Comunicado de aficionados/as Atléticos/as contra el fascismo. Tristeza, rabia y reflexiones

Palabras previas

En primer lugar, trasmitir nuestras condolencias a familiares y amig@s de Jimmy, así como a toda la masa social de aficionados/as del Deportivo de la Coruña y expresar nuestra más firme repulsa a los lamentables acontecimientos que tuvieron lugar el domingo 30 de noviembre en los aledaños del estadio Vicente Calderón.

En segundo lugar, queremos aclarar que aquellos/as que escribimos esto, no somos ultras de fútbol (tampoco aspiramos a serlo). Somos aficionados y aficionadas del Atlético de Madrid a los que sus padres, madres, abuelos y abuelas llevaron al Calderón cuando éramos chavales, que nos emocionábamos con los goles de Kiko y Hasselbaink, los regates de Caminero y Valerón y las paradas de Molina y el Mono Burgos. También disfrutamos del Doblete y de los últimos títulos de Liga, Copa, UEFA y Supercopas y con los éxitos cosechados gracias al trabajo del Cholo y sus chicos. Lloramos también con la consumación del descenso a segunda o la inolvidable final de Champions arrebatada en el minuto 93 en Lisboa. En fin, nos une el sentimiento atlético, que llevamos muy fuertemente grabado en el corazón.

De igual manera y fuera del fútbol, nos vincula nuestra implicación en diferentes organizaciones y colectivos políticos que pretenden trasformar la realidad y acabar con las injusticias sociales que asolan nuestras vidas y las de nuestros iguales (paro, represión, control social, desahucios, guerras, explotación…). Desde diferentes ópticas ideológicas (a veces con muy poco en común) luchamos por la consecución de un mundo nuevo, construido sobre unos pilares totalmente opuestos a los imperantes en el actual sistema del Estado y el Capital.

También nos une un fuerte rechazo y rabia a la presencia de indeseables en nuestro Estadio. Hablamos tanto de la escoria fascista del Frente Atlético como de sus “padrinos” dirigentes del Atlético: los Gil y los Cerezos que con sus tejemanejes y corruptelas robaron a los aficionados del Atleti su club y lo convirtieron en un negocio más de estos personajes donde robar todo lo que puedan. Nos une pues, un fuerte sentimiento atlético, la implicación en diferentes proyectos políticos y el más rotundo rechazo al racismo, al fascismo, al machismo y a la gilmafia que los ampara y protege desde el palco.

Y, finalmente, nos unió en la mañana del 30 de noviembre el sobrecogimiento de nuestros corazones, cuando muchos de nosotras y nosotros nos enteramos ya en el estadio que nuevamente el fascismo, encarnado bajo la infame marca del “Frente Atlético”, había asesinado de nuevo, como pasara hace 14 años con el cobarde asesinato de Aitor Zabaleta. Este sentimiento de congoja que dejó pasó a la rabia es lo que nos impulsa a escribir estas líneas que van dirigidas a todas y todos los atléticos/as, y a la sociedad en general.

El Atlético de Madrid secuestrado por ladrones y fascistas.

Y es que nos parece, cuanto menos, hipócrita, que por parte de “nuestros” dirigentes se emitan comunicados de repulsa a la “violencia ultra” cuando es sabido por tod@s l@s aficionad@s al Atlético de Madrid el apoyo institucional que este grupúsculo fascista recibe desde su fundación en el año 82. Viajes, entradas, espacios en el estadio… todo ello suministrado por los mismos que ahora se desmarcan de ellos.

