Casi casi como en una segunda vida, celebro muchas de las cosas que me están ocurriendo en esta estación otoñal en la que los parques de la ciudad donde vivo se llenan de hojas caídas y de castañas.
La verdad es que algunas de las historias que almaceno últimamente son casi casi paranormales y me han hecho abrir los ojos de una forma desmesurada acerca de los conocimientos ancestrales almacenados por nuestros abuelxs.
A ellxs les dedico estos dos poemas:
I– Wisdom
Un complot de sabiduría ha entrado en mi ser, amplias telarañas
son retiradas en este nuevo día, las galerías del alma
son despejadas
y por fin puedo ver algo más del camino que conscientemente
elegí atravesar y conocer.
Free knowledge I was knew, free wisdom
I learnt to you, Earht Mom, alive Mom; and in the end
I’ll join with you.
II– Hojas caídas
Hojas caídas
en el lecho del parque, cielo nublado
en lo alto de la meseta, día de hadas otoñales.
Los días trashumantes ya han pasado
y el nuevo can guardián tiene unos meses para relajarse.
Camino vamos del invierno; amontonar piñas, ¡amontonar leña!, la vida tradicional aguanta
y con nuevos esfuerzos se ve renovada.
En lo cálido del hogar hay tiempo para reflexionar, cogerse un libro,
amamantar historias, tomar decisiones
y hacerlas cabalgar ansiosas.
-Richie punk-