleno les había confiado una misión, pero no les había autorizado a comunicarlo a la AIT. Anunció, tras este despropósito, que Mariano Vázquez informaría ampliamente al congreso sobre la SIA. En realidad, la creación de la SIA era la maniobra de la CNT para sustituir a la AIT, que se había mostrado muy ineficaz para recabar fondos en el extranjero, como medio de financiación y ayuda a los anarquistas españoles, en guerra contra el fascismo.

Antona volvió a la carga: “La animosidad de Pierre Besnard hacia nosotros se ha revelado a consecuencia de una serie de fracasos personales de los cuales él quiere hacernos responsables. Es libre de hacer lo que quiera, pero lo que no admitimos es que Besnard use de su influencia, del cargo que ostenta en el movimiento, para entregarse a intrigas, a una actividad sistemáticamente hostil, que revela una verdadera miseria moral”. Besnard era, según Antona, “el principal responsable o el inspirador de los insultos que se nos han dirigido en Le Combat Syndicaliste y en otras partes”.   Antona acusó gravemente a Besnard de convertir su fracaso personal en críticas a la CNT y al pueblo español, en unos momentos de sufrimiento y peligro. Y elevó su protesta al congreso por tal comportamiento, inadmisible. Las acusaciones personales a Besnard sustituían el debate político de fondo: las críticas de la CGT-SR al colaboracionismo de la CNT.

Antona abordó a continuación el delicado tema de los presos. Dijo, maliciosamente, que tal problema “es agitado por Besnard con evidente satisfacción: satisfacción de poder echar en cara a la CNT hechos más o menos deformados. Es verdad que cierto número de compañeros están presos, pero teníamos el derecho de suponer que un hombre capaz de elevarse por encima de ciertas puerilidades sentimentales, tomaría en consideración principal la suerte de la revolución, y no la de dos, cuatro, diez, o incluso cincuenta camaradas”. David Antona mentía, o ignoraba deliberadamente la gravedad de lo que sucedía, porque el número de presos antifascistas en las cárceles españoles superaba ya, en diciembre de 1937, la cifra de seis mil y llegaría, durante 1938, a los quince mil. En todo caso, no se trataba de algunas detenciones anecdóticas, sin repercusiones políticas, sino de una persecución política y sistemática de los revolucionarios, libertarios o no, que habían constituido los comités revolucionarios en julio de 1936, y de los combatientes en las barricadas de mayo de 1937[26].Los miles de presos antifascistas, encarcelados por estalinistas y republicanos, que se habían hecho de nuevo con el aparato represivo estatal, que se completaba y complementaba además con la represión política de las checas, buscaban la muerte de la revolución social, mediante la metódica persecución de los revolucionarios.Antona falseaba, deformaba y ocultaba la realidad, porque no podía reconocer que esos presos antifascistas (y/o revolucionarios) se contaban por millares, y en su mayoría eran libertarios. La burocracia cenetista obtuvo un éxito increíble al minimizar la importancia de la represión en curso. No sólo fue aceptada por el Congreso de la AIT, aunque con algunas voces discrepantes, sino por la mayor parte de la propia militancia libertaria española de la época. Por otra parte, esa burocracia cenetista, favorable al gubernamentalismo, por qué no iba a cerrar los ojos a la represión estatal, y a las checas estalinistas, sobre todo cuando se cebaba sólo en esos insufribles críticos, contrarios al colaboracionismo, por muy cenetistas que fueran. La miserable invocación de Antona al sacrificio de algunos pocos presos en el altar revolucionario, debe entenderse como el altar de la “revolución-promoción” que había llevado a esos burócratas al dominio sobre el aparato cenetista y a ciertas cuotas de poder en unos cargos en ayuntamientos y ministerios, que pretendían recuperar a toda costa.

En las guerras de religión todos los bandos en guerra tenían a Dios de su parte. En la CNT todas las tendencias hacían “su revolución”; unos la social, otros la del acceso de peones, sin estudios ni preparación alguna, a los empleos de funcionario, ya fuera en el aparato burocrático cenetista o en el estatal.

