APRE (Asociación de Presos en Regimen Especial), entrevista con Javier Ávila [Audio]

CárcelESTATUTOS DE LA ASOCIACION DE PRESOS EN RÉGIMEN ESPECIAL RECONSTITUIDA (A.P.R.E.(r)
No cabe duda que el desinterés y la falta de conciencia social por los temas penitenciarios conceden “patente de corso” para que la tortura, el abuso, la prepotencia y el delito sean los procedimientos por los que se desarrolla la actividad penitenciaria. Esta causa genera A.P.R.E.(r).

La realidad de la cárcel sólo la conocen quienes la padecen: nosotros los presos. Lamentablemente la población reclusa se divide en dos tipos de presos: los convencionales, cuyo único objetivo es extinguir su condena a la mayor brevedad posible en condiciones regimentales “cómodas”; y nosotros, A.P.R.E.(r), los denominados irrecuperables, término que no deja de ser cierto, dado que estamos irrecuperablemente concienciados de nuestra condición de seres humanos, y nuestro objetivo es cumplir nuestras condenas renunciando a las comodidades regimentales en defensa de nuestra dignidad y los derechos que las leyes nos reconocen. A.P.R.E.(r) ha pasado por dos etapas, en una primera, los únicos logros fueron una representatividad simbólica que mejoró las condiciones de vida de unos cuantos y con esto la decepción, resentimiento y discrepancias, ante nuevos proyectos, quedando así la asociación en escombros. Pero con la casa en ruinas, y con nuevos miembros de base, la asociación se fue reconstruyendo, creando una estructura de bases independientes cuya actividad se dirige a la consecución del cese y erradicación de los malos tratos y unas condiciones de vida mínimamente dignas en las prisiones, con la plena fomentación de la cultura, creatividad, deporte o cualquier otra actividad con fines educativos.

Luchamos por la desaparición del (R.E.1) Régimen Especial: 1, artículo 10 de la L.O.G.P. y 32 y 46 del R.P., artículos dirigidos a la implantación del aislamiento absoluto y vegetativo y a la anulación de la personalidad de las personas presas, sufrimos una absoluta restricción de los derechos fundamentales por la imposición de un régimen represivo que no se encuentra contemplado en ninguna Ley o Reglamento y que se nos aplica para silenciar a toda costa nuestras denuncias y evitar acciones reivindicativas. Además del aislamiento e incomunicación, nos encontramos a centenares de kilómetros de nuestro entorno familiar afectivo, por lo que exponen a nuestras familias a que sean victimas de un accidente mortal en carretera como viene ocurriendo.

Consideramos que en Democracia no todo es válido, la democracia no es patrimonio de unos cuantos que en su saber y entender la degradan poniendo en práctica su criterio arbitrario, en derecho divino de casta y estatus, en el cargo administrativo que ocupan en los poderes públicos. Estamos hasta la coronilla de que conculquen nuestros derechos fundamentales los proxenetas de la democracia, que pretenden convertir a sus “conciudadanos” en meretrices de un Estado de Derecho.

De una década a esta parte, como consecuencia de las anomalías y deficiencias en la gestión penitenciaria del Gobierno socialista, se ha propiciado que los presos seamos constantemente y de forma sistemática víctimas fáciles de agresiones físicas, de abusos de poder y de arbitrariedades por parte de unos carceleros formados profesionalmente en los más estrictos cánones del fascismo-catolicismo, predominantemente en el régimen militarista anterior que precedió hace quince años a la democracia.

Con o sin conciencia, la Administración jurídico-penitenciaria mantiene en activo ejerciendo funciones en el estamento penitenciario a estos elementos procedentes del brazo secular franquista, algunos de ellos a través de practicar oportunismo político del carnet correspondiente han ascendido en rango administrativo y, con alevosía, han impuesto directrices pedagógicas inquisitoriales, aditamentando hegemónicamente en modo propio los principios de seguridad y orden por los que han de regirse los establecimientos penitenciarios, transformando éstos en sus propios feudos-santuarios, predominando la violencia física, practicada por sus sicarios, y una terapia regimental fundamentada en el terror, la intimidación y el chantaje, para conseguir el acatamiento de sus normas, vulnerándose las disposiciones legales y los derechos de los presos con suma facilidad, siendo continuos los apaleamientos por hechos como ser sorprendidos hablando a través de las ventanas, asomarse simplemente o estar recostados en la cama, debido a ellos, nuestros cuerpos saben mucho de contraerse a causa de tanta agresión funcionarial.

Por ellos se nos han impuesto sanciones disciplinarias a través de falsos hechos y falacias de las que hemos tenido que responder ante corruptas juntas de régimen, compuestas en su mayoría por apaleadores, idénticos terapeutas de porra en ristre, grilletes y sprays, los cuales decidieron nuestra clasificación de grado en el 88º penitenciario.

