Atenco: Un pueblo digno y rebelde a 10 años de represión / Demián Revart

Este texto es un recorrido cronológico, pasando por los acontecimientos más importantes que ha vivido el pueblo digno de San Salvador Atenco, vislumbrando la voluntad de cada uno de los campesinos y campesinas que a pesar de la represión, correteadas y criminalización nacional que han presenciado, hoy se mantienen de pie bajo el lema “tierra o muerte”.

San Salvador Atenco es en realidad una pequeña ciudad rodeada de inmensos resquicios hidrológicos y miles de hectáreas que proporcionan trabajo, comunidad y alimento a su población y algunas otras colindantes. Varios de los ejidatarios participaron en un proceso activo en varias fábricas de sales y minerales industrializados en el Estado de México durante la década de los 80, debido a que este salario era mucho mayor que el de cultivar la tierra. Las fábricas terminaron compactando a la base trabajadora al mínimo y se privatizaron a mediados de los 90. La gente regresó al campo, pero con una gran experiencia de poder encontrarse con “el otro” tras distintas huelgas y movilizaciones que se realizaron en esos años.

El 22 de octubre de 2001, el presidente Vicente Fox Quesada anunciaba su más ambicioso proyecto económico: el Nuevo Aeropuerto de Texcoco. Con la expropiación “legal” de 5,400 hectáreas a través de diecinueve decretos gubernamentales, la afectación contemplaba a aproximadamente 4,375 familias de tres de los más grandes municipios del oriente del Estado de México: San Salvador Atenco, Texcoco y Chimalhuacán.

Sin embargo, a la par de esta iniciativa, se desató un movimiento social que alcanzó niveles internacionales inimaginables. El Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), agrupó a los pueblos afectados, ejidatarios, agrupaciones revolucionarias y a simpatizantes del EZLN en una sola propuesta de organización colectiva que logró derribar el proyecto del aeropuerto en menos de un año. No todo es color de rosas, también se vivieron momentos de tristeza y rabia.

El 11 de noviembre se realizó una marcha masiva en el Distrito Federal para visibilizar el despojo que podría ocurrir si el proyecto aeroportuario fuese construido y fue brutalmente reprimida.

El 11 de julio de 2002, el FPDT realizó una protesta en un acto público del entonces gobernador del Estado de México, Arturo Montiel. Éste desplegó un operativo en el que fueron detenidos cientos de integrantes del movimiento. Tres días después fueron liberados gracias a la movilización oportuna y a ciertos actos de desobediencia civil, a excepción de Ignacio del Valle y Adán Espinoza, quienes fueron criminalizados desde entonces como los “líderes violentos” de Atenco.

Estos actos de represión provocaron un hartazgo nacional en contra del poder político, que sería manifestado como una venganza sangrienta en el  2006.

Tras la victoria contra el aeropuerto de Texcoco, el FPDT se consolidó como un referente opositor a las injusticias del Estado mexicano y en ese año apoyó a un grupo de floreros del Mercado Belisario Domínguez, que fueron desalojados debido al argumento gubernamental de que trabajaban de forma “ilegal”. Se buscaron mesas de diálogo y los representantes del gobierno no cumplieron su palabra. Se desplegó un enorme operativo para intimidar a toda la gente de la población.

El 3 de mayo, la comunidad decidió bloquear masivamente la carretera Texcoco-Lechería. Los principales medios de comunicación del país servirían como correa de transmisión para generar un odio inminente hacia la población atenquense, pues enfatizaron escenas donde ésta “agrede” a los elementos del orden, cuando en realidad se estaban defendiendo con piedras y palos de las agresiones de más de 1000 granaderos. Este operativo nunca será olvidado por los corazones de familias y compañeros que fueron vejados en sus propias calles y barrios.

El saldo de esta represión fue de centenares de heridos, allanamiento a las casas de los habitantes,  más de 200 personas detenidas arbitrariamente -10 de ellas eran menores de edad- que también fueron incomunicadas y torturadas en el trayecto a los centros de detención, 26 mujeres que sufrieron violaciones (tan sólo este número de las que antepusieron quejas en la CNDH y algunas instancias internacionales de derechos humanos) además de algunas otras que prefirieron mantenerse en el anonimato. Fallecieron dos jóvenes: Javier Cortés Santiago de 14 años, que regresaba de la escuela y fue alcanzado por una bala, y Ollin Alexis Benhumea, estudiante de la UNAM de 20 años que murió un mes después tras ser golpeado en el cráneo por un proyectil de gas lacrimógeno.

