En un rincón de la calle [poema]

1
En un rincón de la calleVeo mi tristeza prisionera
en la boba sonrisa de autómata,
mis lágrimas vertidas son ciencias sobre sus informes
y como quieren quitarme la rabia.
¡Que duros son estos tiempos!
ya no podemos permitirnos nada.

Sobre la nieve veo la futura sangre,
tras el vuelo, el sonido de un disparo.
Sus templos sagrados
son las podridas carnazas de los profetas.
Lo más querido para mi está descompuesto
bajo las botas de sus creencias.
Alejándose tras los cerrojos,
lo veo marcharse,
sin libertad renuncia a su libertad,
otra presa ha sido descuartizada.

2
Debajo del reino celestial
las ruinas reparten a sus seres implorantes.
Sin orgullo ya no se enfrentan a la muerte,
sumisos aceptan la mirada de los Ángeles.

3
La pureza destroza los tabiques nasales,
mientras los diamantes arrancan las arterias
de los brazos.
El abismo reposa en la eternidad
de la muerte.
Rompiendo el silencio,
las imágenes y los gritos:
El circo ha empezado.

4
Ciudades importunadas,
donde la savia es el fluir del comercio…
La juventud indolente, impaciente espera
en el trampolín del destino
para excluirse lanzándose
al frenesí del mejor de los abismos.

Mientras los que sobrevivimos,
morimos de aburrimiento
o decaemos ahogados
por el fin de las ilusiones,
descreídos y sabios
sabemos amar esa chispa
de esos ciertos momentos
cuando se nos enjuvenecen los ojos:
cuando arden las calles
o los lechos de sudores ajenos se mojan.

¡Como deseamos esos momentos
donde nuestro cuerpo es reapropiado
por el amor del otro!
¡Qué bonito ser dignos de ser colectivizados!
Donde siendo el yo somos el nosotros.
Donde somos nosotros siendo el tú y el yo.
¡Como deseamos que el mundo sea nuestro
y quepa en una mano
para no necesitar nada más
y arrojar por fin la piedra!

Cuando nuestro deseo está perdido
y volvemos al cotidiano envejecer,
vemos a los jóvenes subidos a nuestros propios abismos.
Recordamos a los que se fueron,
cuando en realidad todos nos hemos ido,
cuando a todos nos han vencido.

5
Avanzando por las nocturnas sonrisas,
describiendo a las hechiceras de la aurora,
la traición se ha hecho ojeras
y en los benditos garitos
se bebe la mejor hiel
y se huele la mejor sangre.

Revolcándome en la dulzura de la oscuridad,
busco la gloria de las imponentes luces,
el sueño ha sucumbido
ante el encanto de la belleza imperecedera.
Pero todo tiene una fecha de caducidad
y yo sin reloj
voy mirando números y tiempos.

La disipación me permite tristezas
que las sonrisas amargan con flujos.
Los aromas me rodean hasta extasiarme,
el mejor perfume aparece tras una larga juerga,
la mejor maravilla acaba en amor o pelea.

6
Origen y rencor
la mirada del camino,
el surco del arado.
Sobre la piel no hay nada más deseado
que el dolor placentero
que la mente libera.
Tras la clarividencia no hay sufrimiento jamás deseado
que el destierro que nos lleva
a la herida de una conmoción que revienta:
Como locura, como violación, como grito, como guerra.
Las imágenes nos rodean mientras nuestros hijos
son carnaza para los tiburones de los negocios.
La comida está pudriéndose
en los almacenes de los santos.
El arte en ellos se conserva
mientras todas las mejores sonrisas
son engullidas por la Mercancía.

7
No es la tristeza lo que me hunde,
es el sin sentido que me rodea,
corresponderé a tus sueños
con una pesadilla sedienta
y una vez libres nuestros alientos
vagaremos dueños de nuestras alegrías.

Nuestro viaje buscara el nacimiento del tiempo,
donde los dominios del Caos
saturan al Cosmos con los más cruentos placeres.
No quiero que entre nosotros haya misericordia,
nuestro cariño es el vulgar líquido
de la femenina eyaculación.
Nuestras miradas destruyen la mentira
sin necesidad de recurrir al desesperado juramento.

Que nuestros caminos sean quebrados,
accidentados cruces de ríos torrenciales.
Nuestras vidas se retuercen
en el lecho preparado por el destino,
ya nada tememos, la muerte es un ritual pudiente.
Sobre nuestras cabezas no hay iras celestiales,
ni regalos de la providencia.
Nuestra libre voluntad nos hace conscientes
que estamos en manos
del cadalso de los piadosos.
Nada ya nos importa.
De pie frente a su mundo
tenemos la verdad de la sonrisa
que insultará los delirios de sus poderes.

