Lo que Cascos no casca

La TablaToda la operativa y el aterrizaje de Alvarez Cascos en Asturias se debe al obsesivo intento de recuperar parcela de poder en el partido popular del salvapatrias Aznarín de Babia, que viendo cerca que el PP pueda ganar esta vez las elecciones y sabiéndose en el punto de mira de su elegido a dedo, Rajoy, QUE NO OLVIDA TODAS LAS ZANCADILLAS PUESTAS POR SU OTRORA JEFE, intenta por todos los medios utilizar a sus antiguos espadas para recuperar espacio de poder en las comunidades autónomas. Ya lo intentó con Zaplana y ahora con Cascos.

Sabe que cuenta a medias con Esperanza Aguirre, ya que ésta solo mira por sí misma y busca por todos los medios desplazar a Gallardón de la alcadía de Madrid para colocar en su lugar a su mujer.

Este pequeño Rasputín Maquiavelín hispano tuvo el honor en su día de aglutinar alrededor de su figura a un partido dividido por múltiples familias políticas peleadas entre sí (como se puede comprobar el PP es un conjunto de mafias que utilizan la política tán solo en su propio beneficio, las ideas quedan a un lado cuando toca repartirse el pastel) y hoy en día va a ser el encargado de romperlo en mil pedazos si no se sale con la suya de ser el mandamás en la sombra.

Flaco favor a hecho a España este año con sus declaraciones en el extranjero, este estadista de tres al cuarto que se cree el ombligo del mundo y para redondear la faena parece que va por el camino de hacer lo mismo con su partido, torpedeándolo constantemente con declaraciones o impulsando bajo cuerda candidaturas «no oficialistas» por que se ve que está perdiendo parcelas de poder e influencia en el mismo.

Creó las FAES a su imagen y semejanza, esperando ser desde la barrera y candilejas de la política, el que moviera los hilos de los chanchullos y pelotazos que provoca la política de alto nivel. Colocó a su nuero como hombre de paja que diera la cara en tan turbios manejos y esperó, desde su soledad de jubilado de alto standing, ser el epicentro de un gran imperio macroeconómico alrededor del cual girara todas las decisiones de «su partido»   y   está viendo al igual que ese otro espejo donde se miró, que creyendo que lo había dejado todo atado y bien atado, en cuanto la palmó, en su caso en cuanto dejó la presidencia, se deshizo su legado como castillo de arena.

ARMAK de ODELOT
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