Antona prosiguió su discurso, diciendo que “Pierre Besnard no ha cumplido en España la tarea que le incumbía. Nos habíamos puesto incondicionalmente a su lado. Le hemos dado cuanto quería. Tenía en suma la firma en blanco de la organización. Y ha empleado todo para atacar a esta última. Las pequeñeces, los insultos, las intrigas: he aquí lo que ha preparado. Es tiempo de terminar con todo esto, y poner por delante fórmulas, soluciones que tengan por fin salvar al pueblo español, y no satisfacer mezquinas querellas”. Así, pues, según Antona, Besnard, que tuvo todo el apoyo de la CNT, respondió atacando a la CNT de una forma irracional e inexplicable. Ni una palabra sobre las disensiones políticas, ni las críticas de Besnard al gubernamentalismo, ni la menor mención a la vergonzosa disolución de las secciones francesas de la CNT en Barcelona y Puigcerdá, en su mayoría formadas por milicianos simpatizantes de la CGT-SR, liderada por Besnard. Antona concluyó con el tópico de que ni aceptaba de nadie ni daba a nadie, lecciones de anarquismo. El debate político sobre el ministerialismo era pícaramente sustituido por los reproches personales y los insultos.

Pierre Besnard, secretario general de la AIT y de la CGT-SR, centro de todas las críticas y acusaciones de la CNT, tomó la palabra para defender su informe. Inició su discurso expresando su disgusto ante la aspereza del debate y la brutalidad de algunos oradores: “He asistido a varios congresos, a todos los de la AIT desde su fundación. No he visto ninguno como éste. Parece más bien una corrida o una caza”. Se quejó de la aspereza de los congresistas y del clima de bronca y jaleo existente en el congreso.

Acusó a David Antona de no comprender, ni respetar, las normas más elementales del federalismo. Afirmo que las decisiones del Pleno de la AIT, reunido en junio de 1937, eran obligatorias para todas las centrales. Dijo que “la SIA ha sido fundada en Francia sin nuestro aviso”. Y espetó a los suecos qué harían si la CNT hiciera lo mismo en Suecia, que fue respondido con un escueto “no existe la SIA en nuestro país”.

En la sesión del 11 de diciembre de 1937, Besnard se enfrentó a los duros ataques personales que le había dedicado anteriormente David Antona, encarándose con él ante el congreso: “El camarada Antona dice que he tirado sobre la CNT con obuses de calibre grueso, cuando he declarado que, en Santa Úrsula, en Valencia, existe un equivalente republicano de las islas Lipari y de los campos de concentración alemanes. El camarada Antona se equivoca. Los obuses de fuerte calibre, los guardo para el gobierno español, para tirar sobre los fascistas”. Besnard prosiguió su intervención, un tanto efectista y muy teatralmente, declarando: “Acabo de obtener para el ejército republicano un permiso de exportación para cuatro equipos completos de 320, con un alcance de 33 kilómetros y abastecidos para 3.000 tiros; 25 equipos completos de 240 sobre raíles, abastecidos para 10.000 tiros; 12 equipos completos de 150 Krupp, abastecido para 4.000 obuses y 18.000 Shrapnells; 150 morteros stock pudiendo tirar 50.000 tiros; 150.000 cartuchos para obuses de 120 y 150; 200.000 cartuchos de 75”.

Besnard levantó la vista de la lista de armamento para dirigirse a los españoles, en general: “Vuestro Gobierno dirá si quiere ese armamento”, y luego particularmente a David Antona, con la intención de ridiculizarle: “He aquí, camarada Antona, los obuses de fuerte calibre con que tiro contra la CNT”. Besnard prosiguió su ataque contra Antona, pero ahora cambiando de tema: “Pero tú mismo, ¿qué actitud pasada es la tuya hacia la Asociación Internacional de Trabajadores? “Estamos prestos a sacrificarlo todo para la unidad. Una afiliación a la AIT o a la FSI no es una cuestión de principios”. ¡Esto es los que se lee en Le Peuple del día 10 de agosto en el órgano de una Central Sindical que combate encarnizadamente a la CGT-SR, a la AIT! ¿Es cierto Antona? ¿Estas palabras son verídicas?”

Anunció Besnard que, ahora, tras responder a las acusaciones y ataques de Anderson, HM Prieto y Antona, le tocaba el turno a Vázquez, y su relato sobre las Brigadas Internacionales: “Vázquez habla de los militantes anarquistas extranjeros y declara: “No necesitábamos hombres. No los hemos necesitado ni los necesitamos””. Besnard explicó a los congresistas que, con estas palabras, Vázquez señalaba que esos combatientes extranjeros, sin una industria de guerra que les proveyese de armas y municiones y sin unos cuadros para dirigirlos, eran inútiles; lo único que se necesitaba eran técnicos especializados en la industria de guerra. Pero, según Besnard, cuando ya se había organizado un reclutamiento de técnicos especializados en industrias de guerra, en Francia, empezaron a organizarse las Brigadas Internacionales, en noviembre de 1937, y entonces la CNT nos dijo que “no hace falta nadie más para España”, motivo por el cual se anuló el envío de técnicos. Algunos “meses después de esto, se nos ha reprochado el abandono del proletariado español y la dependencia en que se encuentra respeto a los capitalistas extranjeros para la menor provisión de material de guerra”.

Ya al final de la sesión del 11 de diciembre, tomó la palabra David Antona, negando que la delegación española, como pensaban algunos congresistas, “ha venido aquí con la intención de perturbar el Congreso”. Antona dijo que la CNT había ido “para reforzar a la AIT”. Del mismo modo, negó que los españoles quisieran imponer su punto de vista, a toda costa. Pero había unos límites: “Estamos indignados, y todas las delegaciones deberían estarlo, que se nos diga ¡que los dirigentes de la CNT han apuñalado por la espalda al proletariado español…!”. El delegado chileno negó haber pronunciado tales palabras. Más bronca, ruido y furia.

Antona, con una sabia combinación del ruego y la amenaza, apenas velada, prosiguió su discurso pidiendo que se observara “la buena fe, el respeto y el honor, en lugar de tomar un placer mórbido en remover todo el lodo de la contrarrevolución española”. Advirtió sobre la necesidad de medir las palabras usadas, pues “de lo contrario nos será imposible trabajar, ni podremos siquiera continuar la reunión con vosotros y no nos quedará otro remedio que marcharnos, regresar a España, huir en busca del alivio, del cual carece este Congreso, por su atmósfera de hostilidad”.

En la sesión del 13 de diciembre, el presidente [Lewin] dio la palabra a Emma Goldman, que hizo una exposición de sus impresiones sobre su reciente estancia en España. Goldman justificó su radical cambio de valoración del colaboracionismo cenetista, que el traductor expuso resumidamente del siguiente modo: “habiendo sido [Goldman] hostil al principio al ministerialismo, y a la militarización, ha tenido que matizar su posición al contacto de las realidades históricas. Lo mismo ocurre con el problema del Frente Único con los partidos políticos, especialmente con el Komintern”. Goldman estaba dando un balón de oxígeno a las tesis “realistas” de la CNT, justificando no sólo la política ministerialista y la militarización de las Milicias, sino también la alianza antifascista, en un frente único, con el resto de organizaciones políticas republicanas, incluidas las de la Internacional Comunista. El oportunismo de Goldman era tan formidable que, para no enemistarse completamente con aquellas secciones de la AIT, contrarias a la deriva ideológica cenetista, añadió que éstas tenían derecho a criticar a la CNT: “Sin embargo, no puede [negarse] el derecho a la crítica, ya que los problemas no son solamente de orden interno, sino que se plantean ante los ojos del mundo entero. Y puesto que se trata de problemas patentes y públicos, no podemos negarnos a hablar de ellos. Sólo importa traer a este examen la comprensión y la discreción necesarias para no perjudicar a la causa del pueblo español”.  Goldman había dado un giro de ciento ochenta grados, y ahora apoyaba el ministerialismo y la militarización de la todopoderosa CNT, que tanto había denostado. El oportunismo de Goldman proponía una variante muy atractiva a “la solución Jensen”, apenas esbozada anteriormente: las críticas a los errores de la CNT no podían ser prohibidas, pero sí que podían y debían ser encauzadas, buscando una fórmula que permitiese un debate interno y, al mismo tiempo, ofreciera una versión más amable al exterior del movimiento anarcosindicalista. Se daba ya por supuesto que la CNT era autónoma para hacer caso omiso a cualquier crítica del resto de secciones “menores” de la AIT.

