Solidaridad con José Antúnez Becerra, preso en huelga de hambre desde el 14 de enero

cárcelLa familia adoptiva de José Antúnez Becerra, que formó parte de COPEL y fue condenado por el motín de Quatrecamins de abril de 2004, nos pide que demos gran difusión a la huelga de hambre que inició el 14 de enero por defender sus derechos, después de agotar todas las peticiones, por las siguientes reivindicaciones, dirigidas a la sección 6ª de lo penal de la Audiencia de Barcelona, que le condenó por el motín de Quatrecamins, y a la dirección de Brinas 2, donde se encuentra cumpliendo:

– Revisión de condena.

– Proyecto de futuro, ya que reúno todos los requisitos.

– Que la prisión ponga una fecha para empezar a salir.

Por esto y toda la marginacion que le estan aplicando, ha tomado la determinacion de acabar con todo de una vez por todas. Empieza la cuenta atrás, el principio del fin. No quedan ganas de seguir luchando, no dan oportunidad de ver futuro, no han cumplido la palabra dada… se juega la vida porque es lo único que le queda y está decidido a perderla si no le dejan alternativa. No lo permitamos, lo queremos libre y vivo.

 

Manifiesto de José Antúnez Becerra expresando las razones de su huelaga de hambre

Me llamo José Antúnez Becerra, estoy preso en Brians-2. Después de haber sido condenado a 19 años de prisión por los hechos ocurridos el 30 de abril del 2004, el motín de Quatre Camins, quiero decir a la sociedad, que yo he hecho a lo largo de mi vida muchas cosas, pero jamás he robado a un trabajador, todo lo que he hecho lo he pagado con creces, ahora estoy pagando una injusticia, porque en tiempos de la transición y dentro de la prisión formé parte de una organización llamada COPEL (Cordinadora de Presos en Lucha). Destacaré que la base para condenarme a sido mi historial, aparte de ello también las presiones políticas instrumentadas con los sindicatos y los medios de comunicación. Debo decir que he recurrido al Tribunal Supremo, al Constitucional y al Tribunal de Derechos Humanos de Extrasburgo, y todos ellos se han basado en mi historial para no asistirme los recursos.

Ahora tengo que asisitir a la marginación de la institución penitenciaria. Con el rencor, no soy tratado como cualquier otro preso, soy discriminado, no solamente me ha condenado un tribunal, sino también la institución penitenciaria, no tengo los mismos derechos que mis compañeros, de cualquier cosa que pase aquí dentro yo soy el culpable. Pues con este panorama la institución penitenciaria me ha condenado a la muerte en prisión porque estoy vetado a la aplicación del art. 25 de la constitución.

Por ello, y después de meditarlo mucho, he decido ponerme en huelga de hambre indefinidamente, porque antes de que me mate lentamente la administración penitenciaria, lucharé por la injusticia que han cometido tanto el tribunal que me sentenció, como la administración penitenciaria. Con ello he apostado por morir luchando para que sepan tambien que la justicia no existe, cuando lo que han buscado es un escarmiento, y la base he sido yo. Esa es la justicia, a la que le importa poco destruir para siempre al ser humano.

Cuando hay mucha gente buena que lo ha perdido todo, su trabajo, su vivienda hasta la dignidad del ser humano, por gentes malvadas y sin escrúpulos, y ellos que hacen tanto daño quedan impunes y los pobres desgraciados como yo pagan las consecuencias de una justicia manipulada.

Mi solidaridad con todos que son objeto de las injusticias, por último mi solidaridad con el movimiento libertario ellos son la base de la lucha de lo injusto, deseo que todos los que lean este manifiesto sean felices, porque vuestra felicidad será mi fuerza.

José Antúnez Becerra

 

Huelga de hambre contra la injusticia del sistema punitivo

José Antúnez Becerra sostiene una huelga de hambre desde el 14 de enero en la prisión de Brians 2 para reivindicar sus derechos y denunciar su situación, fruto de su lucha contra las instituciones punitivas.

Antúnez Becerra ha iniciado esta lucha para que se le revise la condena de diecinueve años de cárcel, dictada a raíz del motín del centro penitenciario de Quatre Camins del laño 2004, ya que el mismo considera esta sentencia como una venganza por su militancia contra la institución penitenciaria. Según expresa él mismo preso en un comunicado hecho público el 20 de enero: “ahora estoy pagando una injusticia, porque en tiempos de la transición y dentro de la prisión formé parte de una organización llamada COPEL (Cordinadora de Presos en Lucha). Destacaré que la base para condenarme a sido mi historial, aparte de ello también las presiones políticas instrumentadas con los sindicatos y los medios de comunicación”.

Con la huelga de hambre, Antúnez también reivindica algunos derechos que le corresponden como preso, por ejemplo, el de obtener permisos y proyectos de futuro, ya que cumple los requisitos para hacer talleres o cursos. Además, siempre ha tenido problemas en las diversas cárceles por donde ha pasado hasta el día de hoy, ya que asegura que le aplican registros y controles arbitrarios, le devuelven muy tarde sus pertenencias después de un traslado o, directamente, no se las devuelven, según han informado familiares y grupos de apoyo del preso.

Antúnez Becerra ya ha perdido más de cuatro quilos y tiene el azúcar y la tensión muy bajas. Aún así, él se encuentra con ánimos y fuerza para seguir con su lucha, ya que dice que lo único que le queda para hacerse escuchar es su vida. “antes de que me mate lentamente la administración penitenciaria, lucharé por la injusticia que han cometido tanto el tribunal que me sentenció, como la administración penitenciaria”, ha expresado Antúnez en su comunicado. Los grupos de apoyo a José Antúnez Becerra piden máxima difusión y que se haga presión a la dirección de Brians 2.

Motín de Quatre Camins de 2004

José Antúnez Becerra vio como se incrementaba su condena en diecinueve años de prisión convirtiéndose en una cadena perpetua encubierta de hasta 30 años acumulativos de reclusión por la sentencia emitida el año 2008 a raíz de los hechos del motín en el centro penitenciario de Quatre Camins en 2004.

El motín va surgió por la insoportable situación que, según los reclusos, se vivía desde hacía tiempo en la mencionada prisión. El año 2002 ya hubo un motín por la falta de asistencia médica, las muertes en prisión y la reivindicación de diversos derechos Los colectivos de apoyo a personas presas y los propios presos de Quatre Camins relatan que “las torturas, les vejaciones, las humillaciones y los malos tratos en el centro eran sistemáticos” y que “las denuncias judiciales normalmente se archivaban”. En este contexto, salta la chispa del motín de 2004 cuando, delante de un grupo de presos, diversos carceleros golpean a un recluso por el hecho de encontrarse sin permiso en la lavandería.

Como consecuencia del amotinamiento, durante el cual resultó herido el subdirector de Quatre Camins Manuel Tallón, 56 presos fueron trasladados a diversas prisiones de Cataluña y, al menos cinco de ellos incluso fueron dispersados bajo régimen FIES a cárceles de todo el Estado español. El 5 de julio de 2004, la Generalitat ya admitía la posibilidad de que 26 presos hubieran sido golpeados y maltratados por los carceleros antes de salir de Quatre Camins, horas después de haber quedado controlado el motín. Los presos afectados hablan de “palizas brutales” y de “la obligatoriedad de pasar por un largo pasillo formado por carceleros situados a cada lado que les asestaban de forma indiscriminada brutales golpes de porra y patadas”.

No bastaron las denuncias para que el Síndic de Greuges actuase de oficio. Colectivos de apoyo a las personas presas apuntan que la omisión del Síndic puede tener que ver con la presencia dentro de la institución de dos altos cargos, como Ignasi García Clavel, entonces coordinador de asuntos de seguridad pública, y Ángel Gómez Muñoz, asesor del Síndic hasta el 2012. Amos ejercieron como latos cargos en la administración penitenciaria catalana.

El juicio contra los presos amotinados se realizó el año 2008, cuando fueron juzgados trece de ellos. Siete fueron condenados por un delito de homicidio en grado de tentativa y tres fueron absueltos. Una de esas siete personas es José Antúnez Becerra, que exige ahora que se revise la condena, teniendo en cuenta además que en el juicio hecho en mayo de 2013 contra diversos carceleros –por la represión posterior al motín– quedaron patentes las diversas contradicciones entre los hechos declarados por la administración penitenciaria y la situación de malos tratos y torturas que sufrieron los reclusos amotinados en 2004.

Traducido de www.setmanaridirecta.info

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