Desde luego, convendría hacer memoria y recordar, que cuando Gil y sus allegados desembarcaron en el Atlético de Madrid en una de las maniobras más vergonzantes vistas en el fútbol español (se hicieron con el club arrebatándoselo a sus soci@s sin poner una sola peseta, siendo condenados por la propia Justicia de los poderosos bajo el delito de “apropiación indebida”), este grupo de neofascistas gozó de todo el apoyo de Gil y sus secuaces; mientras se negaba el apoyo a la variada y activa masa social atlética (peñas, asociaciones, socios… etc). Desde luego, el servil silencio del “Frente Atlético” cuando no, apoyo a los actuales y viejos dirigentes, era un poderoso aliado en las maniobras antiatléticas de los dirigentes mangantes.

Más de 20 años llevábamos aguantando a unos directivos que nos arrebataron el club; que acabaron durante años con el fútbol base del Atlético de Madrid y el desmantelamiento de otras disciplinas deportivas en las que el Atlético de Madrid tenía presencia; la millonaria deuda engendrada con hacienda; la nefasta gestión deportiva convirtiendo al Atleti en un club que compraba y vendía jugadores (con las consiguientes comisiones para los directivos) como pollos sin cabeza, que llevó al descenso, en sólo tres años, después de proclamarse el Atlético campeón de Liga y Copa en el 96. Desde entonces, l@s soci@s atlétic@s, hemos ido perdiendo peso en la implicación en nuestro club, reduciéndonos a meros espectadores pasivos de los tejemanejes de un grupo de mafiosos. Lo último, el pelotazo urbanístico de la venta del Calderón y el traslado a la Peineta, proceso oscuro y opaco donde los haya, donde los aficionad@s no hemos sido consultad@s para nada; a pesar de que esto conlleve perder nuestra estadio (abandonado de cuidados desde hace años) en propiedad. Los éxitos deportivos del Atlético, en especial el de las últimas temporadas, se debe en exclusividad a la magnífica labor realizada por el “Cholo” Simeone que ha sabido mantener vivo el auténtico espíritu atlético A PESAR y no, gracias, a los dirigentes.

Paralelamente, hemos tenido que soportar que el fondo sur de nuestro estadio sirva de base operativa a multitud de grupúsculos fascistas que a través del “Frente” utilicen el escudo del Atleti para propagar sus ideales autoritarios, xenófobos, racistas, homófobos y fascistas que inciten al odio contra, irónicamente, colectivos de personas que bien podrían compartir grada con estos indeseables. Basta con buscar un poco por Internet para encontrar las conexiones entre el “Frente Atlético” y las ideologías fascistas.

El peligro de la “teoría de los dos demonios”

Resulta terriblemente peligroso reproducir la estrategia incriminatoria de igualar a los grupos participantes en los acontecimientos del domingo 30 de noviembre bajo el mismo manto nominal de “extremos que se tocan”, “radicales”, “ultras violentos”. Resulta que unos, son nazis y otros, son antifascistas declarados/as. Igualar a ambos es obviar las bases ideológicas de muerte y dominación que sustentan los neonazis del “Frente Atlético” y aquellos que pretenden destruir el fascismo de las calles y los estadios. Aquell@s que estamos acostumbrados a que la prensa, como fieles voceros del poder, utilicen argumentos demagógicos como atacar “todo tipo de violencia”, incluso aquella que se aplica para defenderte de la opresión a la que se te somete o la que aspiran a someterte, mientras defienden los pilares de este sistema basado en la violencia cotidiana contra las personas, no nos sorprende para nada esta estrategia mediática. Lo preocupante es escuchar a aficionados/as atléticos/as con los que compartimos grada, equiparar a los que apalean por el color de la piel que tengas, la preferencia sexual que elijas o la implicación política contra este sistema, con los que se deciden a plantar cara al fascismo.

Las críticas a los grupos ultras de marcada tendencia antifascista pueden ser muchas (la “vida ultra” como vida que te desconecta de la realidad creyendo que el fútbol es lo único en tu vida, el enfrentamiento físico con otros grupos antifascistas de otros clubes –una cosa es la rivalidad deportiva sana y otra muy distinta abrirte la cabeza sólo y exclusivamente por fútbol-, etc.) pero desde luego, igualarles con los fascistas, abre la veda a la impunidad de los nazi-fascistas y a la persecución de aquell@s que pretendemos combatirles sin esperar nada de dirigentes políticos y deportivos que realmente los amparan y defienden.

