“El veganismo es una filosofía de vida que excluye todas las formas de explotación y crueldad hacia el reino animal e incluye una reverencia por la vida. En la práctica se aplica siguiendo una dieta vegetariana pura y anima el uso de alternativas para todas las materias derivadas parcial o totalmente de animales”
Donald Watson, miembro fundador de la Vegan Society (Sociedad Vegana).
Este pequeño texto no cuestionará la irracionalidad de las ideas y valores (2) de la filosofía vegana. En esta ocasión demostraremos que el veganismo es un mito en la Sociedad Tecnoindustrial y cómo es un estorbo para entender y actuar por la verdadera Liberación Animal (3).
Entonces, si retomamos nuestra definición anterior de veganismo, “…una filosofía de vida que excluye toda forma de explotación y crueldad hacia el reino animal…”, es evidente que no se es coherente con la filosofía, porque se colabora con la explotación sistemática del reino animal, así que, el veganismo es un mito. Los autodenominados “veganos” son muy ingenuos al no analizar, cuestionar y entender el funcionamiento de la compleja realidad, y del gran y complejo Sistema social en el que vivimos. Todo alimento o producto que provenga de la moderna Sociedad Tecnoindustrial, no está libre de colaborar con la explotación y domesticación sistemática del reino animal y ambiental. Las semillas, frutas y verduras que produce y distribuye la moderna Sociedad Tecnoindustrial, no son veganas, ya que la moderna agricultura industrial necesita:
B) Ya que se tiene el campo de cultivo listo, se necesitan a los campesinos que trabajarán la tierra, se necesitan sus herramientas (máquinas o animales no humanos de trabajo), se necesitan las semillas (autóctonas o transgénicas) que se sembrarán, se necesita el abono (natural o industrial), se necesitan los insecticidas (naturales o industriales), se necesita el agua de riego, etc… Y una vez obtenida la cosecha se vende a los intermediarios, ellos la transportarán, almacenarán y distribuirán, hasta que por fin esa semilla, fruta o verdura, llega al establecimiento comercial en donde los “veganos” las comprarán.
Los autodenominados “veganos” dependen de la moderna Sociedad Tecnoindustrial para poder llevar a cabo su dieta. En la Naturaleza Salvaje ningún animal determina de qué manera se alimentará, esto en gran medida lo determina el entorno natural en donde se desarrolla. La dieta omnívora de los animales humanos no ha sido una elección, sino una necesidad de supervivencia, un requisito para poder sobrevivir en distintos entornos, comer lo que haya, lo que se pueda comer. El organismo humano no es especialista, es oportunista, y su dieta omnívora lo demuestra. El animal humano domesticado en su jaula civilizada, sí es capaz de decidir cómo alimentarse (dieta vegetariana, vegana, frugívora o carnívora), pero para que esto sea posible necesita colaborar y mantener su condición de animal humano domesticado al servicio del progreso del Sistema Tecnológico.
La mayoría de los autodenominados “veganos”, tal vez, no se consideran a sí mismos como lo que realmente son: animales humanos. Y también es muy cierto que los que luchan por la “Liberación Animal”, no luchan por su propia Libertad Individual Salvaje, no cuestionan para nada su propia condición de animales humanos domesticados. Si las semillas, frutas y verduras que nos ofrece la moderna Sociedad Tecnoindustrial no son veganas, mucho menos sus demás productos nocivos de origen industrial: vestimenta, calzado, productos de higiene y belleza, libros, música, bicis… Un análisis similar podría ser aplicado a los productos engañosamente llamados “verdes” o “ecológicos”. Ningún producto proveniente de la moderna Sociedad Tecnoindustrial es vegano, y mucho menos ecológico.
Todo esto, solo engañará y tranquilizará de alguna manera su consciencia, pero en realidad no hará nada por intentar atacar a la domesticación y explotación sistemática del reino animal. Ni mucho menos hará nada en contra de la domesticación, devastación y artificialización sistemática de la Naturaleza Salvaje. Frente al irracional fraude que resulta la teoría y la práctica vegana, nosotros hemos decidido: renunciar al consumo innecesario, reutilizar los materiales ya producidos y dejar de depender del Sistema Tecnológico, desarrollando nuestra propia forma de vida autosuficiente, lejos de los valores de la jaula civilizada y lo más cerca de nuestra Libertad Individual y la Naturaleza Salvaje.
Fuego a las jaulas, fuego a la Civilización
Primavera 2013
(2) Cuando hablamos de veganismo en este texto, lo hacemos refiriéndonos a todas sus “diferentes” vertientes, desde el “veganismo burgués”, hasta el llamado “anarcoveganismo”. Y desde el movimiento por la “Liberación Animal” reformista, hasta el movimiento por la “Liberación Animal” abolicionista o radical (ALF Animal Liberatión Front – FLA Frente de Liberación Animal). Los activistas del ALF-FLA podrán argumentar que ellos no son reformistas porque son de acción, pero la verdad es que son idénticos a quienes conforman el movimiento por la “Liberación Animal” reformista que tanto critican. Son reformistas por defender y promover los mismos valores del Sistema Tecnológico (izquierdismo), ellos no buscan destruir al Sistema Tecnológico, solo pretenden mejorarlo, y lo peor es que no son conscientes de ello.