8
Que las dudas no nos siembren
el camino de temores,
una vez que decidamos,
ya no importan los errores.

Lo oculto esta para ser desvelado.
La ignorancia nunca se saciara con la sabiduría,
desaprovechados
jamás indagaremos ninguna abertura
por donde la muerte se nos escape
nunca será sin nosotros.

Nuestros corazones solo bombean sangre
mientras que nuestros oídos
saben escuchar los sensibles gemidos.
Nos deshicimos de la venda
de Dios sobre nuestros ojos,
la vida no es un castigo
y fallecer es un final lógico.

No importa ni el cuándo,
ni el cómo.
Sinceros para los abrazos
estamos preparados.
El destino no nos importa,
el presente está olvidado.

9

La valentía y la dignidad
esta en las fosas comunes,
encerrada en los psiquiátricos y presidios
recogiendo cartones,
durmiendo borrachas
en las húmedas calles.
La cobardía sobrevive
ciudadana
esclava y sumisa
recogiendo las migajas
del paraíso prometido.

10
El asalto del cruel amante
se toma el tiempo
sabiéndolo ya perdido.
Los años regalan
las comisuras
alrededor de tus labios.
Todo indica
la felicidad de tantos años
en el que has sonreído.
Él acaricia tembloroso tus canas,
procurara que el placer no te falte.
Saber morir es saber vivir
la enfermedad puede ser una buena acompañante.

11
Un pensamiento resurgirá
como renacerá la rabia
telúrica contenida por los siglos
del dormido volcán.
Tras la luz de sus ojos
amanece despacio
mientras las luces rojas
van apagándose.
Entre las botellas
y el prohibido humo
los hombres en retirada
se rinden ante su viento.
Atrapados en la camino
esperan el sueño como
quien espera la muerte,
renacer sin su abrazo no será fácil.

12
Protegido en las sombras
por el brillante espectro,
en los dulces sueños del niño
aparece la bisabuela,
anciana mitológica que con cariño
protege entre las fiebres,
tranquiliza mientras el pequeño duerme,
sentada en aquel rincón ilumina
mientras llueve.

13
Con sangre están escritas
las palabras del amante sobre los ríos de plata,
en sus cascadas los anfibios crían por entre los cristales
mientras en la tierra el Silencio espera la muerte de las estrellas.

Huyendo de la realidad los gorriones se esconden en la brea,
entre las corriente del Índico se pudren los leones marinos,
los cobarde rebuscan entre las rocas y playas
entre tanto la blanca víctima asciende por el barrio.

La policía pasea vigilando los pacíficos cadáveres.
En las casas ya no duerme nadie:
los gusanos se han despertado.
La sangre lunar busca en cada hogar una lengua
mientras en los bosque arden los placenteros montes.
Gritos rodean la negritud del día
en el momento que la leche se derrama
sobre el asfalto de la calle.

Bebiendo absenta disfruto de los acabados momentos,
la belleza sinceramente será descuartizada
mientras se diluye el terrón de azúcar.
Llorando las mujeres cantan al alma
cuando el viento limpia el cielo.
El anochecer regresa.

14
Bordeando los abismos
para jugar con los miedos
que copulan con la muerte.
El juego es el dilema,
la respuesta será breve,
dos navajas bailan entre los cueros
buscando la danza del cuerpo opuesto,
la sonrisa del fin asola el silencio
un cadáver abrazado por el rojo ángel.
Las cuentas ya están saldadas,
no pillaran a nadie,
todos somos inocentes.

15
Con los recuerdos fugaces como el aliento cansado de ti me despido, somos polvo de estrellas y en el universo nos encontraremos. (dedicado a Conchi)

16
De frente,
nuestras locuras.
Escondidos en los rincones, donde los lupanares
pueblan las oscuridades, buscamos la perdición
mientras nuestras sonrisas tapadas
se enfrentan a nuestros entrelazados alientos mientras hablan.

Estas calles no nos llevaran a ningún sitio,
encontrarte hace innecesario mi escondrijo,
La salvación abraza nuestros cuerpos,
ha llegado el fin del momento,
las pieles se funden en la inocencia
y el delirio nace sobre la fuente
mientras vomitas mi esperma.

17
Atravesando el pasillo, descubro la Vía Láctea,
las galaxias a nuestros pies,
viajamos por el tiempo.
Deformados por oír el murmullo del calor,
nuestros sentidos ocultan el olor del centeno.
Ya no tengo objetivos,
sin esperanza, la claridad
se presenta en el alegre manantial
que nace por entre tus piernas.

Distingo cuando unidas nuestras pieles
el sosegado paraíso
es cuando jugueteas con mis pies
mientras dormito.
El cielo y la tierra se unen en una sonrisa,
la luchas se une al placer
mientras sufrir es enfermizo
y entre tus dedos estoy sanado.

18
Perderse es fácil
cuando tu mirada atraviesa mis ojos,
cuando tu sonrisa se deposita suavemente en ni memoria
y mis labios temblando acarician tu piel desnuda
que busca el calor de mi cuerpo
en estas frías noches de blancos inviernos.

Las caricias arrullan
el precoz albor de la niebla del valle.
Entre los bosques, los salvajes animales
arrullan el caduco roció.
El sol inicia su reinado.
Coronare de estrellas nuestro lecho,
mientras un jardín de rosas harán sangrar tus pechos.

19
La luna huye de la noche muda
para atrevida buscar al sol
sobre tu piel aceituna.
El aceite de tus labios
se derrama como dulce palabra
mientras en mi lecho
se adormece el valiente apogeo.
La inocente piedad ha sido
de muerte herida,
dentro de ti saludo,
a los protectores del averno.

20
Quizás en un baile secreto
buscare las heridas mortales
en las narices del Diablo.

Quizás en las primaveras rotas
anochecen los cristales hiriendo
los vientres de las vírgenes intrigantes.

Quizás moriré agotado entre oxidados metales
sobre las calles de drogados esqueletos.
Sonreiré al vacío atravesando tus ojos,
atrapando tú apego en un desolado renacimiento.
Mientras con un golpe reventara la sangre de mis labios
frente a las murallas de los oscuros uniformes.

Quizás despierte lejos de mi la suerte
y para desgracia mía seas tú mi mejor amante.
Quizás debilitado, arranque el oro
a los amaneceres matando mariposas con ilusiones.

Arrollado por los ladridos siento despertar
cubierto de llagas, enfermo y moribundo.
La soledad sería bienvenida si el último jadeo en vida
fuese gracias al juego de una boca.
Imploran los mendigos miserias para seguir míseros,
en la calle la inocencia a muerto devorada por las hienas,
sonreímos a carcajada limpia viendo como el fuego
golpea con su calor las esperanzas de los necios.
En un trono de basuras reina una gran madre,
protegidos sabemos que la tierra pronto dejara de respirar.

21
Desde el sur les arrancaron las carnes,
las semillas del futuro caerán sobré tierra estéril.
brillantes riquezas arrastraron los ríos desde los desiertos
mientras lloran las silenciosas montañas con su vientos de sangre.

La luna se ahoga roja entre los negros pozos de petróleo:
en una mano el pan, en otra la rabia.
Rodeados de mentiras lucha la valiente verdad
escondida como piedra en la mano,
en la otra la piel amada que dulce acaricia.
Las carnes golpeadas resurgirán gloriosas en rebeldía,
entre cánticos las voces arden
en calles donde las estrellas se alzan al viento.
La canción protegerá a sus hijos,
mientras mueren, sus huracanes alzan sonidos de esperanza.

Desde las dunas, hasta los ríos,
desde los campos hasta las playas,
desde los jardines hasta las ciudades,
el gentío alza sus voluntades mientras desenfunda sus espadas.
Hoy será el día de los pobres, por fin hoy nadie venderá petróleo.

22
Buscando una plaza tranquila
para desgarrar el calor con el frío sentimiento.
Golpear al tímido sol de invierno
con una mirada inerte
para lentamente regresar a los brazos
de la temida mentida.

23
Disipada la presencia,
rostros borrosos acechan temprano,
desconocidos pisan el camino
elocuente de la locura.
Con orgullo masoquista,
desnudos, averiguan el placer
sojuzgándose ante el amor.
La adoración nunca será suficiente,
el tiempo se convierte
en la materia del olvido.

Escupe los recuerdos
dentro de las fuentes
donde los peces flotan muertos.
La piel desgarrada espera
ansiosa el vinagre y la sal:
es el momento final
de la crucifixión.

24
Es una sonrisa seca y árida
como su cuerpo lejano e inhabitable.
Por la suavidad viaja su ruda piel
en el iniciático sentido
del camino angosto
hacia un ritual infatigable.

Desde sus ojos,
las oscuras ruinas se recuerdan,
escondidas preciosas cuevas
donde los secretos se olvidad
como palabras.
Soledades atrapadas con ambas manos
mientras los licores de su cuerpo
perfuman el lecho de los sueños.
Durante el alba es capaz
de hacer que el mundo se adormezca,
con la sensible dureza de sus gestos.
Sobre el barro germinan los colores
congelando los delirios
mientras acostados a sus pies
duermen los perros.

