La red

Hace muchos años que estamos siendo envueltos por una red, a veces invisible otras no tanto, que nos tiene atrapadas a todas las personas que habitamos un planeta al que los convencionalismos han dado en llamar Tierra.

Esa red la conocemos como globalización mundial de la economía, bajo los dictámenes del neoliberalismo económico.

Es una red que lanzada por las grandes corporaciones financieras, industriales y comerciales para tener controlada la economía en todo el planeta y, al mismo tiempo, mantener controladas a todas las personas para que no representen ningún peligro para el sistema y que se muevan al son que ellos marcan, haciéndonos pasar necesidades o austeridad en los momentos y en las zonas del planeta que a ellos les convenga.

Aprietan o ensanchan la red según les parezca en cada momento, les importa muy poco que haya muertes por hambre o por guerras entre los que están dentro de la red, ya que sólo son mano de obra y consumidores y, en estos momentos, con los avances tecnológicos de los que se disponen, no son necesarias tantas personas para hacer funcionar su mundo globalizado. Ellos no quieren repartir nada de sus beneficios entre los que viven en la red, quieren acumular cada vez más y que los de la red nos repartamos siempre la misma cantidad que suele ser la que a ellos les parece justa.

Les da igual que por los avances tecnológicos se pueda trabajar menos horas que las ocho habituales, para que todo el mundo pueda acceder a una manutención que, en esa red en la que estamos atrapados, está vinculada al trabajo que se remunera con un salario que es el que te da derecho a poder seguir subsistiendo.

Les da igual que el planeta se esté destruyendo por agotamiento de sus recursos por crear bienes que se convierten en obsoletos al poco tiempo de tenerlos y se tienen que volver a comprar de nuevo; ello significa un incremento de sus beneficios pero, al mismo tiempo, supone ir esquilmando los recursos naturales para seguir manteniendo ese nivel de consumo.

Les da igual que ese afán de fomentar el consumo esté facilitando el calentamiento global, provocado por los gases de efecto invernadero que son causados por: la utilización de productos químicos que son devastadores para la atmósfera;, la práctica de una agricultura y ganadería extensiva de productos que pueden ser sustituidos por otros en la alimentación humana; la utilización de los carburantes fósiles para el transporte y la producción de energía, el desarrollo de energías limpias con componentes extremadamente dañinos; transporte de energía a largas distancias a través de cableados que hacen que se pierda gran parte de la energía producida, al tiempo que aumentan el efecto invernadero y los problemas de materias primas por el mineral y metal necesario para su fabricación; el transporte de productos alimentarios de zonas muy alejadas del planeta haciendo que nos olvidemos que los productos agrarios son de temporada, que según la estación del año en que estemos deberemos comer unos productos u otros, lo contrario es facilitar ese efecto invernadero que acabará con la vida en el planeta; etc..

La red tiene controladas las políticas de los diferentes gobiernos, ya que estos son peces alimentados por el sistema de red neoliberal que les necesita para que legislen a favor de los intereses de quienes nos han envuelto a todos en la red.

Es así como hay gobiernos que impiden que las personas se puedan jubilar pronto para facilitar el acceso al trabajo a los más jóvenes. Hacen esto porque pretenden que los jóvenes entren a trabajar en condiciones peores a las que tuvieron sus predecesores. Se les acostumbra desde la universidad y la escuela a aceptar esa nueva situación, para ello se facilitan unos periodos de prácticas en empresas que no son remuneradas y que tienen que ser pagadas como créditos por los estudiantes. En definitiva se nos está educando para trabajar por menos dinero o para ser capaces de poner dinero por conseguir un trabajo. Esto es la panacea para los que controlan la red, ya que optimizarán sus beneficios cada vez más.

Por otra parte estos gobiernos facilitan la introducción de medios de transporte individuales, destruyendo los medios de transporte colectivos que son los que irían en beneficios del planeta, prefiriendo que cada persona vaya en su propio vehículo ya que son beneficios para los que manejan la red.

Ponen tasas sobre el sol para que no haya personas que se fabriquen su propia electricidad y tengan que depender de las grandes corporaciones que llevan la electricidad de unas zonas a otras con las pérdidas energéticas que ello supone.

En definitiva todo lo que hacen esos gobernantes es para favorecer a los que nos tienen envueltos en la red, hasta el punto de utilizar la legislación, la policía, la justicia para facilitar que sigamos envueltos en la red y no seamos capaces de liberarnos de una forma efectiva.

Acomodarse a la red

Esto es lo más sencillo, lo más fácil, lo que menos problemas crea con y a los poderes económicos.

En este sector están metidos todos los que se integran en el sistema, en la red, aceptando las reglas del juego, aceptando que están metidos en la red e intentando hacer agujeros o bolsas de salvación en la misma.

