[Grecia] Abstención de las elecciones, participación en las luchas sociales y de clases

El 6 de mayo se va a celebrar el show de las elecciones generales en Grecia. Publicamos el texto de la Asamblea de Anarquistas por la Autogestión Social sobre la posición de los anarquistas ante las elecciones y sobre estas elecciones en concreto.

Gramática obreraLa mayor ventaja de la “democracia” en relación con la dictadura es su capacidad de imponer las preguntas que le convienen, en vez de intentar asegurar las respuestas con el revólver. El momento sagrado de la democracia son las elecciones: cuando todos, nacionalmente unidos, amos y esclavos, ricos y pobres, como no si no pasara nada, supuestamente por igual, son llamados a responder a la pregunta más grande y falsa que se pueda plantear: quiénes van a ser son los dictadores durante los tres próximos años. Quiénes van a constituir aquella minoría indecente que se encargará de la gestión política del Estado, que tendrá a su cargo a la gran mayoría y se procurará los intereses de sí misma y de los bravucones legales, de los ladrones legales, de los estafadores legales, a quienes en el lenguaje político  llamamos “capitalistas”.

Políticos, instituciones, Justicia, patrones, candidatos a ser dictadores, canales televisivos, personas famosas, pensadores, toda esta chusma de los que nunca se van a poner en nuestro lugar son los que nos piden que nos vayamos a las urnas a votar. Nos instan incluso a tratar de derrocarles de su trono, echando una carta marcada a una urna…

No puede existir ningún hombre sensato que crea que a través del proceso electoral y la elección de representantes puede cambiar algo contra el régimen. Por el contrario, el voto es una indulgencia para el pasado y un cheque en blanco para nuestro futuro, una declaración de lealtad por parte de nosotros, los explotados, al Estado y los capitalistas. Nuestra posición como anarquistas deja claro que no sólo jamás participaremos en las elecciones, sino que jamás vamos a “apoyar” (directamente o guiñando el ojo) a ningún reivindicador del Poder. El Estado y el Capital no esperan una declaración de lealtad al movimiento anarquista. En todo caso, esta fija posición anarquista, después de unas decenas de elecciones que hemos vivido, hoy está confirmada…

Después de estas posiciones generales pasemos a la actualidad, a estas elecciones. Uno puede ser bienintencionado y contradecirnos que esta vez la situación es diferente. No serán elegidos sólo los dictadores, sino que se dará un mensaje sobre la propia dirección política, sobre el si mañana vamos a tener que comer. ¿Por qué desaprovecharse de nuestro voto (aunque este sea una basura)?

Nosotros decimos que en estas elecciones, del 6 de mayo de 2012, es aún más necesario negarse a votar. En los 38 años transcurridos desde la caída de la junta militar, los oprimidos hemos visto el colapso de los partidos políticos como “fuerzas democráticas” de agrupación social y de portadores de ideologías. Hemos visto su desenmascaramiento como camarillas de Poder y criaderos de líderes. Hemos visto que es la constitución, que son las leyes, los juzgados, las autoridades dependientes e independientes, sin maquillaje. Hemos visto donde acaba la “soberanía popular”, nos hemos acostumbrado a los gases lacrimógenos, nos hemos dado cuenta de que tipo de orden nos estaban prometiendo. En fin, en menos de dos años hemos visto desvanecerse las invenciones ideológicas de la “estabilidad”, de la “prosperidad”, de la “seguridad por el futuro.” Hemos visto perderse lo que había sido conquistado con sangre, hemos visto pedirnos con intereses hasta el dinero con el que el Régimen compró el silencio y el sometimiento de un componente grande de los oprimidos durante todas estas décadas.

Las elecciones no han cambiado nada hasta ahora, ni han impedido los planes del Estado y del Capital al mínimo, y esto lo ve ahora todo el mundo. He aquí la razón por la que estas elecciones son cruciales para el Poder y para su credibilidad perdida. Cualquier argumento, cualquier propaganda, cualquier soborno de elecciones anteriores, se ha desvanecido. La democracia corre el riesgo de quedarse desnuda. Se necesitan urgentemente nuevos dilemas, así como nuevo personal civil. Se necesita un paquete completo de credibilidad política, confeccionado de ser necesario dentro de la esterilización de los estudios de televisión (pues ya no pueden ni siquiera salir de sus casas).

Y ya han empezado a confeccionarlo:

Todo el mecanismo de control social, desde la policía antidisturbios y los fiscales, hasta los favores y las leyes de emergencia y sobre todo los medios de comunicación, tienen como objetivo la imposición de aquellos nuevos dilemas que vayan a chantajear nuestra participación en el circo democrático. Ante el fracaso de toda una etapa, pero ante una nueva, aún más dolorosa que está viniendo, otra vez el Poder político y económico está tratando de involucrar y hacer responsable a toda la sociedad oprimida.

Es fácil discernir esto en la misma naturaleza de los dilemas: ¿Dentro o fuera de Europa? (es decir, con qué superpotencia compartirá el gobierno griego el papel del vigilante de los intereses capitalistas), ¿Dracma de euro? (es decir, que sectores del Capital se beneficiarán más del fuerte descenso de los salarios y la venta de la riqueza pública en cualquier moneda) y, por supuesto ¿a favor o en contra del memorándum? (es decir, si la quiebra social en evolución estará siendo vigilada-siempre en beneficio de los mismos intereses-por los mecanismos internacionales “decentes”  o se van a encargar de esta tarea los receptores de órdenes locales).

Y el “dilema bueno” siempre tiene “terribles consecuencias” si se le da una respuesta errónea: una industria de terrorismo con unos golpes de Estado militares inminentes, invasiones a nivel mundial, peligros nacionales, hambrunas, junglas sociales, ha comenzado a producir terror masivamente. En algunos casos directamente, en otros indirecta e insidiosamente: criminalidad, inmigrantes, guerra entre los extremos…

Esta propaganda ofensivamente burda invierte en la desorientación que ha acarreado la inundación de las ofensivas desatadas contra los oprimidos durante los dos últimos años, y se basa principalmente en la disolución del tejido social, en el debilitamiento de las estructuras comunitarias y de los campos de deliberación y solidaridad dentro de la sociedad, y en el miedo que genera esta disolución. Precisamente esta realidad de debilidad de los oprimidos quiere sellar el Régimen con estas elecciones. Y en esta quiere apoyar su nueva estrategia a largo plazo: con la renovación del personal civil, con la fragmentación del sistema bipartidista y con la producción de partidos para todos los gustos.

Tenemos que impedir al Capital y al Estado construir un nuevo perfil-herramienta para continuar su ofensiva, tenemos que desnudarlos y dejarlos sin dilemas en las manos: este es un punto clave en la evolución de la guerra social. No existe un voto anti-sistémico, al igual que no existe una fuerza de derrocamiento revolucionario que cuente a sí misma con cifras electorales.

Los que nos dicen “¿por qué perderse un voto? Votar por una fuerza subversiva” no quieren darse cuenta de que aún más en esta ocasión todos cada voto se echará a la urna del Sistema. Dará vida y credibilidad a un nuevo clon suyo con un peinado diferente. Los que por otro lado, con retraso nos avisan del riesgo de la reserva fascista (y hasta hace poco consideraban pintoresca y guerra entre bandillas la lucha anti-fascista) están olvidando que el fascismo no es derrotado en los escaños, es derrotado en la base social, en la calle. Están olvidando que la “legalización” de los fascistas será realizada por ellos mismos cuando acepten conversar con los fascistas en la misma sala, como ya lo hacen en otros pequeños centros de Poder.

Llamamos a cada oprimido y explotado a abstenerse del proceso electoral. Llamamos a cada uno y cada una a tomar una decisión clara y explícita de negación del juego democrático amañado y de depreciación de sus títeres. Sin embargo, tenemos que aclarar algo: las elecciones son el pretexto de la dominación del Estado y de los capitalistas. Y la negativa a ellas sólo puede ser un paso en una larga serie de rechazos y de afirmaciones. La abstención apolítica, la abstención de la indiferencia, la abstención que en última instancia quiere comprar salvación en otra “tienda” (por ejemplo, Ejército, rey, tecnócratas), la abstención de fatalismo, son igual de sumisas que el voto. Es por eso que nosotros hablamos de abstención activa. Tal abstención es una fuente de temor para el Poder, es una ventaja en nuestras manos en los próximos días. Y no lo dudemos, ya no podemos desperdiciar ninguna ventaja.

Ninguno de nosotros puede escapar a la necesidad de funcionar como una sociedad, de tomar decisiones, de producir y compartir la riqueza. Nadie se puede ocultar para siempre detrás de un televisor. Para nosotros, la negativa del sistema conlleva la creación inmediata, en la base social, de unas estructuras auto-organizadas a gran escala, las cuales se van a convertir en comunidades de lucha, en comunidades de contra-instituciones, en comunidades de recuperación del espacio público,  en comunidades de producción de consumo. La abstención de las elecciones, para ser un acto de negativa debe ir a la par con la creación de asambleas populares en todos los barrios, en las ciudades y en los pueblos. De unas asambleas que se conviertan en núcleos políticos, en polos de agrupación y deliberación a nivel local, en fuerzas de recuperación y funcionamiento de lo público, en lugares de reconstrucción del tejido social en la práctica.

Debemos estar al lado del movimiento de desempleados que se cruzará con las luchas locales y sus estructuras. Con espíritu de solidaridad y de conciencia de clase en los lugares de trabajo, con redes de solidaridad, con auto-organización de la asistencia social para niños, ancianos, enfermos, discapacitados, con una economía interna independiente entre los oprimidos, sin explotación y desigualdad, una economía que vuelva a producir, en la ciudad y en el campo. Debe ponerse al lado de un movimiento sindical nuevo y combativo, orientado por un lado a la huelga general y por el otro al funcionamiento, al control y a la distribución de la producción.

Debe estar en concordancia con la militancia y radicalización activas y políticas. La frustración, la cólera, la desilusión, tienen que colectivizarse y obtener una perspectiva y la fuerza de lograr esta colectivización. En el trabajo, en el barrio, en la escuela, en la universidad, en todos los lugares donde viven los oprimidos, se tienen que crear estructuras que sean puntos de arranque de luchas, que las escalonen, que conduzcan a la auto-gestión social generalizada. Para sobrepasar por fin la percepción que considera al Estado como la consecuencia lógica de la supuesta incapacidad de todos nuestros de auto-gestionarnos. Para sobrepasar por fin la percepción que considera a los capitalistas necesarios como una consecuencia lógica de la incapacidad de todos nosotros de compartir equitativamente la riqueza que producimos. Para responder al único dilema real: capitalismo o revolución.

Fuente: http://verba-volant.info/es/abstencion-de-las-elecciones-participacion-en-las-luchas-sociales-y-de-clases/
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