Haberlos haylos, sí.
Brotes de inconformismo, de conciencia, y de conciencia social.
Brotes de lucha, de resistencia, y de compromiso.
Brotes de cambio, de regeneración, y de evolución.
Brotes de humanidad, de hermanamiento, y de solidaridad.
Brotes de hartazgo, de determinación, y de pasión.
Brotes de crítica, de autocrítica, y de “nunca más”.
Brotes de reflexión, de creación, y de lucidez.
Brotes de imaginación, de desinhibición y de locura.
Y cuando todos ellos florezcan: pronto, os arrepentiréis de haberlos sembrado.
Y nosotros os daremos las gracias por despertarnos del letargo.
Elena Vélez Agustín