David Antona, por la delegación española, pagó con florituras el discurso de Emma Goldman: “Sólo ella ha sabido interpretar, en el extranjero, el gesto de los combatientes españoles. Si todos los compañeros estuviesen de acuerdo, nuestra revolución no habría sido encerrada dentro de sus fronteras. En nombre de millares de compañeros que toman parte en nuestro combate, agradecemos a la compañera Emma Goldman, y [le] confirmamos nuestra fiel amistad en esta hora en que un régimen nuevo se levanta en la agonía y la muerte”.

El martes 14 de diciembre, por la tarde, el presidente abrió la sesión a las 15 horas y veinticinco minutos, constatando la ausencia de Vázquez, que debía introducir el punto cuatro del orden del día. Propuso pasar a debatir el punto cinco. España dijo que se podía “empezar a tratar el punto cuatro sin Vázquez”. El presidente dio la palabra a la delegación española.

Antona, por España, manifestó que “La tarea que nos incumbe es la de analizar con serenidad, sin dogmatismos, las relaciones del secretario general con la CNT. No puede admitirse bajo ningún pretexto que, el secretario de la Asociación Internacional de Trabajadores alimente la oposición en la CNT”. Esta era la reclamación que había llevado a la CNT a convocar un congreso extraordinario, y la que explicaba la agria y encolerizada postura cenetista durante la celebración de todo el congreso, y su labor obstruccionista en todas las sesiones, incluso en detalles formalistas de nula importancia. Antona afirmó que, en caso de divergencias entre las secciones, el secretario general no tenía por qué intervenir. Acusó, además, al secretario general Pierre Besnard, no sólo de cometer errores, sino de aprovechar su cargo para “levantarse contra nosotros, asociándose a una oposición medio externa al movimiento, cuando su papel [debería haber] sido el de defender la unidad en la CNT”. Ese término, algo extraño, de una oposición “medio externa a la CNT” parecía explicarse en su siguiente acusación: “Ponemos en conocimiento de todos los que están aquí que, los comunistas, los comunistas de oposición y los socialistas tratan de ponerse de acuerdo dentro de la CNT, y que es criminal favorecer sus maniobras”. Antona estaba afirmando que existía una alianza de estalinistas del PCE-PSUC, el POUM y el PSOE “dentro de la CNT”, que no alcanzamos a entender, puesto que en los momentos en que se celebraba el congreso el POUM había sido ilegalizado y era perseguido por los estalinistas y el aparato estatal, controlado aún por el PSOE, pese a la creciente influencia estalinista del PCE. Las afirmaciones de Antona eran, pues, muy confusas.

Desde 1938 hasta su fallecimiento en 1945

El domingo 27 de marzo de 1938 habló en el mitin de unidad sindical CNT-UGT, reunido en el Monumental Cinema de Madrid[27].

Fue nombrado gobernador civil de Albacete y más tarde de Ciudad Libre (antes Ciudad Real). En las postrimerías de la guerra (11-3-1939), redujo por las armas a los comunistas.

Arrestado por los franquistas, fue internado en el campo de concentración de Albatera, siendo trasladado después a la prisión de Porlier. Allí fue juzgado en un consejo de Guerra sumarísimo y condenado a muerte, siendo conmutada la sentencia por treinta años de prisión. Contrajo la tuberculosis en la prisión de Porlier, gravemente enfermo fue liberado en 1943, falleciendo el 15 de marzo de 1945.