Son aquellos que lanzan cañas de pesca que pretenden enganchar mediante señuelos o carnaza en los anzuelos, que se llevan arrastrando hacia sus parcelas a los que pican o se dejan engañar por ellos. Lo hacen participando en las elecciones que se plantean, en los diferentes países o regiones, para sustituir a unos gobernantes por otros que nunca son capaces de elaborar estrategias ni planes que pongan en peligro la estabilidad de la red, ya que al participar de las cuotas de pienso (dinero) que les lanzan los poderes económicos son incapaces de acabar con la red al quedar expuestos y atrapados en los vaivenes de la misma. Estos pescadores lo único que pretenden es crear sus espacios de poder dentro de la red, pero no piensan en la asociación entre todos para romperla y liberarse de la misma. Normalmente son gente acomodaticia que viven como pez en el agua, alimentándose y engordando con aquello que va entrando en la red pero sin pensar en acabar con ella, porque creen que si lo intentan, que si lo consiguen se pueden quedar sin aquello que les da seguridad.

En todo este grupo tenemos a los que participan y colaboran en partidos políticos que quieren alcanzar el poder en pequeñas zonas de influencia pero sin ningún control sobre los poderes económicos que manejan la red.

Los sindicatos que se dedican a gestionar las discrepancias que hay entre los explotadores y los explotados pero sin querer acabar con los primeros, porque se pueden quedar con el sustento que tienen mientras están metidos en la red que a todos nos envuelve. Participan con sus cañas engañando a los trabajadores para que vayan hacia sus reductos y les garanticen seguir viviendo a su costa. Estos son los sindicatos que tenemos hoy en día, formados por unos cuadros de dirigentes que pretenden vivir del mismo pienso (dinero) que se va colando en la red de mano de los poderes económicos, para ello crean estructuras de gestión que aseguran la vida de unos pocos mientras los trabajadores siguen siendo explotados por quienes controlan la red, con la colaboración de todos aquellos que se liberan del trabajo con la excusa de la defensa de los explotados. Esto está ocurriendo en todos los sindicatos en mayor o menor medida, ya que ninguno de ellos quiere volar la red que mantiene sus medios de vida o por el simple miedo a lo desconocido, a lo nuevo, a lo que les obligue a pensar en crear una nueva estructura que sea alternativa al sistema de red neoliberal en el que estamos metidos.

Otros piensan que tener un Estado propio les favorecerá y pretenden crear nuevos Estados desgajándose de los actuales para conseguir un poder que nunca pondrá en jaque a la red que nos apresa. Son los nacionalistas, ya sean estos de derechas o de izquierdas, su lucha primordial es su independencia como Estado y la creación de unas nuevas estructuras que les liberan del poder de otro Estado pero nunca les saca de la red global. Sus cañas enganchan a las personas en una lucha que les separa de otros que tienen sus mismos problemas, enfrentándoles entre ellos por unos sentimientos de identidad que han sido creación de los poderosos para que la red no pueda ser destruida.

Las ONG que viven de las subvenciones estatales de todos los países y que lo único que hacen es poner parches en la red para que no se rompa. Están fomentadas por los mismos poderes económicos para que vayan mitigando los daños causados dentro de la red cuando es estirada por ellos, para poder sacar los beneficios de los que se nutren.

Junto con estas nunca hay que olvidar a las diferentes confesiones religiosas que, siendo pescadoras de hombres, a lo que se dedican es a amansar y aborregar a las personas para que no sean ningún peligro para la estabilidad de la red. Su discurso promete la liberación de la vida terrenal, en la red, que se alcanzará con la muerte llegando a un cielo, paraíso o edén, a esto ellos le llaman pasar de una vida a la otra. Estos instrumentos, las religiones, son de vital importancia para los poderes económicos y las mantendrán vivas, pese a quien pese, para seguir controlando la red.

Por si todo esto fuese poco, la red necesita asegurar que la mayoría de personas que viven en su interior, no sea difícil de contentar y, para ello, necesita sistemas de educación y de enseñanza que son establecidos por los gobiernos de los diferentes Estados que están dentro de la red económica neoliberal (capitalismo). Es de esta forma como desde pequeñas, todas las personas son educadas en unos parámetros iguales para que no piensen con libertad. Se trata de programas que acaban lavando el cerebro de las personas para convertirlas en dóciles al sistema y maleables a los vaivenes (crisis) que el sistema genera. Es así como se van introduciendo, en la cabeza de todas ellas, los sistemas de representación, la competitividad, el egoísmo, el delegacionismo, la separación en castas, clases o estratos de poder, la necesidad de dirigentes, la lucha de sexos o de géneros, las rivalidades, etc. Nos enseñan una historia de los seres humanos que nada tiene que ver con la historia real de las personas del pueblo, de los desposeídos, de los no poderosos para demostrarnos que no se puede vivir de otra forma porque siempre ha sido así.