172 integrantes del FPDT fueron consignados a diversos penales y cárceles, fueron liberados tras campañas de agitación. Sin ‘querer queriendo’ se convirtieron en los presos políticos del 3 y 4 de mayo. No obstante, sólo 13 de ellos fueron consignados con sentencias penales de 13 hasta 112 años de prisión (que es equivalente a cadena perpetua), como en el caso de Ignacio del Valle.

Voceros y otras agrupaciones zapatistas recorrieron el mundo durante cuatro años hasta lograr la liberación de estas 13 personas y en exigencia de un alto al perseguimiento de la luchadora social América del Valle, familiar de Ignacio. En estas caravanas y actividades solidarias, participaron personajes como Gael, Luna, Bruno Bichir, Luis Villoro, el Subcomandante  Marcos y bandas como Manu Chao, Panteón Rococó, Los de Abajo y Rubén Albarrán de Café Tacvba. Fue hasta 2010 que los compañeros fueron liberados y abrazados por el llanto de alegría de centenas de pobladores de Atenco.

En mayo de 2012 se gestaron las campañas electorales para la presidencia de ese año, en la que nos encontramos de nuevo a la figura del actual presidente Enrique Peña Nieto, huyendo por la puerta trasera de la Universidad Iberoamericana, donde fue increpado por casi toda la comunidad estudiantil sobre “¿qué había pasado en Atenco?”. Le llovieron gritos al son de “asesino”, “mentiroso”, “rata” al ser el principal responsable de esta masacre.

Así, el Movimiento #YoSoy132 se impregnó de una conciencia más allá del “No + PRI”, sino de una reflexión general del papel del Estado moderno y la partidocracia en situaciones de barbarie vividas desde mediados del siglo XX.

Tras la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, los y las atenquenses estuvieron presentes en cada acto para exigir su presentación con vida.

Quince años después del primer intento de construir el Aeropuerto en Texcoco, ahora con Peña Nieto a la cabeza y el préstamo de créditos de bancos transnacionales, se ha anunciado en septiembre de 2014 la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), que pretende ser el proyecto aeroportuario más grande y “moderno” en América Latina, pero a costa del despojo de las tierras de ejidatarios y pueblos originarios, la desertificación total del Lago de Texcoco y el endeudamiento irresponsable que ascenderá sólo unos cuantos ‘miles de millones de dólares’. Para este 2016, ya ha ingresado maquinaria de construcción escoltada por convoyes militares y decenas de patrullas de la policía municipal. Esto afecta gradualmente a los ejidatarios de Acolman, San Miguel Tocuila y Nexquipayac.

Otro dato interesante, es que el NAICM está diseñado por el arquitecto e inversionista inglés Norman Foster, que ha sido demandado por varias de sus obras “futuristas” en el mundo.

Tragedia tras tragedia, el Estado ha logrado crear confrontación entre habitantes del mismo municipio. En varias protestas, los integrantes del FPDT se han topado con grupos de choque que los superan en número, que a su vez  legitiman actos fraudulentos para agilizar la venta de tierras a los socios del proyecto aeroportuario y otros bancos nacionales, tales como asambleas ilícitas, amañadas y a puerta cerrada en la que “representantes” comunales facilitan la intervención de la inversión privada y las leyes correspondientes para generar estafas a los campesinos que son obligados a vender sus tierras a un costo menor del 50% del valor real.

Aún así, en Noviembre de 2015 se conformó otro esfuerzo para frenar al NAICM, el Frente Amplio No-Partidista Contra el Nuevo Aeropuerto y otros Mega-Proyectos, que integra a más de 70 organizaciones del país, dispuestas a detener hasta las últimas consecuencias este aeropuerto.

¿Qué le espera a las tierras rebeldes de San Salvador Atenco y los pueblos originarios del Estado de México?, ¿cuántas vidas y melancolías habrán de cobrarse para entender que “la tierras es de quien la trabaja”?, ¿los mexicanos están pidiendo en realidad un nuevo aeropuerto cuando se puede acondicionar el actual para dar mayor capacidad y un mejor uso?

¡ATENCO VIVE, LA LUCHA SIGUE!

¡NI HOTELES, NI AVIONES, LA TIERRA DA FRIJOLES!

Demián Revart

Publicado el 03 de Mayo de 2016 en:

http://culturacolectiva.com/atenco-una-historia-para-no-olvidar/

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