Silencio salvaje. Declaran ilegal los servicios mínimos en la huelga de Metro

EL Tribunal Superior de Justicia anula los del 29 y 30 de junio

JusticiaOtra buena noticia para los trabajadores de Metro. Como ya presagiábamos el 6 de mayo cuando comentábamos la anulación de los servicios mínimos del 28 de junio el Tribunal Superior repite sentencia. Decir que al recurso presentado se han opuesto tanto el letrado de la Comunidad como el Ministerio Fiscal y la empresa Metro de Madrid. A pesar de ello nuevamente declara los servicios mínimos de facto inconstitucionales. Reproducimos la parte de la sentencia que lo explica más claramente, es el Fundamento de Derecho octavo:

A la vista de todo lo expuesto en la Orden impugnada, en atención a los criterios Jurisprudenciales ya referidos, debemos concluir como ya hicieramos en la sentencia del 12 de abril de 2011 en los que los términos de la resolución eran sustancialmente iguales, que en el caso presente, tampoco se establecen con la necesaria determinación los criterios para identificar los Servicios establecidos como esenciales.

En primer lugar, en lo relativo a las Unidades Operativas y del Puesto Central y Desarrollo Técnico y en concreto en lo relativo al personal relacionado con la circulación de trenes se parte de la puesta en funcionamiento de un 50 % de los trenes. Pues bien, la elección de tal porcentaje en el caso presente de una huelga convocada para 24 horas, carece de la necesaria justificación por cuanto el mismo adolece de imprecisión si se tiene en cuenta que resulta lógicamente necesario diferenciar entre las horas que se estimen como punta o de mayor afluencia de usuarios y las que no tienen tal condición; por otra parte también resulta necesario, partiendo del ámbito geográfico de cobertura de la red de Metro, precisar que zonas o recorridos de líneas resultan coincidentes con otros medios públicos de transporte que puedan resultar alternativos (entre ellos lógicamente la red de servicios de autobuses) en atención al mayor número de usuarios que sobre la utilización normal puedan asumir, conforme a estudios estadísticos existentes y contando también con estimaciones sobre el incremento que pueda realizarse sobre medios privados de transporte.

Todas las circunstancias mencionadas contribuirían a precisar qué porcentaje de trenes resultaría indispensable a lo largo de las 24 horas de duración de la huelga que no resulta acorde con una estimación del 50% lineal.

Por otra parte, en lo relativo al resto de profesionales encuadrados en las citadas Unidades y al porcentaje que se establece, si cabe apreciar una razonable concreción, ausente en anteriores resoluciones de carácter similar en cuanto a los porcentajes más altos establecidos para los Inspectores del Puesto de Mando, Despacho de Cargas y Sección de Maniobras y Jefes de Depósito si bien resulta ausente de justificación el relativo a los Técnicos de Línea y asimismo acontece con el personal relacionado con la atención directa, información, asistencia y seguridad del usuario, con excepción del personal de estaciones cuyo porcentaje de afectación resulta razonado.

En segundo lugar, en lo relativo a la Unidad de Mantenimiento de Instalaciones y de Material Móvil ha de llegarse a idéntica conclusión si tenemos en cuenta que los porcentajes podrían claramente ponerse en relación con los correspondientes a las incidencias que durante 24 horas resulten habituales y que resulten imprescindibles corregir y a las labores de mantenimiento que no puedan dejar de llevarse a cabo durante un día de convocatoria de huelga.”

Ahora sólo falta que el mismo Tribunal Superior de Justicia revoque la sentencia de primera instancia que ha declarado ilegales las huelgas convocadas para estos dos días y que el Tribunal Constitucional anule el Plan de Ajuste del Gobierno central y en consecuencia el del Gobierno de la Comunidad de Madrid que afectó directamente a nuestro convenio y fue la causa real de las huelgas. De ser así convocaremos una fiesta de celebración por todo lo alto.


Silencio salvaje

No hace falta ser de Madrid para reocordar la huelga de Metro de hace casi un año. Todos los medios de comunicación dieron cuenta de ella. No hubo quien se ahorrara el calificativo: salvaje.  Por si no se tenía claro se repetía en tertulias, informativos, columnas: huelga salvaje, salvaje, salvaje… La huelga era salvaje porque los trabajadores de Metro se negaron a cumplir unos servicios mínimos impuestos por su patronal (la Comunidad de Madrid) que anulaban la huelga. Hace un año todos los medios de comunicación se centraban en la salvaje huelga de Madrid. En cambio la semana pasada no hubo un solo medio que diera más cobertura que un rincón del informativo regional a la sentencia judicial que declara ilegales los servicios mínimos impuestos por Esperanza Aguirre.

Se hablaba hace un año de que los trabajadores de Metro violaban los derechos de los madrileños. De hecho, Rubalcaba (la esperanza blanca) sacó a la policía para garantizar que hubiera metro. Eso sí, solo la línea que lleva al aeropuerto, que al parecer ese derecho ciudadano a coger el metro también tiene sus jerarquías: los ciudadanos que se mueven en avión tenían más derecho a coger el metro que los que se mueven en metro. La operación de Rubalcaba para salvarle la huelga a Esperanza Aguirre fracasó porque se basaba en otra mentira típica de los contrarios al derecho a huelga: que los trabajadores de Metro estaban secundando unánimemente la huelga por miedo a los piquetes (ese horrible mal que bien merecería ser tiroteado y arrojado al mar). Rubalcaba llenó la línea 8 de policía para que los esquiroles pudieran romper la huelga sin miedo… y no fue ni uno porque la razón por la que no iban a trabajar no era que tuvieran miedo, sino que tenían huelga.

Llegada la sentencia judicial resulta obvio aquello que algunos decíamos. Que quien estaba violando un derecho fundamental era quien imponía unos servicios mínimos cuyo único objetivo era romper la huelga. Los trabajadores de Metro estaban defendiendo su derecho fundamental a la huelga dado que los gobiernos autonómico y estatal lo violaban y la justicia no lo reconocería hasta que la huelga no importara y la ruptura unilateral del convenio colectivo (otra ilegalidad) se hubiera consolidado.

Esas obviedades las decíamos frente a una práctica unanimidad mediática de una agresividad que sólo se suele alcanzar cuando se defienden bombardeos de esos que nunca traen democracias, ni paz, ni esos derechos humanos que supuestamente deberían hacerlas justificadas. Ni Esperanza Aguirre, ni Echevarría, ni Rubalcaba, ni ningún medio del coro pesebrero que se sumó al linchamiento de los trabajadores que no asumieron la violanción de sus derechos han dicho esta boca es mía. Ni un tertuliano ni columnista de los que prestaron su voz o su teclado al canto unánime ha mencionado la sentencia judicial que anula aquellos servicios mínimos diez meses tarde. No llevaban razón. Hicieron la misma propaganda goebblesiana que hacen contra todas las huelgas: la que no es salvaje, está destinada al fracaso y en todo caso siempre violan los derechos de los ciudadanos (porque los trabajadores en huelga no son ciudadanos ejerciendo derechos).

Ahora callan. Ni uno pide el turno para reconocer que algo de razón llevarían quienes incumplieron una ilegalidad, que igual se pasaron con la tunda de bofetadas que dieron a los huelguistas, que si no tenían que haber defendido su derecho a la huelga sí tendrían que haber sido un poco menos vehementes. Si ellos no lo dicen tendremos que ser otros. Quienes escribimos los escasos textos que se publicaron en defensa de los derechos de los trabajadores de Metro podemos sacar pecho, aunque en la próxima huelga nos toque ser igualmente arrinconados

 
¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio