Arqueología Anarquista: Conceptos Básicos

Definiciones básicas  

En primer lugar creo conveniente hacer una definición tanto de “arqueología” como de “anarquía” para poder, desde esos conceptos básicos, entender mejor lo que es la arqueología anarquista.

Definición de Arqueología 

La Arqueología es la ciencia que estudia a las sociedades del pasado a través de sus vestigios, tanto materiales, óseos, como botánicos, palinológicos, etc. así como su entorno, fauna y flora.

Definición de Anarquía 

El anarquismo moderno es definido por Joseph Proudhon en 1840 en su publicación “Qué es la Propiedad”, y actualmente considerado -dejando a un lado aquellos que lo entienden como caos o destrucción- como “una teoría social”, “una práctica política” “una perspectiva filosófica integral”, “una propuesta económica”, “un modo de vida”, etc. En sí llama a la oposición y abolición del Estado y por extensión de toda autoridad, jerarquía o control social que se imponga al individuo, en pos de la máxima soberanía individual y colectiva a través de la asociación libre, en definitiva, anarquía es el orden libre acordado sin coacción entre los particulares.

Arqueología Anarquista y principales problemas que plantea

En primer lugar yo lo divido en dos vertientes:

– Por una parte: el estudio de sociedades anarquistas estudiadas por autores liberales y los clasifica como anarquistas sin serlo ellos mismos. Muchos autores muestran ideas anarquistas sin considerarse anarquistas como Focault (los anarquistas nos hemos valido de cosas suyas y él de planteamientos anarquistas).

– Por otra parte: la arqueología que hacen los anarquistas: hay muchos tipos de anarquía diferentes y muchos tipos epistemológicos distintos, así como muchos tipos de arqueología distintos.

El eje de estudio de la arqueología anarquista es el análisis y la crítica profunda a la construcción del poder y las jerarquías, el rechazo a las mismas y el desarrollo de diversas formas de organización simétricas y no coercitivas analizándolo desde el significante/significado/contexto, en ese orden consecutivamente y no al revés como se viene haciendo en la mayor parte de estudios arqueológicos hasta ahora.

En primer lugar nos topamos con el problema historicista: los autores procesuales o el marxismo histórico estudian los grupos, muchos estudian el grupo porque es más fácil y dan categoría de individuo al grupo, por ejemplo: “la clase obrera hizo tal o cual… como si fuera una persona”. El anarquismo no se puede separar del individuo, al que considera agente histórico En segundo lugar los liberales piensan: “tu libertad empieza donde acaba la mía” y los anarquistas “tu libertad se proyecta sobre la de los demás, cuantos más personas sean libres, más libre soy yo”.

La arqueología anarquista se basa en dar prioridad al individuo en general y no sólo a los gobernantes. ¿Por qué vistos desde fuera parecen un grupo? Porque comparten la cultura, ¿pero qué es la cultura? Nosotros nos basamos en los restos materiales que nos derivan a la economía, pero si no hay economía las sociedades pueden basar su economía en la subsistencia sin ligarla a lo político, que son esos usos políticos de la economía los que estudiamos, pero la subsistencia puede considerase economía sin tender a ello. Sólo que no interesa.  En la teoría de la práctica se intenta conectar la práctica cultural con el individuo. Para ello hay que destruirlo todo y después reconvertirlo, romper con los esquemas que tenemos establecidos en nuestras cabezas pensantes y mirarlo todo desde otras perspectivas.

Como he dicho la arqueología se estudia a través de lo económico y desde ahí no se pude ver los términos políticos de esa cultura y sociedad. Otro de los campos que aborda la arqueología anarquista es cómo ver esos términos. Para analizar la política en términos igual de precisos que la economía y así reconectar al individuo con la cultura analizando las civilizaciones del pasado desde otra perspectiva.

La Autoridad 

Lo siguiente que tenemos que tener en cuenta es que hay mil tipos de autoridad y no todas se basan en el principio de soberanía con lo que se crea una crisis del espacio político entre legalidad y legitimidad.

