Mentiras, mentiras y más mentiras

políticosComo si fuese fruto de la misma ideología nazi, estamos asistiendo a la proclamación insistente de la mentira para convertirla, de tanto repetirla, de tanto divulgarla, en pervertida realidad, en falsa verdad.

El Gobierno actual, muchos medios de comunicación, muchos periodistas, muchos tertulianos, muchos falsos expertos, están opinando y sentando cátedra con la mentira constante sobre cuestiones sociales para poder convertir en realidad medidas que la pervierten y ayudan a cambiar la situación de la población en beneficio de los especuladores, los ladrones, los corruptos, los políticos profesionales, los evasores de capitales, los explotadores de niños, etc.

En las últimas semanas estamos asistiendo a declaraciones odiosas y manipuladoras que convierten la privatización de la sanidad y su desmantelamiento en un beneficio social. Viene siendo hora que le digamos a la Cospedal y a todos sus seguidores que cerrar las  urgencias en los Centros de Salud de las poblaciones pequeñas es un atentado y un genocidio contra la población. No se puede seguir tolerando que por el beneficio económico, por querer cuadrar las cuentas del Estado, se ponga en peligro la vida de las personas mientras se aumenta el gasto público en material antidisturbios para acosar y atacar a la población que protesta. Hay que decirles a estos genocidas, a estos neonazis, que después de haber dictado leyes antisociales que permiten el despido barato de los trabajadores, de haberles quitado prestaciones sociales, de permitir que los bancos les desahucien de sus casas, por no poder pagar unas hipotecas leoninas, al quedarse sin trabajo y sin sueldo, que después de ser expulsados de sus casas no puedan volver a los pueblos porque no van a tener ninguna seguridad en poder ser atendidos si, por las noches o desde el momento que se cierren las urgencias, les da un infarto o tienen cualquier problema sanitario que necesite de la atención médica. Eso es inhumano, es irracional y solo se les puede ocurrir a mentes pervertidas y enfermas que únicamente miran por conseguir acumular más dinero mientras sacrifican a otros seres humanos para poder hacerlo.

No podemos seguir aceptando que detrás de la mentira electoral de acabar con el paro lo que se encierra es la verdad ideológica de la explotación sin miramientos de todas las personas que dependen de su trabajo para poder subsistir.

No podemos seguir permitiendo que para acabar con el paro las únicas formas de conseguirlo son:

-La elaboración de una reforma laboral que permite el despido fácil y prácticamente gratuito por parte de las empresas, sin necesidad de estar en crisis y con el único requerimiento de declarar pérdidas durante unos meses.

-La bajada de salarios y el aumento de las horas de trabajo de los funcionarios públicos que sirve como detonante para que las empresas privadas estén haciendo lo mismo en estos momentos.

-La amnistía fiscal para favorecer que afloren los capitales que se han depositado en paraísos fiscales.

-El aumento del IVA y de las tasas fiscales, ya que esas formas impositivas son perjudiciales para la mayoría de la población por ser iguales para aquel que está parado y no cobra, que para individuos como Botín, Rato, Rajoy o Zapatero que están forrados o tienen unas retribuciones más que suficientes para poder vivir holgadamente. Además, el impuesto indirecto es una rémora para la industria nacional, la pequeña empresa, el comercio, los profesionales, los autónomos, ya que mientras ellos la tienen que aplicar a sus productos y se encarecen eso no pasa para las multinacionales y las empresas que se dedican a la exportación, que venden sus productos en el extranjero sin tener que aplicar esos impuestos.

-La venta de las empresas públicas o la privatización de los servicios públicos a grandes corporaciones que, sin invertir un duro en la creación de esos negocios, se van a dedicar a gestionarlos, rebajando en los gastos que suponen la buena atención a los ciudadanos, el pago de salarios decentes y consintiéndoles que deriven a los servicios públicos todo aquello que les resultó costoso atender. Además, estas empresas que se quedarán con servicios públicos esenciales para la población, en el momento que entren en quiebra o no obtengan beneficios serán rescatadas por el Gobierno, como ya lo han sido los bancos, con el dinero público (el dinero de todos), para sanearlas y que sigan prestando sus servicios, en muchos casos se volverán a hacer públicas porque son de vital importancia para la población. En definitiva se habrán puesto en manos de especuladores que una vez les hayan sacado todo el jugo las abandonarán porque ya no podrán sacarles más dinero.

-El aumento de la edad de jubilación ya que, según estos parlanchines, no se puede mantener el actual sistema de pensiones porque la gente vive muchos años y el dinero que se recauda de los que están activos es cada vez menor. Dentro de esta filosofía entran las palabras del actual ministro de Finanzas japonés que hace unos días pidió a los ancianos del país que «se den prisa en morir»para que de esta manera el Estado no tenga que pagar su atención médica. Estos son los genocidas que gobiernan en el mundo en estos días.

Todo esto ha sido conocido, desde siempre, como expolio, como robo, pero hoy recibe el nombre de buena gestión. De nuevo con la perversión del lenguaje quieren hacer bueno lo que es malo.