No queremos tampoco desaprovechar la oportunidad de condenar los ataques contra peñas atléticas de distintos puertos de la geografía ibérica. Si éstas están comandadas por miembros del “Frente Atlético” nos parece que quien siembra odio, recoge rabia. Ahora bien, si son ajenas al “Frente” (y no olvidemos que los aficionados y aficionadas del Atlético somos muchos más que miembros del Frente Atlético, una minoría con un amplio rechazo entre los aficionados/as del Atlético de Madrid) nos parecen totalmente injustificables. Y más sabiendo la armonía reinante en los desplazamientos atléticos a otras canchas lejos del Calderón entre la mayoría de los y las aficionadas del Atleti y las aficiones rivales.

FÚTBOL Y POLÍTICA. LAS MISERIAS DEL FÚTBOL-NEGOCIO.

Le pese a quien le pese, el fútbol, como todo en nuestra realidad, se encuentra atravesado por la política. La política es todo, pues esta no es más que las diferentes opciones éticas y sociales que emprendemos en lo cotidiano, de lo más concreto a lo más abstracto. Por eso nos choca y mucho, escuchar algunos atléticos rabiar con “la política en el fútbol”. Obviando que, por ejemplo, el ninguneo que sufrió el Atlético en la última gala de la Liga, obedece a evidentes motivaciones políticas (acto que por cierto, todo buen atlétic@ debería ignorar, pues nuestro reconocimiento es salir campeones en la último torneo liguero y ser aplaudidos por aficiones de clubes humildes, como el Córdoba en nuestro estadio).

El fútbol se ha convertido en un elemento más de la cultura de masas, que sirve tanto para generar esclavos/as pasivos/as como para llenar las arcas de los que ostentan el poder. El injusto y desigual reparto del dinero de las televisiones que perpetúa la abismal diferencia entre los dos de arriba y el resto de clubes, las imágenes de todos los dirigentes políticos y empresariales que condenan a la ruina y a la miseria a los/las trabajadores/as felicitando a Florentino en la final de Lisboa; los chanchullos de Tebas, Platini y demás calaña; los beneficios millonarios que el fútbol deja a empresas y a Estados o el histórico apoyo descarado de la clase dirigente española a equipos como el Real Madrid obedecen a motivaciones políticas. Esto es algo obvio.

Todo esto es de rechazar, claro está. Y son muchos los aficionados y aficionadas en el mundo del fútbol los que luchan por convertir (o más bien, devolver) a los aficionad@s al fútbol en los verdaderos protagonistas de éste. La implicación popular en los clubes de fútbol puede verse a través de iniciativas como el accionariado popular bajo el cual clubes como el “Club de Accionariado Popular Ciudad de Murcia” funcionan o plataformas como “ADRV” del Rayo Vallekano. Son muchos y variados grupos los que luchan contra el denominado “fútbol moderno” y los dirigentes corruptos del mismo y también conocemos a muchos aficionados y aficionadas del Atlético de Madrid que pensamos así y, algunos/as, hemos estado (o estamos) implicados en diversas iniciativas atléticas por conseguir un club y un fútbol popular, que esté bajo control de los socios y socias, pues son el auténtico sustento de sus equipos, sin los cuales, no existiría el fútbol. Desde luego es una amplia y dura labor, no exenta de trabas de todo tipo, sobre la cual no podemos extendernos más.

