El cuento de la ‘partitocracia’

rajoyEl presidente del gobierno salió a comparecer, en una rueda de prensa sin preguntas, sin respuestas, sin rueda. Hemos sido los oídos sin opción a replicar. Escucha. Calla. Obedece.

Rajoy ha perdido de nuevo la oportunidad de mirar a los ojos a la sociedad española y se ha limitado a leer un cuento de buenas noches a la cada vez más descontenta sociedad española. Un cuento para dormir tranquilo.

Estos días veremos cómo se presentarán documentos que salvaguarden la integridad del partido popular, documentos que nos inviten a creer, a tener fe en su “integridad”. Sin embargo, la fe, para quieres la tuvieron algún día, ya está perdida. Se perdió entre armas de destrucción masiva, subidas del IVA, despidos gratuitos y el derrumbamiento de la sanidad pública…

La respuesta ciudadana no se ha hecho esperar. La indignación ya está en la calle. Una indignación tolerable, soportable, asumible, como todas hasta ahora. Mientras tanto, el gobierno da sus últimos coletazos a golpe de destituciones y a la oposición  se le hace la boca agua ante el vacío de poder que parece generarse. Al otro lado, la prensa se ocupa de vender una historia por fascículos, no vaya ser que se acabe.

La corrupción política ha sido conocida desde siempre, aunque de forma silenciosa, duramente aguantada por la apatía social. Quizá la actual situación de austeridad y recortes ha promovido que se llene el vaso de la resignación, o quizá, puestos a elucubrar, tenga alguna relación con la campaña europea de destapar casos de corrupción política, desencadenado una inestabilidad que ha sudido al poder a los tecnócratas.(vease Grecia,Italia…).

La evidencia demuestra que esta crisis no es extraordinaria del PP. Lo que parece un hecho sin precedentes en la historia del país, refleja sin embargo lo más oscuro del asunto: el propio sistema está agonizando y su estrategia para sobrevivir es buscar cabezas de turco. Se trata una vez más de hacernos creer que muerto el perro se acabó la rabia.

La cabeza ya parece estar señalada, ahora queda señalar los pies, el cuerpo, y sobre todo la raíz del problema: el sistema capitalista. Si solo nos limitamos a cortar la cabeza para después poner otra estaremos pidiendo el retorno de la causa del trastorno.

Fuente: http://diariodevurgos.com/dvwps/el-cuento-de-la-partitocracia.php
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