No podemos precisar con exactitud el número de compañeros que han perecido a causa de un sistema penitenciario infernal, tercermundista, inhumano y asesino, al menos en la práctica debido a contagios de SIDA intencionados, la asistencia médica adecuada y fidedigna, y a la ausencia de un espíritu humanitario en el corazón del Estado; recordemos a nuestros compañeros: José Manuel RUIZ VERDUGO, Francisco CARMONA GALLARDO, Ramón CERVERA CARRANZA, Juan José PIQUERO, Agustín RUEDA SIERRA (POR TORTURAS Y ANARRISTA), Vicente GIGANTE REAL…(Esto lo escribí en Enero de 1991. Hoy se sumarían ahorcados, asesinados, dejados en las enfermerías, como si fuesen leproserías, de las cárceles morir con agonías terroríficas: Francisco ORTIZ JIMÉNEZ, Antonio LOSA LÓPEZ, Patxi ZAMORO DURÁN, David FERNÁNDEZ GARCIA, y…se han producido y se siguen produciendo tantas muertes que necesitaríamos de una fábrica de papel para poder conseguir imprimir todos los nombres de nuestros inolvidables compañeros. Hoy día 20 de Octubre de 2006 sigue peor, hace tan solo cinco días, el día 15 me desperté y lo primero que vi fue cadáver a un compañero Luis HIDALGO JIMENO.

Hemos remitido miles de denuncias, dirigidas a Juzgados y a la D.G.I.P., dando conocimiento de las agresiones físicas, psíquicas y morales de las que somos objeto, sin que hasta el momento se hayan adoptado las medidas eficientes para su erradicación absoluta.

Sin embargo, el resultado inmediato obtenido de nuestras denuncias ha supuesto el incremento de represalias y animadiversión por parte de los verdugos.

El continuo estado de absoluta indiferencia que padecemos, la desesperación que éste nos aporta, nos han llevado en diversas ocasiones a originar motines y secuestros de funcionarios; estos hechos no solo han incrementado el aumento de años en nuestras condenas, sino también estas manifestaciones de repulsa han dado plena impunidad a los verdugos para plasmar sus bajas pasiones de su instinto sádico en nosotros. Hemos sido y somos cobayas en la experimentación de métodos de tortura psicológica, dirigidos a anular la personalidad del individuo.

No nos llamemos a engaño, en todo momento y con precisión la D.G.I.P. ha tenido conocimiento de los apaleamientos y arbitrariedades que se cometen con nosotros, sin aplicarse el cese, ni expedientes a quienes cometen estos hechos. En cambio a nosotros se nos viene machacando con saña, no conformes con el resultado obtenido con el castigo físico y psíquico que nos es practicado, se nos chantajea, se especula con nuestro dolor, y se trafica con nuestros sentimientos, distanciándonos de nuestro entorno familiar afectivo, aplicándonos conscientemente el alejamiento geográfico como método para producir el desarraigo social, sin justificación o criterio correctivo alguno por el rechazo de una “reinserción” que no se nos ha ofrecido, ya que como tal, LA REINSERCIÓN SOCIAL, NO EXISTE MAS QUE EN TÉRMINO ABSTRACTO, Y LO QUE SE VIENE PRACTICANDO CON NOSOTROS ES EL ADIESTRAMIENTO ESCLAVISTA, impartida por sindicatos del crimen, organizados en Equipos de Tratamiento, cuyo criterio terapeuta es la consecución de una sumisión absoluta en el prisionero hacia la clase segregacionista dominante.

Sin lugar a duda responsabilizamos en grado sumo a la Administración jurídico-penitenciaria de los agravios que hemos sufrido y sufrimos, consideramos que las palizas que hemos recibido, las celdas de castigo, los años en régimen de aislamiento, las lesiones morales que se nos han causado a nosotros y a nuestras familias, no son equiparables en reparo con indemnización económica alguna.

Puesto que este “Estado de Derecho” hasta ahora nos permite leer, por tanto entendemos, al amparo de lo dispuesto en el artículo 121 de la C.E.

Exigimos por los agravios que hemos padecido, en la siguiente forma:

1. Redención de pena de día por día más cuatro meses por año de condena cumplida, con carácter retroactivo.

2. Investigación a favor del esclarecimiento y delimitación de responsabilidades por las causas que hemos sido sancionados disciplinariamente, en relación a la evidente vulneración del artículo 15 de la C.E., en conexión con el artículo 3 del convenio europeo de derechos humanos.

3. Inmediata puesta en libertad de todos los presos con padecimientos incurables (SIDA), desapareciendo el requerimiento de que se encuentren en fase terminal, en una fase media ya que se les debe reconocer el derecho establecido en el artículo 60 del R.P.

4. Mantener fuera de contacto con la población reclusa a todo aquel carcelario que se le haya denunciado por malos tratos.

Tenemos conocimiento de que la D.G.I.P. se propone desarrollar una línea de política penitenciaria en la que predomine el tratamiento por encima del régimen, lo cual consideramos objetivamente positivo en la consecución del cometido reeducacional que le viene impuesto por voluntad popular al estamento penitenciario. De haberse llevado esto a cabo tal como disponen las leyes, la mayoría de los miembros de A.P.R.E.(r) habríamos extinguido nuestras condenas o gran parte de su totalidad, beneficiándonos de las profesiones de grado regimentales y de permisos de salida, sin embargo la realidad que se nos impone, ni siquiera se nos permite realizar comunicaciones vis-a-vis, lo que implica la prohibición de realizar el acto sexual (tortura), o abrazar a nuestras familias. Conocemos muchos otros presos y casos, con condenas notables o superiores a las nuestras, como son: narcotraficantes, ex-policías, violadores, terroristas de ultraderecha que desempeñan puestos de trabajo con remuneración económica, se les otorgan redenciones extraordinarias, permisos, y se dan la vida padre en las cárceles. Otros casos cuya particularidad delictiva es atentar contra la libertad y los derechos de la nación española, como es el caso de los golpistas del 23-F, han sido beneficiarios de la generosidad de la democracia, también tenemos constancia de la inmunidad e impunidad de las que gozan unos cuantos, por poner un ejemplo; aún no han recaído responsabilidades sobre nadie de los muertos en la prisión de Foncalent (Alicante) en enero de 1987 de las internas: Elena MARQUEZ VAÑO, Isabel PLANO PEREZ y Teresa PEDRAZA GONZALEZ, pese a haberse reconocido públicamente que en estos incidentes hubo anomalías, fueron quemadas y por tanto hubo responsables. Y así, un siglo citando: “CASO GAL”, “CASO NANI”, “CASO Agustín RUEDA”, altos cargos y F.S.E. y magistrados implicados en narcotráfico y falsificaciones de documentos oficiales, financiaciones dudosas en partidos políticos, y un largo etcétera de desvergüenzas que se suceden día a día en un país que se dice constitucional y democrático; en cambio estos “señores” es probable que nunca conozcan una celda de castigo. Nosotros, queridos camaradas, hemos sido víctimas fáciles de la inundación de drogas en el país, somos en nuestra mayoría delincuentes circunstanciales, toxicómanos, que en lugar de curársenos, se nos ha arrojado a unas cárceles que su fin primordial es la erradicación de la cultura y la fomentación de la droga, y se nos han impuesto penas astronómicas y totalmente desproporcionadas, por el hecho de pertenecer a una clase social baja. Es triste, pero para desgracia de este país, la democracia sólo existe para unos pocos, mientras tanto nosotros nos consumimos en celdas de CASTIGO por tener la valentía de reclamar nuestros derechos, una gran mayoría estamos contagiados del SIDA, y nos prohíben pasar el resto de nuestros días con nuestras familias.

Por ello, con conciencia social y con el espíritu de lucha que nos caracteriza e identifica, y con un apoyo moral y material, exterior, cada vez más amplio, hacemos causa justa y ante la S.G.A.P. continuamos denunciando los desafueros de los carceleros de la siguiente forma: Es socio A.P.R.E.(r) todo aquel que disponga de legitimidad moral. Haremos siempre por duplicado nuestras denuncias y quejas, colectivas o individuales. Todas ellas encabezadas por la A.P.R.E.(r). En ellas reflejaremos todos los derechos que se nos conculcan, peticiones de comunicaciones vis-a-vis, la aplicación de un rigor innecesario en el régimen. La prohibición de utilizar aulas y dependencias, para desarrollar actividades, culturales, deportivas, recreativas, etc. La ausencia y tardanza de chequeos médicos y controles analíticos, las negativas de los médicos de los Centros a hacer las peticiones del artículo 60. La ausencia de los equipos de observación y tratamiento, o algunos de sus componentes, o el desinterés de los mismos. La no realización de conferencias informativas, test de personalidad fidedignos, etc. El desinterés de las Unidades Docentes y la negativa a impartir clases sobre todo a los internos de primer grado; y todo aquello que consideremos injusto o ilegal. En cada Centro existirá un encargado de redactar las quejas y recoger las firmas, incluidas las de los simpatizantes. Éste enviará una copia a la S.G.A.P. y la otra quedará en su poder hasta que le llegue la dirección a la que tendría que remitirlas. Siempre se cursarán en sobre cerrado, certificadas y con aviso de recibo. La financiación de esta nueva A.P.R.E.(r) no será ningún problema. La cuestión es engrosar el dossier que ya poseemos en el exterior, para que, de forma legal, nuestros abogados puedan materializar nuestros derechos y así obtener el resarcimiento que nos corresponde.

Si bien no somos partidarios de la violencia, no descartamos acciones colectivas armadas si, una vez agotados todos los recursos de vía legal, no se nos aplica lo que por derecho nos corresponde.

Somos conscientes de que, de acuerdo con el orden político establecido, no nos es éticamente lícito hacer uso de la violencia para conseguir nuestros fines, nosotros justificamos nuestros medios en contra de la (máxima de Maquiavelo), pero cuando en la más oscura clandestinidad se nos está masacrando, es por instinto de mantenimiento, en legítima defensa de nuestro derecho a la vida y a la integridad física y moral, por lo que decimos:

BASTA YA!!! PRACTIQUEMOS LA DOCTRINA DE “ZENÓN” Y OBEDEZCAMOS SIEMPRE A LA RAZON
ANIMO, CAMARADAS!!!,
LA JUSTICIA Y LA DEMOCRACIA ES DE TODOS
EL COORDINADOR
FRANCISCO JAVIER ÁVILA NAVAS

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