Manifestación por la Okupación en Barcelona 1D

Este sabado 1 de diciembre saldremos a las calles en defensa de la okupación. Ante la represión y la oleada de desalojos no reculamos, al contrario, damos un paso adelante.

Ningún desalojo sin respuesta!

La okupación de espacios abandonados para la autogestión de nuestras vidas es una realidad des de hace más de dos décadas en Barcelona. Así se ha dado respuesta a la necesidad de espacios sociales y a la falta de vivienda accesible en las ciudades. En este último año, y como muchas otras veces, estamos viviendo una oleada represiva de nuestros proyectos: Centros Sociales Okupados como La Clandestina, la REA, el Ateneu la Pua… y viviendas como Ca La Trava, el Kubo, la Kantonada, Montmany 3… han sido desalojadas. El Banc Expropiat, Kan Kolmo, el Àgora Juan Andrés, La Protestona, La Teixidora, Puntales, La Llamborda, Kasablanka… se encuentran en amenaza de desalojo.

Desde el 2015 ha habido cambios en las leyes del estado español: la aprobación de la ley mordaza, las reformas del código penal, la ley de enjuiciamiento civil i la administrativa. Estas afectan, directa o indirectamente, a la okupación y a la posibilidad de permanecer en el lugar donde uno vive y defenderse. Por otro lado, se han extendido los desalojos extrajudiciales y la contratación de empresas de matones – como Desokupa – por parte de propietarios que, con la complicidad de los cuerpos de seguridad, mossos i urbana, desalojan espacios con métodos intimidatorios. Ante este panorama no hemos de desatender el resurgir del fascismo, especialmente en los barrios periféricos.

Hemos visto como la represión se intensifica. Han incrementado los efectivos policiales y su arsenal, el control social es cada vez más sofisticado y calles y plazas han sido tomadas por los uniformados y armados defensores de la ley y el orden.

A pesar de la retórica institucional del “ayuntamiento del cambio” en la ciudad cada vez hay más desigualdades económicas y de poder y acceder a una vivienda es todo un reto. Los barrios se ponen a merced de promotores inmobiliarios que especulan gracias al incremento del turismo y a la gentrificación, mientras los bancos se enriquecen y son protegidos por el poder judicial. Al mismo tiempo, este ayuntamiento ha probado de asimilar algunos proyectos okupados, cooptándolos, comprándolos, lo que debilita i controla la capacidad de respuesta ante la represión.

El sistema sigue defendiendo los herederos de la tierra y criminalizando a los desheredados. No solo en Barcelona, donde la voracidad de la metrópoli intensifica los procesos, tenemos muy presentes proyectos de okupación rural, que apuestan pro reconstruir pueblos abandonados o darle vida a tierras y vivir en ellas de forma autogestionada. Su mera existencia supone una amenaza directa al modelo capitalista y son represaliadas des de instancias judiciales, policiales y políticas – como quedo patente con la sentencia judicial contra el pueblo okupado de Fraguas-.

Sabemos que esta es la estructura actual y no nos sentimos victimas porque no queremos delegar nuestra vida en ella. Creemos en el poder que tenemos cuando nos organizamos contra y al margen del capitalismo y las jerarquías. Creemos en la acción directa y no en la acción mediada por políticos profesionales. Estos forman parte de elites que monopolizan el papel de intermediarias entre nuestras vidas y nuestras necesidades, las cuales ni conocen ni les importan.

La okupación es una herramienta que nos permite autoorganizarnos para dar respuesta de una manera horizontal a nuestras problemáticas. Necesitamos casa, la tomamos; necesitamos un local para actividades sociales, lo habilitamos; necesitamos conocimientos, nos formamos… Porque la okupación tiene una fuerza tremenda: como elemento de transformación de las relaciones sociales, como espació de intervención y dinamización política local y como herramienta de oposición a procesos especulativos… y a todo aquello que nos oprime. En Barcelona, paralelamente a las okupaciones, siempre han existido espacios legales o más estables con los cuales se comparten valores o prácticas, aquellos que alojan una editorial o una radio libre, un espacio de crianza o de salud, un taller artesanal o una cooperativa… de la misma forma, los CSO’s de la ciudad son espacios donde se han tejido muchas otras luchas sociales, como la lucha obrera, el transfeminismo, el ecologismo, las luchas indígenas, de las personas presas…

Ante la represión judicial y policial y la manipulación mediática, afiancemos las alianzas y reforcemos las redes de apoyo mutuo basadas en la solidaridad. Ante los desalojos, sentimos la necesidad de salir a la calle, encontrarnos, expresar la rabia y señalar a las responsables. Enfrontemos las inmobiliarias, los bancos, las administraciones y los propietarios que especulan con la vivienda. Las casas están para habitarlas.

Nos vemos en las calles.

ManiOkupa

¡Haz clic para puntuar esta entrada!
(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio