La escuela como estructura de dominación ideológica (o la «Educratización»)

LA “EDUCRATIZACIÓN” EN MÉXICO

“El elemento más violento en la sociedad es la ignorancia”, nos dicta Emma Goldman, y ciertamente no podemos crear técnicas ni prácticas de liberación sino se cuenta con el conocimiento y habilidad necesarias para ello. Nuestro sistema de enseñanza actual es un reflejo de adoctrinamiento y no cultivo-cognoscitivo, debido a que las escuelas se alejan cada vez más del pensamiento independiente y desempeñan un papel más bien de control y coerción para respaldar las estructuras de poder. En este mismo diálogo, los “epistemólogos” estudiosos se refieren a los educadores y educandos como la encubierta de “la neutralidad de los objetivos científicos”. El partido político predilecto dice que la educación es el corazón de la política social del Estado mexicano, ¿enserio eso es la prioridad?

Desde el positivismo de finales del siglo XIX con Justo Sierra y Gabino Barreda notamos la búsqueda de la homogeneización de la educación, objetivo finalmente absurdo y elitista. El primer esbozo del positivismo en México fue la mano derecha de los privilegios del liberalismo Juarista, pues recordemos que después del triunfo de la Guerra de Reforma los fueros del conservadurismo pasan a ser del lado opuesto. La política del positivismo se basó en el “amor, orden y progreso”, ¿pero de quién?, primeramente desarrolló el progreso para el capital extranjero, el orden para la clase dominante y el tercer factor ni mencionarlo, pues con esta filosofía general se respaldó el Porfiriato [1]. Aunque la necesidad del método científico-experimental era necesaria en una cultura tan atrasada, resulta complicado generar leyes pedagógicas y generales para los estudiantes del país (y del mundo), exacerbados por un nacionalismo de la pos-guerra y actualmente por un régimen monetario que paulatinamente comienza a perder campos, industrias, sistemas bancarios y fábricas a las cuales privatizar, por eso su último golpe ha sido el de la educación.

El economista Rubén Trejo explica el avance de la tecnocracia neo-liberal en México durante el periodo de 1982-2010 a través del enfoque del rodeo que tuvo que dar el capitalismo debido a las leyes instauradas en 1917 y las tácticas políticas de la inversión extranjera en los años consecuentes en los cuales se encuentra la compra-venta de ferrocarriles, telecomunicaciones, bancas, satélites, puertos, aeropuertos, minas, etc. [2]. Pero, ¿qué les faltó?, ¡lo producido por los institutos!, ¡comprar también la educación para tener en las escuelas un aparato dominante de clase!, lo acabamos de notar en el 2014 en el Movimiento del IPN

El sistema público atiende, al comenzar el siglo XXI, a poco más de 31 millones de alumnos (más de 33 y medios si contamos a las universidades no-privadas), con casi un millón y medio de profesores en unas 200 mil escuelas regadas por todo el territorio nacional, cifras que hablan de un sistema gigantesco, el cual, ha sido burocratizado para no ejercer la cobertura y calidad necesarias para un alcance mayor de la educación [3]. ¿En dónde está el futuro de México? Las luchas estudiantiles como el CGH en 1999 y el movimiento de los CCH’s en el 2012 nos dieron el ejemplo de las formas de liberarse de los intereses ajenos a la educación y de derrumbar los barrotes de este tipo de prisión, y aunque como estudiantado no seamos la fuerza de un cambio social permanente, somos la iniciativa y el rol siguiente a mantener los sindicatos obreros y combativos.

Nuestra lucha es por la educación digna para el sector proletario, aquella que los gobernantes yspots comerciales tildan de “pública y gratuita”, ¡mentiras por doquier!, pues ninguno de los dos términos es verídico en la sociedad mexicana. No es pública pues se restringe el acceso a esta desde el nivel medio superior con órganos como el SEMS y el COMIPEMS (¡ni se diga de el número de rechazados del nivel superior!), ni gratuita pues esta se condesa en los impuestos del pueblo trabajador, que posteriormente al obtener un título en cualquier especialidad y/o nivel, se pagará con el trabajo asalariado.

LA ESCUELA COMO ESTRUCTURA DE DOMINACIÓN IDEOLÓGICA

“Elige una carrera, elige un empleo, elige una familia, elige una pantalla de plasma y un auto del año, elige pagar hipotecas a interés fijo, elige una tarjeta de crédito, elige una vida”, estas son las palabras que hoy escuchan los jóvenes en los medios de comunicación, en la cultura, en la familia, siendo imposible escapar del equívoco y voraz dogma de la educación como un fin y no un medio.

Las escuelas en realidad son espacios de la disciplina “fabrica” individuos, es decir, tomarlos como objetos y herramientas, ya sea de un nacionalismo tardío, de una realidad equívoca, de una ideología dominante, etc. La escuela-edificio es la encauzadora de la conducta del niño y del joven.

El edificio es un aparato para vigilar, manteniendo al alumno como un número de lista, ensimismado entre el aula y el vigilante, dotando con una calificación el juicio peyorativo de las capacidades. Si bien las escuelas mexicanas son ya una podredumbre (al menos en los planteles adheridos a la SEP), la estricta disciplina se vuelve absurda de aplicar pues la misma condición interna del relajo como fenomenología [4] del mexicano, en el humor crudo y sintético del mexicano como ocio, en conclusión, el objetivo de encauzar bajo una disciplina dominante es vana pues el mexicano no la necesita para ser manipulado. Vivimos en la no-seriedad.

La escuela es la institución que intentará interpretar los conocimientos y desenvolvimiento pedagógico en un reducido (yo diría casi nulo) campo de materias. La escuela califica con un grado de ‘alto’ o ‘bajo’ nivel de aprendizaje de un método general, que por lógica se encuentra dentro de un sistema ya formulado. La escuela utiliza al edificio como medio y ambos conceptos son regularmente confundidos, el ideal con el espacio, formulando arquetipos sobre el estudiantado.

¿Y qué es la Universidad? Cada época responde a los horizontes de comprensión que tiende a tener, en el siglo X se dedicaron a la evangelización y al estudio de la medicina a través de los conocimientos bíblicos. Hoy, la Universidad Yale tiene el objetivo de seguir controlando la hegemonía mundial a través con el país dominante por excelencia, por otro lado, la UNAM maneja mostrar competitividad ante los retos laborales, despilfarrando orgullo y responsabilidad a las instituciones nacionalistas, ¡es de esperarse en un país que ha sido gobernado por instituciones que se estancaron en la Revolución de hace un siglo! Con estas ejemplificaciones he de mostrar la vertiente hermética de los objetivos, no se me confunda con descartar a las Universidades como centros de divulgación, investigación multidisciplinaria y focos en donde se concentran las personas que buscan acercar a los olvidados a las diversas ramas del conocimiento y la cultura. Justamente esa centralización evita expandir las metas que se lograrían con la criticidad de las universidades.

También es allí de donde han salido los grandes humanistas y pensadores del mundo, que muy pocos han logrado enfocar su carrera al auxilio de lo que hay fuera de la institución: “la inteligencia al servicio de la sociedad”, como diría un gran epistemólogo del siglo pasado. No suelo ejemplificar con personajes, sino con el discurso universal que manejan en cuanto a lapráctica del Yo, pero recordando la polémica del Premio Nobel de Literatura de 1964, donde Jean Paul Sartre fue el ganador y lo rechazó encorajinado; poco importó el ser atacado con cientos de críticas aludidas a una “excrementalidad de espíritu”. Sartre nos transmitió la reflexión de que el conocimiento habita fuera de la institución, de las academias.

La Universidad en realidad debería ser la ‘universalidad’ de los saberes, la ‘universalidad’ de los medios de opinión, no la repetición y adaptación de éstas a los planes de estudio y necesidades laborales de cada época. ¿En verdad vamos a aprender o a seguir lineamientos?, ¿es correcto hermetizar círculos de comprensión para el alumno?, mientras una Universidad no se organice como su locución original lo menciona: (‘universitas magistrorum et scholarium’ que significa ‘comunidad de profesores y académicos’), es decir, la autogestión académica, seguirá siendo un privilegio y no un derecho. No puede existir una dirección hacia la sabiduría mientras exista competitividad, coerción y el educando no adapte su enseñanza al alumno, pues en todos lados nos encontramos con maestros mediocres y de métodos anticuados que ignoran la influencia de los factores sociales en la forma de aprehensión del alumno hacia las diversas ramas del pensamiento.

