La industria modificó la evaluación de la EFSA sobre glifosato antes de su publicación

La industria de plaguicidas tuvo acceso anticipado a la evaluación de seguridad de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) sobre el glifosato, según muestra una nueva investigación de Corporate Europe Observatory (CEO). Poco antes de que la agencia publicara su evaluación de seguridad del herbicida más utilizado en el mundo en 2015, se pidió a los representantes de la industria que presentaran solicitudes de redacción e incluso pudieran editar los documentos el último minuto. La EFSA argumenta que esta es una práctica normal. Los expertos de los Estados miembros de la UE en materia de plaguicidas se reunirán el 19 de julio para discutir la propuesta de la Comisión Europea de reautorizar el glifosato durante 10 años.

[El artículo fue corregido el 12 de julio de 2017 a las 23:40 para suprimir los interrogatorios que apuntaban a la posibilidad de que la EFSA hubiera violado sus propias normas permitiendo a la industria verificar sus conclusiones para las redacciones dos semanas antes de la publicación: 2012 Artículo 13]

La correspondencia por email entre la EFSA y los lobbies de la industria de plaguicidas, obtenida mediante una solicitud de acceso a documentos, indica que la agencia concedió a los representantes de la industria acceso anticipado a su evaluación final de glifosato en 2015, una práctica que la agencia describe como parte del proceso habitual. Apenas dos semanas antes de su publicación, la EFSA pidió a la industria que sugiriera qué partes de los documentos debían ser modificados. Si bien se negó a las ONG el acceso anticipado para «proteger la integridad del proceso de toma de decisiones«, los emails indican que la industria obtuvo cambios en las conclusiones finales y en los documentos de referencia. La naturaleza exacta de estos cambios sigue siendo desconocida, pero la EFSA afirma que se limitan a «errores fácticos o tipográficos«.

La evaluación final de la EFSA sobre el glifosato concluyó, en noviembre de 2015, que era «improbable» que la sustancia causara cáncer en los seres humanos, y elevó los niveles de exposición legal aceptables en un 66% (la Ingesta Diaria Aceptable se aumentó de 0.3 a 0.5mg/kg de peso corporal). Sus hallazgos, diametralmente opuestos a los de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), fueron muy bien recibidos por la industria.

El 30 de octubre de 2015, la EFSA envió un email a Knoell, una consultora alemana de la industria química que trabaja para el Glyphosate Task Force (GTF), coalición dirigida por Monsanto que agrupa a la mayoría de las empresas productoras de glifosato. En el mensaje, la agencia expresó su deseo de «darle a [Knoell] la oportunidad de eliminar datos confidenciales de la conclusión de la EFSA y documentos de refencia«. El email incluyó un link con una contraseña para acceder al servidor interno de EFSA, para permitir a los lobbies de la industria ver las conclusiones finales de la agencia y utilizar una «herramienta de redacción que oscurece el texto relevante y elimina completamente información subyacente del documento«.

Una vez concedido el acceso a los documentos el 30 de octubre, la industria tenía hasta el 6 de noviembre de 2015 para presentar sus solicitudes de redacción de la conclusión de la agencia y hasta el 13 de noviembre de 2015 para presentar los documentos de refencia, que fueron publicados el 12 de noviembre y el 19 de noviembre respectivamente.

Pero parece que la industria fue más allá de simplemente sugerir la redacción: también sugirió modificaciones del texto, y las obtuvo.

Cambios de última hora en las conclusiones de la EFSA

En una respuesta enviada a la EFSA el 6 de noviembre de 2015, un empleado de Knoell explicó que «el solicitante [el GTF] encontró algunos errores en la conclusión de la EFSA «, y agregó varios comentarios, en particular en relación con las secciones «Metodos de Análisis, Destino y Residuos» de la evaluación.

El empleado de Knoell continuó señalando que «como he discutido con usted esta mañana, la compañía Dow Agroscience tenía algunas dudas respecto a las conclusiones sacadas por las autoridades en su Vol.4«, y pidió «en su nombre comprobar nuevamente (si es posible) si la fuente está en línea (equivalente) con las especificación de referencia”.

A este respecto, la EFSA respondió el 10 de noviembre de 2015, diciendo que «en general, las observaciones sobre la conclusión de la EFSA no están previstas en esta fase, a menos que se refieran a errores factuales o tipográficos«. Sin embargo, el resto del mismo email muestra que la EFSA aceptó varios comentarios por parte de la industria, destacando por ejemplo que «págs. 44, 46 y 53 de la conclusión: todos sus comentarios han sido aceptados» (algunos comentarios tambien fueron rechazados por la EFSA). La EFSA adjuntó sus conclusiones finales a este email, pero como no incluyó los documentos adjuntos de los emails en su respuesta a la solicitud de acceso a documentos de CEO, la naturaleza de los comentarios de la industria y lo aceptado por la EFSA permanece desconocido.

La EFSA solicitó a continuación la autorización de la industria para publicar su dictamen científico: «Para preparar la conclusión para su publicación, le rogamos que confirme que no hay más información confidencial en la versión adjunta, a más tardar al cierre de esta noche«.

Un día antes de que la EFSA publicara su evaluación final del glifosato, el 11 de noviembre de 2015, el consultor de la industria en Knoell dio su luz verde ya que el GTF había «aceptado lo que se esbozaba«, diciendole a la EFSA que podía “proceder a su publicación”.