Agustín Guillamón

Barcelona, 1 de marzo de 2023

Biografía ampliada de la publicada en el Glosario del libro de GUILLAMÓN, Agustín: 

CNT versus AIT. Los comités superiores cenetistas contra la oposición revolucionaria interna e internacional. 

Ediciones Descontrol, 2022

Siglas:

AIT. Asociación Internacional de Trabajadores

CGT. Confédération générale du Travail

CGT-SR.  Confédération générale du Travail – Syndicaliste révolutionnaire

CN. Comité Nacional

CNT. Confederación Nacional del Trabajo

CP. Comité Peninsular

FAF. Federación Anarquista Francesa

FAI. Federación Anarquista Ibérica

FSI. Federación Sindical Internacional. (Afín a la Segunda Internacional)

PCE. Partido Comunista de España

PCF. Partido Comunista Francés

POUM. Partido Obrero de Unificación Marxista. [Marxistas antiestalinistas]

PSOE. Partido Socialista Obrero Español

PSUC. Partit Socialista Unificat de Catalunya. [Estalinistas]

SIA. Solidaridad Internacional Antifascista

UA. Union Anarchiste

UGT. Unión General de Trabajadores

Fuentes:

Acta de la reunión del Pleno Nacional de Regionales, celebrada en Madrid el día 15 de septiembre, a las cinco de la tarde.

Actas del Congreso de la AIT. Celebrado en París del 6 al 18 de diciembre de 1937

El anarquismo en España. Informe del Comité Peninsular de la Federación Anarquista Ibérica al Movimiento Libertario Internacional (16 enero 1938)

COMITÉ NACIONAL: Circular número 12 del Comité Nacional de la CNT a las Regionales (1937)

COMITÉ NACIONAL de la CNT: Informe de la delegación de la CNT al Congreso Extraordinario de la AIT y resoluciones del mismo. CNT, Barcelona, 30 de diciembre de 1937

Correspondencia de David Antona.

Documento del mes en la web de la Fundación Anselmo Lorenzo, aquí:  https://fal.cnt.es/documento-del-mes-junio-2022-gran-mitin-del-cine-pardinas/

Fonds de Moscou des Archives Nationales. Intérieur. Fichier central de la Sûreté nationale: dossier ANTONA, David.

Rüdiger, Helmut: Materiales para la discusión sobre la situación española en el Pleno de la AIT el día 11 de junio de 1937.

Unidad documental compuesta 33802 – DAVID ANTONA de la CNT hablando en el mitin de unión sindical entre la UGT y la CNT, en el Monumental Cinema. .Archivo Regional de la Comunidad de Madrid.

Bibliografía:

ANTONA, David: Ni frente único ni alianza obrera, comunismo libertario. Anarquía. Prólogo de Tabarro. Imprenta. de Ginés Guirao, Madrid, 1934.

ANTONA DOMÍNGUEZ, David (seudónimo Verbo Rojo): Al servicio del pueblo. Dos discursos de David Antona, gobernador civil de Ciudad Real. Madrid, Comisión Propaganda Confederal y Anarquista CNT-FAI-FIJL, Talleres. Socializados del SUIPAG, CNT, 1938

GUILLAMÓN, Agustín: La represión contra la CNT y los revolucionarios. De mayo a septiembre de 1937. Hambre y violencia en la Barcelona revolucionaria (4). Descontrol, 2015.

  • CNT versus AIT. Los comités superiores cenetistas contra la oposición revolucionaria interna e internacional. Descontrol, 2022.

IÑÍGUEZ, Miguel: Enciclopedia del anarquismo ibérico. Asociación Isaac Puente, 2018.

LORENZO, César M.. [César Martínez Lorenzo]: Le mouvement anarchiste en Espagne. Pouvoir et révolution sociale. Les Éditions Libertaires, 2006


[1] Fonds de Moscou des Archives Nationales. Intérieur. Fichier central de la Sûreté nationale: dossier ANTONA, David.

[2] “Informe de la delegación de la CNT al Congreso Extraordinario de la AIT y resolución del mismo”. Diciembre 1937, p. 96.

[3] Acta de la reunión del Pleno Nacional [de Regionales, celebrado en Madrid el día] 4 de agosto de 1936.