Los Estados aparecen como excepción en un momento de crisis y luego desaparecen, los Estados aparecen en muy pocas ocasiones y son estáticos, es decir, no evolucionan, mantienen una situación durante un periodo de crisis. El Estado actual es el estatismo que más tiempo lleva, donde es la anarquía y las relaciones horizontales las que se han convertido en excepcionales.  Analizando esta realidad es fácil concluir que la historia se repite porque el funcionamiento del Estado es estático, cuando el Estado vuelva a desaparecer, la sociedad avanzará de nuevo.

Las prácticas político-ideológicas se realizan mediante acuerdos, imposiciones o mediaciones, establecen formas de cooperación o de distancia social en una comunidad determinada ordenando la vida social. Lo cual se ve reflejado en el concepto de explotación absoluta que tiene lugar cuando el consumo, uso, disfrute o beneficio de lo producido es ejecutado por agentes ajenos en todo o en parte a quienes se encargaron de su producción y/o su mantenimiento sin ofrecer contrapartidas. En esta situación cuando aparecen élites, que no por ello tienen que ejercer algún tipo de autoridad sobre el resto de miembros del grupo.

Los primeros líderes 

Teniendo lo anterior en cuenta ya se puede pasar a analizar la figura de los primeros líderes. Los primeros líderes empiezan en la cultura de campos de urnas, en el caso de la Península Ibérica. Antes los integrantes del grupo quieren ser iguales, se plasma la conciencia de grupo frente a otros grupos, y es cuando toman conciencia de la individualidad frente al grupo cuando van a desarrollar vestigios que les van a diferenciar. Surge el concepto del “nosotros”, como todos sabemos de los diferentes mitos de diversas civilizaciones donde el “nosotros” siempre es mejor que los demás, es el grupo “elegido” por cierta divinidad para sobrevivir, y eso lo vemos desde las primeras sociedades de cazadores recolectores que van creando hitos en el paisaje para poder recordarlos crean este tipo de mitos y así orientarse con mayor facilidad.

De hecho actualmente hay sociedades que no distinguen a los humanos del resto de seres vivos ya que consideran que todos son hijos nutridos de la tierra, y esto es un aspecto que también se debe tener en cuenta desde una perspectiva arqueológica anarquista. Además, cuando no es economía, la arqueología se estudia mediante la guerra, pero el hecho de dar precedencia al otro (conciencia de grupo)  hace inevitable el rechazo a la guerra que supone la destrucción del otro.

La conciencia de grupo 

La vinculación al grupo al que se pertenece es imprescindible: Cuanto menor control material se tiene del mundo, más se reconoce la necesidad de pertenecer al grupo. Cuanto mayor control, menos se reconoce. Y cuanta menos seguridad se tiene sobre el control que se puede ejercer sobre las propias condiciones de vida, más importancia se da a la relación. En la construcción de la identidad. No hay división de funciones ni especialización del trabajo, por lo que no hay ámbitos de actuación diferenciados, salvo por género.  Hay que tener en cuenta el escaso dominio y control sobre los efectos de la naturaleza nohumana que tienen/tenían estos grupos, por lo que también es escasa la diferenciación de comportamientos, unos en la naturaleza no-humana resulta amenazante y otros donde la naturaleza humana no resulta amenazante. Esto dependerá de grupos y el control que tengan sobre el territorio o las creencias e ideología del propio grupo. Pero no hay, en principio una diferenciación individual frente a estos pensamientos. Entonces toman la identificación con el grupo como fuente de protección y seguridad, la identidad no está basada en las diferencias, sino en las semejanzas, es lo que se llama identidad relacional, no te concibes a ti fuera del grupo, eres el grupo, no hay conciencia del yo, eres del grupo porque haces lo que hace el grupo. La naturaleza no-humana no puede explicarse a través de una lógica propia, se atribuye comportamiento humano a la naturaleza no-humana, es decir, se sacraliza. No se objetiva el mundo, porque todo fenómeno se interpreta en clave de interpretación personal. Proyectan su propio comportamiento a toda la naturaleza. Entienden que ellos son los únicos seres humanos que se comportan como la naturaleza, por lo que la naturaleza les ha elegido a ellos para enseñarles como se tienen que comportar. Es decir, tú construyes a Dios a tu imagen y semejanza y luego decides que ha sido Dios quien te ha construido a ti a su imagen y semejanza. Todo grupo que cree en un mito, se siente siempre “el pueblo elegido”. Los elementos que componen la Naturaleza no-humana son interpretados a través de la propia dinámica social, es decir, mitos. El mecanismo de orientación y seguridad consiste en establecer los adecuados vínculos emocionales con la instancia sagrada y en reconocer constantemente la subordinación que se le debe, es decir, ritos. En definitiva, el ser humano se pone en posición de objeto de los deseos de la instancia sagrada. Es decir, tú no eres el sujeto de tu propia vida, eres el objeto de la instancia sagrada.