Documentos de referencia – las propuestas de redacción de la industria casi «todas aceptadas«

El 16 de noviembre de 2015, tres días antes de que publicara sus documentos de referencia para la evaluación del glifosato, la EFSA informó a Knoell de que las solicitudes de la industria para la «limpieza» del informe final habían sido «todas aceptadas«. La EFSA también aprovechó la oportunidad para solicitar la autorización de la industria para la publicación de esta primera parte de la documentación de referencia.


Al día siguiente, el 17 de noviembre de 2017, la EFSA escribió un email similar a Knoell en relación con el segundo documento de antecedentes, el «Informe de revisión por pares», felicitándolos por su «excelente trabajo» en la redacción de información:

«Gracias por la presentación de propuestas para la eliminación de datos sensibles del informe de revisión por pares y el excelente trabajo que usted y los solicitantes hicieron para desinfectar los archivos. Todos sus comentarios han sido tomados en consideración y todas sus propuestas han sido aceptadas, con la excepción del metabolito AMPA «.

Knoell respondió al día siguiente, aprobando la publicación de los documentos de referencia de la EFSA:

«Estamos de acuerdo con lo que se describe y los documentos se pueden publicar de esa manera«.

¿Proteger la toma de decisiones de las ONGs pero no de la industria?

El acceso privilegiado de la industria a la evaluación del glifosato en la UE ya se había sospechado cuando la EFSA, para «proteger la integridad del proceso de toma de decisiones«, en agosto de 2015 se negó a desclasificar un artículo financiado por la industria (Greim et al.) al que hacía referencia el informe de evaluación de riesgos del BfR, que la EFSA utilizaba como base principal para la evaluación.

Un intercambio de emails entre la EFSA y la oficina de prensa del BfR a partir del 2 de septiembre de 2015 muestra que las dos agencias estaban coordinando su comunicación en respuesta a las quejas de las ONGs para afirmar conjuntamente que era necesario mantener en secreto del Informe de Evaluación de Riesgos porque «la divulgación de estos documentos en esta fase del proceso será prematura y socavará gravemente el proceso de toma de decisiones en curso de la EFSA«.

(Los emails indican que los responsables de medios de comunicación del BfR, EFSA y la Comisión Europea se estaban “alineando” en muchos más aspectos, en particular acerca de la publicación de las conclusiones de la EFSA. Esta coordinación se produjo también entre los directores de las unidades de Pesticidas del BfR (R. Solecki) y de la EFSA (J. Tarazona) previamente a la audiencia en el Parlamento Europeo de la opinión sobre el glifosato del director de la EFSA)

El mismo argumento se repitió en una carta de la Comisión Europea a la ONG alemana Testbiotech. Si bien es laudable que los reguladores traten de proteger la integridad de su trabajo de la influencia de terceros, es decepcionante que tal acceso privilegiado sea dado a las partes con mayor interés en captar la evaluación de los reguladores.

El secreto de los datos y el Reglamento de la UE sobre plaguicidas

El argumento del secreto comercial es comunmente usado para denegar el acceso a estudios financiados por la industria en los que los reguladores basan sus evaluaciones, pero es muy polémico ya que, por definición, un estudio confidencial no publicado no puede ser evaluado por la comunidad científica. CEO y varios miembros del Parlamento Europeo tardaron un año entero -por circunstancias políticas excepcionales– en obtener una desclasificación parcial de los estudios confidenciales de la industria en los que se basa la evaluación del glifosato de la EFSA. Aunque esto permitió a un científico independiente señalar que importantes resultados fueron pasados por alto por los reguladores, la utilidad de la desclasificación siguió siendo limitada debido a que los datos no podían ser utilizados para una publicación científica sin riesgo de un pleito.

Los emails que publicamos hoy ponen de manifiesto un uso menos conocido del argumento de “confidencialidad comercial”: permite a la industria supervisar el trabajo de los reguladores durante todo el proceso de redacción, supuestamente con el fin de proteger la información comercialmente sensible. La EFSA sostiene que el permitir el acceso anticipado a la industria de esta manera es simplemente la forma en la que la agencia cumple las normas, ya que la redacción de la información recae sobre la industria, que debe justificar sus solicitudes. Aparentemente, «el mismo proceso se aplica a la evaluación de todas las sustancias activas«.

De manera más general, la forma en que se organiza este proceso de “higienización” es políticamente indefendible. En este caso, las conclusiones de la EFSA estaban presumiblemente en consonancia con los intereses de la industria, ya que se hacían eco de las del BfR, por lo que la industria no tendría mucho de lo que quejarse. Pero, ¿y si hubiera sido de otra manera?

La disposición actual de acceso anticipado a las evaluaciones de la EFSA le da a la industria dos semanas para presionar a los reguladores a puerta cerrada, antes de que cualquier cosa se haga pública. En 2013, Syngenta amenazó directamente al Director de la EFSA con acciones legales en torno a la publicación del dictamen científico de la agencia sobre los neonicotinoides, cuya publicación validó muchos años de evidencia científica pública de que estos plaguicidas suponían una seria amenaza para los polinizadores. Dar a la industria el acceso anticipado a las conclusiones de la EFSA en ese caso, básicamente, determinó que la agencia fuera atacada. Seguramente existirán otros medios para que los reguladores públicos evalúen los pesticidas sin depender de estudios no publicados y confidenciales financiados por la industria.

Traducción del articulo de Corporate Europe Observatory Industry edited EFSA’s Glyphosate evaluation ahead of publication publicado el 12/07/2017

 

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