[4] Que sustituía al gobierno presidido por el republicano Giral.

[5] LORENZO, César M.. [César Martínez Lorenzo]: Le mouvement anarchiste en Espagne. Pouvoir et révolution sociale. Les Éditions Libertaires, 2006,  pp. 180-181.

[6] LORENZO, op. cit., pp.182-184.

[7] Acta de la reunión del Pleno Nacional de Regionales, celebrada en Madrid el día 15 de septiembre, a las cinco de la tarde.

[8] PÉREZ, Manuel: 30 años de lucha. Asociación Isaac Puente, Vitoria, 2012, p. 193. Publicó un artículo en la portada de Sembrador núm. 40 (25-4-1937), titulado “Nuestra revolución ante la historia”.

[9] “Carta de Mariano R. Vázquez a David Antona y Facundo Roca  (Valencia, 22 mayo 1937)”..

[10] “Carta de Mariano R. Vázquez a David Antona (Valencia, 1 junio 1937)”.

[11] “Carta de la Delegación permanente de la CNT en París al Camarade L. Jouhaux (Paris, 3 juin 1937)”.

[12] “Carta de David Antona a Mariano R. Vázquez  (París, 4 junio 1937)”.

[13] “Carta de David Antona a la Oficina de Propaganda del Comité Nacional de la CNT  (París, 4 junio 1937)”.

[14] Se refiere a la Jornadas de Mayo de 1937 en Barcelona y al bombardeo de Almería desde un acorazado alemán. Sobre mayo de 1937, véase GUILLAMÓN, Agustín: Insurrección. Las sangrientas jornadas del 3 al 7 de mayo de 1937. Hambre y violencia en la Barcelona revolucionaria (3). Descontrol, abril 2017.

[15] “Carta de Mariano R. Vázquez a David Antona y Facundo Roca  (Valencia, 6 junio 1937)”. Adjunta dos anexos documentales.

[16] Carta de David Antona a Mariano R. Vázquez  (París, 9 junio 1937).

[17] Carta de David Antona a Mariano R. Vázquez  (París, 10 junio 1937).

[18] Carta de Mariano R. Vázquez, por el Comité Nacional, a los compañeros David Antona, Nemesio Galve y Facundo Roca (Valencia, 15 junio 1937).

[19] Carta de Mariano R. Vázquez al compañero David Antona (Valencia, 15 junio 1937).

[20] Materiales para la discusión sobre la situación española en el Pleno de la AIT el día 11 de junio de 1937.

[21] Comité Nacional de la CNT: Circular número 12.

[22] Comité Nacional de la CNT: Circular número 12. Doc. anexo núm. 4

[23] Numerosas webs confunden a los participantes en ese mitin antifascista del Velódromo de Invierno de París, en junio de 1937, con los participantes en  el Congreso Extraordinario de la AIT, reunido en la  Sala de la Mutualité de París en diciembre de 1937. La delegación española al Congreso Extraordinario estaba formada por Vázquez, Antona, HM Prieto y Xena. Ni Montseny, ni García Oliver, ni Pabón estuvieron en el Congreso Extraordinario de la AIT de diciembre de 1937.

[24]Documento del mes en la web de la Fundación Anselmo Lorenzo, aquí:  https://fal.cnt.es/documento-del-mes-junio-2022-gran-mitin-del-cine-pardinas/

[25] Véanse los debates de ese Congreso Extraordinario de la AIT en GUILLAMÓN, Agustín: CNT versus AIT. Los comités superiores cenetistas contra la oposición revolucionaria interna e internacional. Ediciones Descontrol, 2022

[26] Sobre la represión posterior a mayo de 1937, véase Guillamón, Agustín: La represión contra la CNT y los revolucionarios. De mayo a septiembre de 1937.  Ediciones Descontrol, 2015.

[27] Unidad documental compuesta 33802 – DAVID ANTONA de la CNT hablando en el mitin de unión sindical entre la UGT y la CNT, en el Monumental Cinema. .Archivo Regional de la Comunidad de Madrid-

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