Responder a esta pregunta es muy difícil sin analizar la estructura oligárquico-política en Ucrania. En el siguiente artículo se intentará dar respuesta a la grave situación que vive el país.
Estuve días pensando sobre qué sería más importante saber acerca de Ucrania hoy día y de cara a entender lo que de verdad está pasando y cómo. Y creo que no se trata de la cuestión geopolítica, en la que todo el mundo se ha hecho un experto de golpe (porque es más fácil hablar de geopolítica que de política interna de un país, que para muchos es totalmente desconocido), ni de los acontecimientos de Maydan, que también están presentes a través de los medios desde hace cuatro meses y que, con un poco de buena voluntad, se pueden seguir por internet; tampoco se trata de los partidos neo nazis, de los que tan alegremente se jacta la propaganda rusa (al modo en que lo hace la propaganda de la izquierda occidental) para asustar y aterrorizar a los demás. El caso es que nadie analiza suficientemente a los grandes jugadores que están detrás de todo esto y que, sin los cuales, nada acontece en Ucrania. Me refiero a los hombres grises, los Don Corleone, los ex agentes de la KGB, los altos funcionarios de la URSRS y sus familiares. “Ah…, la familia…”. Ya solo escribiéndolo siento un escalofrío; es como escribir sobre la Cosa Nostra o la mafia napolitana: igual de emocionante e igual de repugnante. Pero sigo investigando las historias de las vidas de esta gentuza, que en su conjunto sumarán unas 100 personas (los más ricos de Ucrania), pero que controlan el 80% del PIB del país, dejando al resto de la población (compuesta por 50 millones de habitantes) el 20%.
¿Por qué me centro en esa minoría? Porque sin su ayuda nadie aguantaría ni un solo día en la política ucraniana, pero de ellos todo el mundo se olvida en el ambiente revolucionario o de guerra fría. Pero basta tan solo con mirar los resultados de las encuestas sobre las próximas elecciones presidenciales del 25 de Mayo de 2014, en la cúspide, con casi el 20 % de votos probables, se encuentra el llamado Rey del Chocolate (el oligarca Petro Poroshenko). Así que la situación, una vez más, es de peligro: no solo por la posibilidad de guerra con Rusia o de guerra civil, sino también de regreso a la república bananera que viene siendo Ucrania. Hasta que no se den cambios profundos en lo que respecta a esta casta de parásitos, un ciudadano ucraniano solo, va a poder elegir entre el oligarca nº 1, el oligarca nº 2 o el oligarca nº 3 y el político de turno que lo represente en su momento, pues mañana podría ser cualquier otro (aquí los ricos no tienen mucha ideología, yendo con los que de momento les aseguren mayores ingresos y que trasladen a sus bolsillos el dinero público, cambiando las leyes y consiguiendo privilegios particulares).
Pero ¿cómo ha empezado todo y cómo funciona ahora, quién es quién en Ucrania y qué se mueve tras ellos? Vamos punto por punto.
El sistema oligárquico
El sistema oligárquico nace en Ucrania ya a principios de los 90 con el presidente Leonid Kuchma (el padre del sistema oligárquico), cuya primera medida fue dejar entrar 300 personas vinculadas con el ruedo político, es decir, el parlamento y el gobierno. Desde entonces ningún equipo de gobierno puede hacer nada sin contar con ellos. ¿De dónde vienen? Son los altos funcionarios de la URSS, que aprovechando la desaparición de la vieja estructura política y la Perestroika y durante los primeros años de transición se apoderaron de toda aquella infraestructura, valiosa en términos económicos, pagando cuotas simbólicas, como se ve en los casos de compra de fábricas privatizadas. Los primeros oligarcas formaron grupos,- clanes organizados en torno al territorio, el ramo industrial o de servicios donde hubieran puesto sus activos. Después de muchas luchas internas, asesinatos, desapariciones, huidas del país, etc., a día de hoy se cuentan tres clanes fuertes:
– Clan Donieck
Con personajes como el hombre más rico de Ucrania (18,3 mil millones de dólares):
Rinat Ajmetov (controla la industria metalúrgica y eléctrica, bloquea la expansión de capital ruso en este ámbito. Tiene el control de más del 30% de la energía eléctrica en Ucrania que exporta a la UE, Moldavia y Bielorrusia; su actividad se extiende además a otros sectores como son los medios de comunicación, las redes telefónicas etc.). Es uno de los grandes donantes al Partido de las Regiones del ex presidente Janukovych, al cual estaba vinculado desde los 90.