La seguridad deriva de la ausencia de cambio que implica riesgo -ausencia de especialización, ausencia de conocimiento de las mecánicas de funcionamiento de la Naturaleza no-humana que se le atribuye comportamiento humano, mito- con lo que se desarrolla más la relación emocional -además de racional, en su caso- con todos los elementos de la realidad. Así el cambio se valora negativamente, porque implica riesgo. No se siente poder frente al mundo, la confianza está puesta en el destino y la supervivencia se deposita en una persona con la que se establece una relación dependiente y subordinada.

Esta conciencia de grupo dificulta mucho la labor  de la arqueología anarquista que se quiere centrar en el individuo y no en el grupo, pero no es incompatible, porque una persona puede tener conciencia de grupo, pero realizar una labor específica dentro del grupo, con unas ideas iguales y otras diferentes al resto de personas del grupo que hace que se organicen de una forma u otra a través de las opiniones de cada miembro del grupo, y es eso en lo que se tiene que centrar la arqueología anarquista, salteando las dificultades interpretativas que la propia conciencia de grupo implica.

Los primeros líderes y la conciencia de grupo 

Como he dicho en el Calcolítico surgen los primeros jefes, pero las sociedades de cazadores recolectores tienden a la igualdad entre las personas en general. Cuando se asume que las sociedades son guerreras y tienen jerarquías es porque lo hemos establecido y lo hemos aprendido como normal, pero una norma no es ni mucho menos una regla o una ley, simplemente es algo aceptado por la mayoría, pero que no tiene por qué ser lo correcto, sino más bien, lo que interesa a quien lo dio como verdad empírica, y lo bueno que tienen las normas es que operan dentro de las prácticas sociales por lo que se encuentran en un marco variable. Pero nuestra percepción no es inocente, está mediada por nuestra cultura, “sólo vemos lo que entendemos”. Por ejemplo, nosotros vivimos en una sociedad capitalista que se basa en el individualismo y lo reflejamos en nuestra cultura material (nuestro propio plato de comida, asientos individuales, etc.), y las sociedades no individualizadas o colectivas también lo reflejan en su cultura material (fuentes de comida común, bancos corridos). Pero es que además nosotros nos queremos distinguir del resto (con la ropa, el peinado, etc.) y tenemos conciencia del “yo” frente a los demás. Pero en una sociedad en la que tú eres igual que los demás (vistes igual o determinado símbolo que te identifica con el resto) no tienen conciencia del “yo”, distinguen su sociedad o grupo frente a otras, peor ellos se consideran un grupo junto, con sus determinadas capacidades distintas a los demás que hacen que el grupo funcione, pero no tienen conciencia de individuos frente al resto.  Como he dicho aparecen los primeros jefes en el Calcolítico, se individualizan frente al grupo, que se refleja en su cultura material de lujo, etc. Pero dejan de pertenecer a un grupo para pasar a pertenecer a otro, el grupo de los jefes, sigue prevaleciendo la conciencia de grupo, de pertenecer a una colectividad.

