Socialismo, igualdad de género y ecología social en las montañas del Kurdistán

KCK (Koma Civakên Kurdistán, Unión de Comunidades del Kurdistán) es el nombre dado a esta organización social. El nombre -y la preparación de su cuadro teórico- ha sido propuesto por el líder del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), Abdullah Öcalan, en su celda de prisión de la isla Imrali, en Turquía; a pesar de esto, tanto Öcalan como el PKK reconocen sin dudar las indispensables y estimables contribuciones proporcionadas por Murray Bookchin.

La KCK es una organización paraguas, democrática, confederal, libre del Estado, la jerarquía y la explotación, del Kurdistán libre.

Dentro de la organización social KCK realizada en las montañas del Kurdistán, el concepto de dinero es superfluo. Las necesidades económicas de los habitantes son satisfechas internamente a través de la gestión compartida de los recursos. No obstante, el dinero se utiliza en las relaciones comerciales con el exterior; internamente, el dinero es inconcebible. Ningún particular ni ninguna comunidad dentro de la organización del KCK tiene necesidad de generar reservas de dinero o de recursos. Las reservas son distribuidas constantemente y, de este modo, utilizadas. Con referencia a las sociedades prejerárquicas y preexplotación, la organización KCK aporta la cultura del dar más que la del intercambiar.

La gestión compartida de la agricultura asegura una producción y un consumo autosuficiente de los recursos humanos, haciendo irrelevantes las reservas, el valor de cambio y la mercantilización de bienes.

La tentativa de emancipación femenina por parte de miembros del PKK y de sus dirigentes ha comenzado con la «destrucción de la virilidad». Un ataque a los conceptos de falsa virilidad inoculada a los sujetos masculinos por parte del sistema patriarcal. Esta falsa virilidad funcionaba de manera que, mientras que cada hombre, en todas las células de su cuerpo, era oprimido y explotado por el sistema capitalista, a su vez no se abstenía de explotar a su propia madre, hermana, hija o esposa.

Esta estrategia se deriva de la indagación teórica de Abdullah Öcalan, que ha llegado a afirmar que «las mujeres son las primeras colonias» y que la primera explotación no ha sido producida en perjuicio de la clase obrera, sin en el de la mujer. Este es el motivo por el que la igualdad de género en las montañas del Kurdistán se ha obtenido a través de esfuerzos paralelos de refuerzo de los poderes de la mujer y de la purificación de los hombres de las enfermedades del patriarcado y de la organización jerárquica de la sociedad.

Las consecuencias prácticas de este hecho son: la equitativa representación de las mujeres en todas las instancias administrativas a través de un sistema copresidencial, y la organización ideológica, política, social y militar de las mujeres bajo una organización autónoma: la KJB (Unión Suprema de Mujeres).

En el interior del Kurdistán libre, las comunidades están organizadas de manera que no se consideren una amenaza para el medio ambiente. Cuando es posible son favorecidas las fuentes de energía renovables; a la vez, recursos energéticos como el agua y el gas son consumidos de modo simbiótico a fin de sostener tanto la sociedad como el medio ambiente.

Se ha promovido el vegetarianismo y la caza se ha proscrito completamente, así como la deforestación (solo se permite quemar ramas y árboles secos). Todo esto se basa en la premisa de que el medio ambiente no es una fuente de negocio sino de vida; la utilización del medio ambiente por sed de beneficios sucumbe ante su reconocimiento como fuente de vida.

Los desarrollos en Rojava (norte de Siria) muestran que la filosofía del líder del PKK, Abdullah Öcalan, en vez de hacer más moderadas las reivindicaciones, pone el listón cada vez más alto. Este es el motivo por el que Rojava no está combatiendo solo por proteger la propia organización social de los ataques de grupos extremistas, sino también para protegerse de los ataques de los representantes del sistema de capitalismo global como el KDP (Partido Democrático del Kurdistán), el gobierno turco, el régimen de Assad ¡y el ensordecedor silencio de Occidente!

El movimiento de liberación del Kurdistán guiado por el PKK no está pidiendo ya un Estado nacional kurdo, que reproduciría solamente explotación, estructuras jerárquicas y desigualdad de género; está haciendo un llamamiento a un sistema alternativo de organización social en el que la cuestión kurda se resuelva paralelamente a las cuestiones de la explotación, de la emancipación de género y de la liberación de todos los hombres. Su propuesta en esta línea es la KCK.

Giran Ozcan
Publicado en el Periódico Anarquista Tierra y libertad Enero de 2015
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