A parte de Ajmatov, en el clan Donieck están presentes Vadim Novinskiy (su colaborador cercano) y Boris Kolesnikov (primer gestor del Euro en 2012). Otros personajes importantes son los hermanos Kuleyev, que gracias a la ayuda del presidente Yanukovych han conseguido transferir el dinero consignado por la UE para proyectos de energías alternativas y que podrían construir su imperio, precisamente, partiendo de la promoción de la energía solar. También cuentan con activos en la banca y la industria de la maquinaria industrial.
– Clan Gas
Los más relevantes en este clan son Dymtro Firtash y Juriy Boyko. Los dos han colaborado para controlar el mercado del gas natural (intereses con la empresa rusa Gazprom). En base a esta materia prima Firtash ha desarrollado posteriormente sus fábricas de fertilizantes donde la empresa Ostchem Holding casi posee el monopolio en Ucrania, además de exportar a otros países. Durante muchos años sus intereses iban contra los intereses de Ucrania como país, pues era el principal patrocinador del Partido de las Regiones en los tiempos del ex presidente Jushchenko (hace 10 años, en la época de la famosa Revolución Naranja). Jugaba con éxito en ambos frentes lo que finalmente le ha hecho aún más fuerte, y aún hoy día sigue usando la misma táctica. Era el oligarca más odiado por la ex-primer ministra Julia Timoshenko; la lucha entre ambos llevó a Timoshenko a la cárcel después de las elecciones yen que Yanukovych llegara al poder en 2010. Firtash controla además prácticamente toda la industria del titanio y coloca sus activos en otros sectores como la banca. Su poder depende mucho del dinero ruso, por lo que algunos lo toman por el representante de los intereses rusos en Ucrania. Hace poco fue detenido en Austria por orden de EEUU, donde espera ser procesado.
Otros miembros del clan son: Valery Joroshkovski (el jefe de los servicios de seguridad del Estado, que cuenta además con activos en medios de comunicación), Ivan Fursin y Serjiey Lovochkin
– La Familia
Se trata de un clan que podemos llamar reciente. Propulsado por el ex-presidente Yanukovych, con la participación de sus dos hijos, otros familiares y amigos. Su “cerebro” era un personaje siniestro, muy vinculado al mundo criminal: Yuriy Ivaniushchenko. Los activos del Clan Familiar se ubicaban principalmente en la banca y la construcción. Otras figuras importantes de este clan son: Sierjiey Arbuzov y Vitaliy Zajarchenko. Durante dos años el clan ha amasado la cantidad de 200 mil millones de dólares.
Aparte de estos tres clanes hay otros oligarcas importantes, algunos de los cuales no participan directamente en política o han perdido ya su posición en ella y no han vuelto; los hay que aún intentan hacer su propia campaña electoral, como es el caso del Rey del Chocolate- (Petro Proshchenko). ¿Quién es Petro Poroshenko? Empezó su carrera con el presidente Kuchma en un clan de esta época llamado el clan de Kiev, tras lo cual pasó a apoyar la Revolución Naranja y al nuevo presidente Jushchenko. En 2005 tuvo que dimitir, por corrupción, de su alto cargo en el Consejo de Seguridad Nacional, pasando a ser presidente del Banco Nacional. Entraba y salía del Gobierno, independientemente del partido que gobernara. Su ramo es el de la industria alimentaria, sobre todos en lo referido a los dulces (de ahí su apodo del Rey del Chocolate); también está presente en la industria del automóvil y en medios de comunicación. En la campaña presidencial se presenta como “independiente”. Pero como la historia nos ha enseñado es capaz de hacer alianzas estratégicas con cualquier político o partido si hiciera falta.
Partidos políticos que funcionan gracias al apoyo financiero de los oligarcas
Sin este dinero ningún partido llegaría muy lejos en Ucrania.
El Partido de las Regiones
Sus ingresos en 2012 superaban los 40 millones de dólares. Dinero aportado de manera “altruista” por Rinat Ajmetov, Boris Kolosnikov, Dymtro Firtash y la empresa RUE, el clan de la familia Yanukovych y los hermanos Kuleyev.