Caso de estudio concreto: Coast Salish 

Un ejemplo de un caso concreto, sería por ejemplo las “jefaturas” anárquicas, entendidas como el modelo clásico de jefatura y el rol de las redes descentralizadas en el desarrollo político en el yacimiento de Coast Salish (Norte América).

Los Coast Salish representan una instancia de complejidad social más cercana a la elaboración horizontal que a la transformación jerárquica. La naturaleza de la organización política Coast Salish a una escala regional es que los sistemas de redes horizontales que emergieron no fueron reconfigurados en una jerarquía política regionalmente centralizada. Esta red horizontal cubrió todo el Golfo de Georgia. Funcionaban mediante una suma total de representantes de las familias a escala regional de forma autónoma para negociar relaciones de intercambio mutuamente beneficiosas. Estos elementos regionales no se adecúan al modelo de jefatura en el sentido clásico, este sistema fue una política regional compleja y formalizada descentralizada, actuaron autónomamente y donde eran libres de asociarse cuando lo veían adecuado. Los Salish carecían de significancia política de las comunidades, mientras que la comunidad era una importante unidad social, esta no era un actor dominante o políticamente unificado. Es que en una red anárquica la autonomía de las familias extensas significa la recolección de información y la toma de decisiones por sí mismos, un enfoque más eficiente localmente, que el procesamiento centralizado de la información. Todas estas características que presentaba este grupo son principios centrales del anarquismo.

En este ejemplo vemos de nuevo un análisis de la sociedad en base a su economía, aunque sea de subsistencia, pero desde una perspectiva ácrata, es decir, ellos se organizan horizontalmente con otras familias en momento de necesidad y de intercambio de productos. Pero si analizamos aisladamente a cada individuo en función de su familia vemos que son familias altamente jerarquizadas, donde el padre de familia organiza y ordena la familia a la que el resto de miembros están subordinados.

En este ejemplo queda reflejada una de las dos vertientes de estudio de arqueología anarquista que he mostrado al principio, en este caso sería una perspectiva anarquista al estudio de la sociedad y la organización de los Salish, los cuales no son una sociedad horizontal, pero sí se organizan con estas bases unas familias respecto a las otras. Por lo que una perspectiva anarquista enfocada al estudio de estas sociedades es prácticamente certera.

Estudios de Arqueología Anarquista

Por repasar otros estudios muy por encima, voy a tratar los principales, pero hay bastantes más, más actuales y que siguen desarrollándose.

Por empezar por el principio lo correcto es hablar de Kropotkin -geógrafo y naturalista- que da una respuesta crítica al darwinismo social predominante en su época. Kropotkin realiza un detallado análisis de las formas cooperativas de organización, partiendo de observaciones etológicas, para abordar luego sociedades humanas. Propone que le factor de mayor peso en el proceso evolutivo no sería la competencia si no la colaboración. Para ello utiliza información proveniente de materiales arqueológicos del Museo Británico, relatos de viajeros, y su propia experiencia de campo. Hipótesis sobre las primeras formas de organización social, importancia de las relaciones comunitarias, ausencia de la propiedad privada y coerción institucionalizada.

A lo largo de la última década algunos antropólogos comenzaron a indagar cómo sería una práctica anarquista de la arqueología y a practicarla, como es el caso del estadounidense David Graever o del español Roca Martínez que han alcanzado un alto reconocimiento internacional, no obstante este último autor deja bastante que desear como anarquista y antropólogo dentro de su propio país en el que ya ha tenido encontronazos tales que fue expulsado de su propio sindicato de la CNT (Confederación Nacional de Trabajadores). Graver muestra que tanto dentro como fuera de estas instituciones, el anarquismo como posicionamiento ético y estrategia de cambio social está retomando fuerza. Lentamente, está siendo comprendido y adoptado como marco teórico por científicos de diversas disciplinas, con caracteres cada vez más explícitos. En la arqueología está teniendo un desenvolvimiento coherente desde los principios libertarios.