Sin embargo, también es política que, por ejemplo, aficiones que resultan paradigmáticas para aquello que pretendemos transmitir como las del Rayo Vallekano, apoyen al equipo de su barrio en el campo y contra sus dirigentes corruptos (Martín Presa, homólogo de nuestros Giles y Cerezos en el Rayo) a la vez que tienen una fuerte implicación en la vida social de Vallekas. Y con implicación nos referimos a ser fieles a los valores de un equipo de barrio obrero como es el Rayo: presencia activa de sus aficionados en las luchas contra la actual situación de miseria a los que el sistema nos somete, a frenar desahucios de vecinos y vecinas y al combate del fascismo y el racismo en los campos de fútbol y en las calles, como lacra a exterminar. No es de extrañar que los aficionados/as del Rayo Vallekano (más concretamente, el grupo “Bukaneros”) sufra las duras consecuencias de la represión con miles y miles de sancionad@s. Esto también es política y, tal y como nosotros y nosotras vemos, no se opone para nada a los valores del fútbol (el fútbol popular y de las personas) y tampoco creemos, a nuestros valores atléticos.

Porque como todos sabemos, el Atlético siempre ha sido, tal y como dijo el propio “Cholo” Simeone, un “equipo del pueblo”. Un equipo de los humildes, que basa su filosofía en el trabajo constante, en la lucha contra la adversidad basada en el esfuerzo desde la humildad derrochando coraje y corazón, históricamente enfrentado al equipo de los poderosos, apoyado por instituciones políticas, deportivas y periodísticas del régimen de forma vergonzante. Lo normal y lógico resultaría que en base a estos valores, su afición representara los intereses de la mayoría de su masa social: los de la clase trabajadora, como oprimidos y oprimidas. ¿Qué tendría de malo ver una afición implicada en la lucha contra las injusticias, el fascismo, el racismo o impedir que desahucien a nuestros vecinos y vecinas? Entraría en perfecta comunión con los valores atléticos, tal y como hemos demostrado. Está claro que el fútbol y sus clubes no deben ser las principales plataformas desde las cuales “hacer” esta clase de política, pero, desde luego, un “club del pueblo” con nuestros valores históricos no puede permanecer impasible ante la realidad social que le rodea y que forma parte de la vida cotidiana de sus aficionados y aficionadas.

La “mejor afición del mundo” tiene que tomar partido.

Somos una afición de contrastes. Somos capaces de llenar un estadio de 56.000 localidades en segunda división, apoyar y cantar durante más de 45 minutos a nuestros jugadores en el estadio tras perder una final para sorpresa de jugadores y afición rival, pero también somos capaces de dejarnos mangonear dirigentes corruptos y que campen a sus anchas fascistas por nuestro estadio. O al menos, no luchar con la suficiente fuerza (porque muchos y muchas lo hacemos) contra la mafia asentada en el palco.

Y este contraste pudo verse en el pasado encuentro contra el Deportivo de la Coruña. Del ambiente taciturno y triste que todos sentíamos tras conocer la fatal noticia, a los pitos contra el Frente y a los aplausos al intercambio de bufandas entre aficionados/as del Atlético y el Dépor, pasamos a reproducir con comentarios la fatal estrategia criminalizadora de la prensa y la Policía de igualar a nazis y aquellos que pretendemos expulsar de nuestras vidas (y nuestros estadios). Es hora de que demostremos que ser la mejor afición del mundo no sólo consiste en apoyar a nuestro equipo “en las buenas y en las malas”, sino tomar las riendas de nuestro club, que para eso NOSOTROS Y NOSOTRAS somos el Atlético de Madrid, y NO los usurpadores ladrones de la directiva y sus cachorros neonazis.

 

¡Jimmy D.E.P! ¡Zabaleta, ni olvidamos ni perdonamos!

¡Fuera fascistas y “Gilmafia” del Calderón!

¡Contra el fascismo, el racismo, el machismo, el Capital y toda autoridad en todos los frentes!

¡Forza Atleti!

 

                Firman este comunicado: Aficionados y aficionadas Atléticos/as contra el fascismo, el racismo y el machismo
atleticoscontraelfascismo@gmail.com
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