Hacer todo esto para acabar con el paro es la mentira más asquerosa que se puede defender, ya que la única solución que hay para que los seis millones de personas que hay paradas vuelvan a trabajar es repartir el trabajo entre todos los que estamos en edad activa y eso pasa por:

-Reducir las jornadas de trabajo, si hasta ahora eran de 8 horas diarias habrá que reducirlas a seis o a menos para conseguir que todos tengan un trabajo digno.

-Mantener los salarios sin disminuirlos, ya que la disminución salarial implicaría que las personas tendrían menos medios para poder hacer frente a los gastos y a los constantes aumentos de precios de los que estamos siendo objeto.

-Por otra parte, si mantenemos a los seis millones de personas sin trabajo y sin ingresos, es la forma de no poder garantizar las pensiones en el futuro, ya que no habrá cotizaciones suficientes al aplicar una mala política y mantener la situación de desempleo por un periodo demasiado prologado en el tiempo. Además, si se disminuyen los salarios las cotizaciones serán menores, lo que propiciará que el problema sea más grave y más rápido.

-Rebajar la edad de jubilación, porque no podemos permitir que las empresas mantengan a más del 55 por 100 de la población joven sin contratar, mientras despiden a los mayores de 50 años, que son los que más están cobrando en las empresas, para conseguir bajar los costes salariales y poder contratar otros más jóvenes con la mitad de salario.

Todas estas políticas conducen a que el fondo de pensiones baje tanto que dentro de unos años, no muchos, sea imposible el pago de las mismas. Si los salarios se mantuviesen y los seis millones de parados tuviesen trabajo fijo, no habría ningún problema en poderlas mantener, primero porque no se tendrían que pagar subsidios a los parados (no los habría); segundo porque todos estarían cotizando a la Seguridad Social y contribuyendo con sus impuestos; tercero no habría problemas para devolver los préstamos hipotecarios sobre la vivienda a los bancos; cuarto no tendría que dar dinero público el Gobierno a los bancos para que estuviesen saneados; quinto al no tener que dar dinero a los bancos el déficit público bajaría y no estaría justificado estar en el punto de mira de los mercados (si estos siguiesen atacando sabríamos, seguro, que están intentando imponer un sistema económico y político que podemos llamar capitalismo feudal).

Lo que estamos proponiendo revertiría en que los profesionales independientes, los autónomos, los agricultores, los ganaderos, etc., no tendrían problemas para poder mantenerse vivos ya que la población tendría lo suficiente para vivir y podrían seguir utilizando sus servicios y comprando sus productos, dejando de consumir productos fabricados y cultivados en países que utilizan mano de obra esclava, porque nos cuestan baratos y es lo único que podemos consumir.

Podríamos mantener una agricultura ecológica que permitiría dejar de envenenar el planeta, asegurando su supervivencia y la de todos los seres vivos.

Por otra parte, el mantener la actual situación de paro y de bajada constante de salarios supone un deterioro de la economía, sobre todo la de las pequeñas empresas, de los comercios y negocios mantenidos por autónomos y de los profesionales independientes que no podrán subsistir al quedarse sin clientes ya que no van a poder acceder a sus servicios por falta de dinero para hacerlo.

Si no somos capaces de imponernos al sistema y a sus defensores veremos cerrarse el círculo de la globalización económica y habremos entrado definitivamente en ese feudo-capitalismo en el que las personas volveremos a ser siervos de los señores feudo-capitalistas, al igual que ya lo fuimos de los señores feudales.

Que nadie se crea que vive o podrá vivir en una democracia o un Estado democrático en el momento que todo esto se haya podido concretar. El voto no significa democracia, significa depositar un papel para que alguien decida por nosotros, por lo tanto el capitalismo seguirá fomentando este sistema de representación por la falsa sensación de libertad que otorga a las personas.

Solo podremos conseguir la libertad de los seres humanos en el momento que nos deshagamos de la casta política profesional que pretende vivir a la sombra del capitalismo corrupto y corruptor y con el favor del pueblo. No podemos seguir permitiendo que los corruptos que reparten y cogen sobres de dinero que compra voluntades, sigan siendo los que dirijan nuestras vidas. Nuestras vidas las tenemos que dirigir nosotros mismos de forma autogestionada, asamblearia y libre de presiones materiales o económicas que nos obliguen a ir en contra de nuestras verdaderas necesidades y pretensiones.

Digamos basta a la mentira, no sigamos más a los mentirosos, no les escuchemos, unámonos como personas que rechazamos la mentira que nos quiere esclavizar, para conseguir la libertad del ser humano tanto de las cadenas monetarias como de las cadenas mentales que no nos dejan pensar ni vivir libremente.

Exijamos como primer paso: trabajo para todos, con la disminución de la jornada laboral a seis horas diarias, sin disminución salarial para conseguir que nadie más muera de hambre, ni se suicide por no poder atender sus deudas; por una vez que sean los especuladores, los accionistas y los banqueros los que paguen la crisis que ellos han generado y ellos están manteniendo.

Manuel Vicent
http://www.nodo50.org/tierraylibertad/2articulo.html
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