25
Vendrán las sonrisas,
también lloraran las jornadas,
tus ojos romperán las desdichas
o se cerraran en los dolores mudos.

La percepción se perderá más allá
de los perdidos paraísos
para recuperar el escurridizo
tiempo del insolente río de la memoria.
Nuestras mejillas se rozaran en estos últimos días
con una esperanza desechada
que sucumbirá ante placeres momentáneos.

Las imágenes del pasado se nos aparecen
como fantasmas e ídolos
en un desértico presente.
Nuestra sabiduría nos hace cada vez mas idiotas
mientras espero llenar mi rincón
de tus preciados aromas.
Los silencios se derriten en el calor de las presencias.
Entre los juegos todo esta helado.

26
Indolentes
las calles cubren a sus habitantes.
El calor es sofocante,
del verano
las canciones
huelen a fritanga.
Las plazas vigiladas y los vigilantes
observados,
a mi lado una mujer pasa
y no puedo desviar los ojos.

27
Cuando el silencio es lo que rodea el infierno
mientras las criaturas de la Tierra buscan en las huecas calles
como romper la soledad en los duros hombros
de los amantes.
Tras los portales de la pobreza
el dolor ya no se esconde,
oscuridad vencida en los desaparecidos arcos
de gloriosas noches de juventud.

Montañas de ruidos
han engullido a las noche de primavera,
entre los humos y las caricias
se desperdiciaron los mejores licores.
Rojas telas cubrían hermosos vellos
y los ríos blancos
bañaban costas morenas.

28
Donde pisas
florecerá una dulce miseria de recuerdos,
lluvias que buscan olvidarte,
tormentas amargas en las cuales yo sonrió.

Bajo el aliento de los desesperados
florecerán las más idiotas palabras
y por las mañanas
los quejidos mentirán
el pensamiento con inútil inocencia.

Cuando decidas volver,
el tiempo todo lo habrá curado,
miradas y sonrisas,
y muchas carcajadas en los lavabos.

29
La tranquilidad se quedará como los sueños
tras los cristales empañados por un frío aliento.
El mundo se aleja poseído por la plástica
y sedienta muerte.

Habitaciones vacías se suceden
a lo largo de solitarias vidas,
en la vejez la memoria de una vida
es arrebatada por una longevidad avariciosa.

Se ampliaran las puertas de dorados cielos
y en los ardientes montes resucitaran
los deseos enterrados en olvidados cementerios.
Veo la tristeza en las calles
nada más abandonar tu lecho.
Creo que vestiré mis muñecas
con el acero cortante
del cual juegan los niños.

Desde las sombras las palabras
imploran un lugar en el espacio,
repartidas por el suelo
su usurpado significado ya es indiferente.
Imágenes inertes sobre mentes escarlatas
recrean las ratas que juegan en mi boca.

Miro las espaldas de los incendios milenarios,
los dragones muerden la noche
para perder su sentido.
La existencia se dura
como estas paredes impolutas,
sobre el blanco, solitarias,
explotan las cabezas
mientras los ojos por fin definitivamente
se cierran.

30
Apiñados
en la madrugada,
tiene cojones que felices somos,
sin sueño ni sueños,
el carajillo y la cerveza.
Ante las oscuras reinas desaparecidas
las mesas son un desierto
y las bebidas secan el habla
mientras el Raval despierta
si es que ha dormido.
Tenemos nuestras sonrisas,
muy poco dinero,
muchas ganas de estar juntos.
Mi desayuno un beso tuyo,
por fin es el finde que podemos
salir juntos.

31
Desde nuestros alientos con tranquilidad
el deseo nos envenenara y respiraremos
con pasión ahogada
mientras nuestras garras rasgaran la noche
a través de nuestras pieles para enloquecer
en milenarias leyendas.
Somos un nacimiento,
somos mortales
que blandiendo sus defectos
se encaran a los mas bellos diose del Olimpo,
y felices dormiremos
acurrucados
en futuros atardeceres
descansando de los lubricados juegos
del océano
con sus continentes.

32
Las consecuencias son inesperadas, experimentare,
a pesar del futuro,
a pesar de la cobardía,
la espada de Damocles siempre esta preparada,
partimos inconscientes
y alegres desde nuestra rebeldía
no me importara ser decapitado…
Puestos los pensamientos en charcos,
son la sangre de toda revuelta,
esos ríos humanos que pronto
serán despedazados
por los tanques y bombarderos
del bien común.

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