Si con todo esto no consiguen tener el interior de la red calmado y sin problemas, a través de los gobiernos, de esos Estados que ellos han formado para dividirnos, legislarán creando cuerpos policiales, fuerzas armadas o guardias de seguridad privados que puedan restablecer el equilibrio necesario para que la red no se rompa y, para ello, emplearán la violencia, la guerra, el asesinato, el genocidio o la reclusión de todos aquellos que no se avengan a aceptar su condición de atrapados en la red, y pretendan crear estructuras y organizaciones que pongan en entredicho el sistema de red establecido y promuevan alternativas reales que puedan acabar con el mismo.

Una red de apoyo mutuo contra la red neoliberal

Con la red neoliberal se puede acabar, lo podemos hacer de dos formas: Empleando la violencia total contra la estructura, con la red neoliberal, hasta hacerla saltar en pedazos, con gran riesgo para todos los seres humanos ya que los que manejan la red no quieren que esta desaparezca de ninguna forma. Para que no desaparezca utilizarán a todos aquellos que hemos llamado acomodados en la red, por lo que será bastante costoso en vidas para la humanidad. Es una forma de liberación no descartable y que igual hay que emplear como solución final para hacer desaparecer la red, pero ello no será posible si antes no somos capaces de generar una alternativa, un mundo diferente en el que no se acepte la red neoliberal.

Para conseguirlo hay que ser capaces de tejer una nueva red dentro de la red actual, una red que sea de apoyo entre las personas, donde aprendamos a producir lo necesario para poder vivir, para poder mantener nuestros cuerpos y nuestras mentes libres, deberemos ser capaces de cultivar y criar nuestros alimentos y que estos lleguen a quien no pueda producirlos en nuestras pueblos, en nuestras ciudades, en nuestras regiones; la producción tiene que ser de proximidad. Tenemos que acostumbrarnos a comer aquello que se pueda producir o cultivar según la estación meteorológica del año en que nos encontremos, no podemos ser tan irracionales de querer consumir productos que se cultivan y recogen en primavera y verano, durante el invierno. Esto es a lo que nos ha acostumbrado el sistema de red neoliberal para atraparnos.

Si somos capaces de entenderlo estaremos evitando que se tengan que hacer transportes contaminantes habitualmente, con lo que evitaremos males mayores para nuestro planeta.

De lo que se trata es de establecer una red de producción y consumo de cercanía, donde unos nos apoyemos en los otros haciendo que nuestra red se haga fuerte y evite que las embestidas de la red neoliberal nos condicionen.

Nuestra red de apoyo mutuo tiene que poder cubrir todas nuestras necesidades vitales, desde la formación de personas responsables, solidarias, capaces de tomar sus propias decisiones y de gestionar su vida, que aprendan a cooperar, a vivir en colectividad, a desterrar el egoísmo, la necesidad de ser poderosos y de tener a nadie bajo su dominio, a no creer en seres superiores o en supersticiones o tradiciones que nos puedan hacer caer otra vez en el esclavismo o en la dominación.

Tenemos que establecer una red donde partiendo de la asamblea, el debate y el acuerdo encontremos todas las soluciones a los problemas que se nos puedan plantear como personas o como comunidad. Tendremos que sustituir las formas de gestión representativas por la elección de personas que gestionen y que puedan ser revocadas en cualquier momento. Tendremos que aprender a saber gestionar y producir para el beneficio de todos y no solo para nuestro propio beneficio, para ello la gestión y la producción deben ser rotativos para todas las personas, hay que acabar con los especialistas en gestión, ya que ello nos llevaría a volver a la red neoliberal.

Si somos capaces de establecer esta red de producción, donde prevalezca el apoyo mutuo y la solidaridad humana, desterraremos las injusticias y la explotación de unos sobre otros, acabaremos con las hambrunas y con el acaparamiento, ya que mientras haya una solo persona que necesite algo para su sustento se le suministrará, no se destruirá, como hasta la fecha, para hacer subir su precio y su valor.

Aquellos que se dediquen a trabajos asistenciales deberán tener acceso a la alimentación como los que se dedican a la producción; ningún oficio, ninguna profesión puede ser superior a otra, ya que si establecemos diferencias en el valor de las profesiones o habilidades estaremos reproduciendo la red neoliberal que nos envuelve.

Cuando seamos capaces de tener esa red solidaria alternativa, la red neoliberal desaparecerá por ella misma y si no desaparece, estará tan débil que la podremos destruir sin apenas ningún esfuerzo.

En definitiva, tenemos que ser capaces de crear un mundo paralelo dentro del mundo actual, que en el momento que caiga la red neoliberal nos permita a todas las personas poder ser libres, solidarios e iguales, en definitiva tener una sola familia y una sola patria que serán la humanidad y el mundo.

No seamos personas timoratas y avancemos tejiendo esa nueva red de apoyo mutuo universal que acabe con la red del egoísmo neoliberal; estamos a tiempo y no debemos esperar más si no queremos quedarnos sin mundo en el que vivir y sin humanidad con la que vivir.

Por la anarquía…

Manuel Vicent
Publicado en el Periódico Anarquista Tierra y Libertad, Noviembre de 2015
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