La hipocresía de la prohibición

TabacoHoy entra en vigor la ley anti-tabaco en los espacios públicos, y la subida de los impuestos. También la subida de precios en todos los suministros que abastece las necesidades básicas de todo el mundo y los transportes públicos por encima del engañoso IPC.

Este regalo-robo de la entrada del nuevo año, supone más de una vuelta de tuerca en las asfixiantes economías  cotidianas del país. Semejante panorama viene aderezada con prohibiciones hipócritas de la Ley del tabaco, enfrentando a los «ciudadanos» con tácticas criminalizadoras.

No se si la ministra de sanidad Leire Pajín y su vicepresidenta Salgado, cuando se levantan por la mañana y cogen sus coches oficiales para dirigirse a sus respectivos ministerios, respiran la turbulenta atmósfera de polución que reina por los cielos de Madrid, y si se paran en algún semáforo al lado de algún parque infantil o una escuela o ven cruzar los peatones, no les importa lo que respiran los madrileños, aire puro seguro que no.

Es como ver la paja del ojo ajeno, y no ver la viga que ciega sus políticas y encima se jactan de haber echo un buen trabajo con prohibiciones democráticas. Porque no cierran la tabacalera española y se dejan de tonterías?? Porque si tanto les preocupa la salud de los ciudadanos y el gasto que supone a las arcas de la S.S. mantienen abierto la producción  de cigarrillos insalubres??.

Con esta regla de tres, tendrían que cerrar las bodegas de vinos, las destilerías de alcohol, las fábricas de coches, todo lo que conlleve riesgo para la salud humana. Porque los hospitales están llenos de enfermos con patologías crónicas derivado del tabaquismo, alcoholismo, insuficiencias respiratorias por agentes contaminantes de los efectos invernadero de la contaminación atmosférica producida por la combustión del CO2 de los automóviles y los accidentes de tráfico, auténticos atentados terroristas con máquinas que son  bombas de relojería, cuestión esta, que las gentes han asumido como algo cotidiano y no cuestionable.

Si el vino forma parte de nuestra cultura y las bebidas alcohólicas como el coñac, y el arraigo automovilístico donde estamos sumergidos en el grandísimo progreso de la era moderna, por qué el tabaco se criminaliza como si fuera el malo de la película, cuando los dividendos a modo de impuestos no son nada despreciables para las arcas del Estado??.

Si el estado emplea políticas de prohibición en espacios públicos como ellos dicen, entiendo que los espacios públicos ya no   existen, solo son espacios políticos en los que el Estado ha ido apoderándose  de los espacios ciudadanos, encerrándonos en guetos políticos según sus conveniencias, seccionando la población en competencias de confrontación. Las gentes hemos caído en estas trampas políticas aceptando las leyes autoritarias como reprimendas infantilistas, obedeciendo sin rechistar.

Hace unos años leí en una revista de divulgación científica, una estadística no menos sorprendente que decía: El tabaco resta 5 años de vida, el alcohol 10 años y el trabajo 30 años. Si pudiéramos elegir con cual nos quedaríamos?? sin hipocresías, el tabaco, para mi no es un vicio es un aliciente. No tengo coche, no bebo, pero si trabajo!!!!

Maria José Aguilá Cuacos
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