Aunque el padre de la Antropología Anarquista, sin duda alguna, es Pierre Clastres que centró sus estudios en comunidades originales de América del Sur (1960-1970), aquí demostró la existencia de prácticas de las “sociedades contra el Estado” como se llama su libro más reconocido, en el cual dice que las sociedades primitivas son sociedades sin Estado, este juicio de hecho, exacto en sí mismo, disimula en realidad una opinión, un juicio de valor que grava de inicio la posibilidad de construir una antropología política en tanto que ciencia rigurosa. Propone que las sociedades denominadas “primitivas” no son un estadio del proceso evolutivo, previo a la aparición del Estado; sino que sus formas de organización rechazan activamente el surgimiento de éste por medio de la reproducción social de relaciones igualitarias y resistentes a la centralización del poder y la consolidación de jerarquías. Cuestiona la imagen respecto a una presunta inferioridad tecnológica de las sociedades “primitivas”, organizadas en torno a economías de subsistencia, y siempre al límite de la carestía alimentaria. Clastres muestra cómo estas sociedades pueden dedicar poco tiempo al trabajo, incluso produciendo excedentes que son consumidos en contextos festivos. EL paso de una sociedad no estratificada a una jerárquica, es una ruptura política, y no económica.

Estudios de Arqueología Anarquista en la Actualidad 

El arribo de nuevos aires teóricos en la arqueología siempre se produce con un cierto desfaje respecto a otras disciplinas sociales, y el caso del anarquismo no es una excepción. No obstante la vemos la aplicación temprana de las propuestas de Clastres y Focault, considerado por muchos un anarquista postmoderno en el proceso de constitución de la Arqueología del Paisaje. Así empezaron a surgir varios investigadores que implementaban la teoría anarquista en diferentes ámbitos de la práctica arqueológica. Varias escuelas de antropología y arqueología de todo el mundo empezaron a realizar congresos sobre la teoría anarquista e incluso empezaron a surgir grupos de investigación y difusión autogestionados desligados de las instituciones académicas, a posta, para poder indagar más en el tema como es el caso de “De la Roca al Metal” de origen español. Se hacen encuentros arqueológicos a nivel internacional donde se trata la arqueología anarquista, lo siguen mogollón de escuelas y universidades (especialmente americanas), etc. Todos estos congresos y escuelas de arqueología anarquista de todo el mundo han ido fijando unas posibles bases para la construcción teórica, metodológica y ética de la Arqueología Anarquista:

– Distinción entre arqueología anarquista y estudios de las sociedades anárquicas, la primera: posicionamiento teórico, práctico y ético de la arqueología; la otra: estudio de las sociedades organizadas sin la presencia de Estados.

– La Arqueología Anarquista debe de ponerse al servicio de la sociedad en la búsqueda e identificación de formas más libres e igualitarias de relacionarnos, exponiendo y denunciando aquellas interpretaciones del pasado que sólo sirven para validar los intereses de las clases dominantes y las instituciones autoritarias.

– Primeramente tendremos que deconstruir la relación histórica de la arqueología con los espacios de poder y autoridad, su función como herramienta ideológica de justificación de nacionalismos y colonialismos alrededor del mundo; justificaciones del racismo y el chauvinismo; excusa para todo tipo de expolio y daño ecológico; defensa más al patriarcado, etc.

– La Teoría Anarquista posee un gran potencial para el análisis de las relaciones y prácticas sociales del pasado.

– De ninguna manera debe ser concebido como un marco interpretativo aislado, sino potencialmente abordable junto a herramientas de otras arqueologías.

 Fuente: https://culturalibertariablog.wordpress.com/2015/11/10/arqueologia-anarquista-conceptos-basicos/ 
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