La Libertad de cátedra dentro de las universidades son un sin-sentido en muchos de los casos, ya que el intelectual busca transmitir el conocimiento, no generar estructuras para su producción y construcción, que como una reacción en cadena, propiciarían una enorme concienciación de los problemas de una índole universal. Sin más, me quedo con el verdadero origen de la palabra ‘cátedra’: la silla. Entonces, quien quiera aprender, que tome su silla, que abra sus libros y que forme su propia Universalidad de los saberes. Quien quiera enseñar, que le acompañe en dicha travesía.

LA LÍNEA HERMÉTICA DE LA EDUCACIÓN

Hace falta comparecernos ante la perspectiva coloquial que se tiene de “escuela”; no la vemos como un instituto de recibir técnicas y habilidades para ejercer profesiones, sino como un encuadre que se salta esta etapa de conocimiento hasta llegar al fin de un ciclo de influjo por los sistemas de producción. ¿Por qué no hemos de regresar a los peripatéticos de Aristóteles o a la Escuela Moderna de Ferrer Guardia?, ¿los edificios seguirán siendo las sedes de las escuelas?, ¿o por fin estas serán centros de aprendizaje basadas en aptitudes y no en sistemas artificiales?

Es pertinente analizar la búsqueda de los resultados de lo que se entiende por educación hoy en día, ya que es un conjunto sistemático que la esquizofrenia del capitalismo ha dejado estático, respondiendo a la siguiente concepción:

Educación —–> Trabajo —-> Capital

Así, complementando a dolor del trabajo asalariado (desde los cultivadores del henequén hasta San Quintín en el 2015) lo educativo puede convertirse en una limitación, una línea hermética. El saber revolucionario va más allá de tener un estatus social, se trata de una transformación gradual pero efectiva.

El problema es una estrategia que busca conjuntar el ‘interés común’ de los planes de estudio que no se basa en las aptitudes ¡sino en un perfil académico pre-fabricado!, es cuestión de cada estudiante decidir en qué aplica su conocimiento. Muchos tenemos acceso a la televisión, pero pocos a la educación.

Es un reto elocuente obtener un título o una calificación alta, pero la verdadera bravata es obtener la satisfacción de modelar la mezcla entre lo clásico y lo moderno, para liberarnos, y emplear nuestras herramientas cognoscitivas en lo que nos agrada, en anhelos de Vida.

¿Lograremos en algún momento acudir a la escuela sin obligación, sin cansancio?, ¿quien sinceramente acude a todas sus materias por gusto?

¡La educación debe basarse en el individuo y sus capacidades, no en las masas y sus dificultades

Notas:

[1] Zea, Lepoldo, El Positivismo en México, UNAM.

[2] El origen del neoliberalismo desde la oligarquía del país se dio a partir de un proyecto fallido por una compañía denominada Libre Empresa, S.A. de C.V. formulada en 1984 por los hombres más ricos, entre los que se encontraban –encuentran- Emilio Azcárraga, Carlos Slim, Roberto Servitje, Antonio del Valle, entre otros. No logrando la unificación pero sí los fines, la oligarquía actúo bajo el influjo del FMI que desde la denominada “docena trágica” (1972-1976) implementó un programa de austeridad. Toda esta información fue uno de los cimientos para la Coordinadora de CCH’s y la Toma de Rectoría de la UNAM hace algunos años, explicando con la historia económica el porqué la privatización de la educación y el porqué de la estrategia de invisibilizarla. (Trejo, Rubén, Despojo Capitalista y Privatización en México, 1982-2010, México, Ítaca, 2012, p. 157).

[3] Andere, Eduardo, “Education in Mexico” en Voices of Mexico, Núm. 8, Septiembre-Diciembre de 2007, UNAM, p. 41. (trad. del autor).

[4] El relajo es una negación pura y simple de valores, sin salidas, sin movilidad, sin perspectivas al futuro; en estos casos específicos, el relajo es entendido como la suspensión de la seriedad y de todo valor obra en contra de una jerarquía de valores represiva o de dudosa. México alberga una forma de comprensión social basada en el humor, en la desgracia del otro, en la promiscuidad, su nivel de educación es de las más bajas del mundo. (Portilla, Jorge,Fenomenología del Relajo, 1966).

Apéndice: Y… ¿para qué estudiamos?

 Por Demián Reyes  
(Bloque Libertario, México)
 http://bloquelibertariomexico.wordpress.com/
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