El Partido Batkivshchina de Julia Timoshenko
Cuyos antiguos promotores la abandonaron (al ser encarcelada), como es el caso de Tariel Vasadze, que pasó a apoyar a Janukovych y su partido en 2010. De todos modos ha logrado recaudar 15 millones de dólares, pues últimamente cuenta con el gran patrocinador Konstantin Zhevego. El primer ministro de Ucrania Arseniej Jaceniuk, también cuenta con sus propios patrocinadores: Leonid Juryshev, Victor Pinchuk y, Dymtro Firtash
El Partido Comunista Ucraniano
El cual ha obtenido la suma de 14 millones de dólares procedentes, principalmente de sus promotores del Kremlin, el apoyo de Igor Trasyuk y de Konstantin Grigorishin.
El Partido UDAR
Del famoso boxeador Klichko, que cuenta con 5,5 millones de dólares gracias a Sierjiey Lovochkin y Dymtro Firtash.
El Partido Svoboda
Ha llego a conseguir 3,3 millones de dólares, procedente, en su mayoría de pequeños donantes del oeste de Ucrania. Entre los más famosos podemos nombrar a Roman Onifriev y a la esposa del diputado Igor Miroshnienko.
Tras la caída de Janukovych el panorama ha cambiado sensiblemente y los viejos aliados de Janukovych (como Ajmetov y Firtash) han abandonado sus filas, para ponerse del lado del nuevo gobierno y salvaguardar así sus fortunas. De todos modos, el nuevo gobierno ya ha manifestado que no quiere acabar con el sistema oligárquico, al menos en estos momentos de inestabilidad; algunos de los oligarcas ya se han colocado en altos cargos del poder en las regiones del este de país, con la intención de «calmar tensiones». Es el caso de Kolomeyski y Truta, que han sido nombrados gobernadores de Dnietropietrovsk y Donieck. Los oligarcas ucranianos están preocupados por sus negocios con Rusia y, lógicamente, no quieren tener problemas con Moscú. Algo que pudo verse claramente cuando Rinat Ajmatov usó su influencia, defendiendo al ex-gobernador separatista de Jarkov, Mijaylo Dobkin, aduciendo que no era relevante perseguir a los enemigos políticos sino mejorar las relaciones con Moscú. Los oligarcas no tienen miedo del nuevo Gobierno dado que lo ven débil y fácil de manejar. Sin embargo sí temen a Putin porque supondría un grave problema el que éste intentara separar en partes a Ucrania, en función de sus intereses, las fábricas y demás. No olvidemos que los oligarcas rusos son mucho más poderosos que los ucranianos y que podrían acabar con su riqueza muy rápido entrando directamente en el mercado local. Así que los hombres grises, en su mayoría, están a favor de la unidad de Ucrania, aunque no por motivos ideológicos, sino debido a sus propios intereses económicos, tal y como ha sido siempre. Puede que no sean ellos la clave de las relaciones con la UE, pero sí con Rusia.
Lo preocupante es que un ucraniano normal y corriente seguirá inmerso en el mismo sistema, eligiendo en las elecciones a políticos dependientes y vinculados con este nudo gordiano semi feudal. De no haber cambios en esta casta de « principitos y reyes», cuyas raíces se entierran en las profundidades del sistema de mafias y cuyos sucios intereses se orientan al lavado de dinero en los paraísos fiscales, no habrá cambios reales en Ucrania. Por ahora el aire fresco lo dan pequeñas iniciativas ciudadanas de democracia directa, pero queda un largo camino por delante y se necesitará mucha fuerza y transparencia a lo largo del proceso. Se necesitará del rol de los movimientos sociales, estudiantiles, intelectuales, artísticos o sindicalistas. Por ahora es tan solo «una gota en un mar de agua sucia». Pero hay que seguir creyendo que estos meses de debates sociales, de estar en la plaza con 60 organizaciones diferentes, hablando varios idiomas, juntándose con vecinos o compañeros de trabajo, con viejos y con jóvenes, intercambiando opiniones, compartiendo pan y lágrimas, dolor, rabia, frío y humo; algún día dará su fruto real y no va ser precisamente un nuevo Gobierno, presidente o partido corrupto. Por ahora solo les podemos apoyar tal como podemos cada uno y desearles mucha fuerza, determinación, paciencia y un poco de suerte.
Natalia KrajewskaPeriódico CNT nº 410 – Abril 2014